"Somos el farolillo rojo de Europa, la única autonomía española que pierde tierras de cultivo y que no incorpora jóvenes"
Entrevista a Cristóbal Aguado, presidente de AVA-ASAJA para conocer cuáles son los planes de futuro más inmediatos del sector, la problemática del agua o el relevo generacional en el campo
La situación del campo valenciano se encuentra en un momento “muy duro”. El balance de 2021 ha arrojado datos preocupantes para el sector con pérdidas de 640 millones de euros.
AVA-ASAJA señala que esto se debe, entre otros motivos, a la escalada histórica de los costes de producción y por la incapacidad real de los agricultores y ganaderos para repercutir ese incremento de costes en los precios que perciben.
En elperiodic.com hemos entrevistado a Cristóbal Aguado, presidente de la asociación de agricultores valencianos, para conocer cuáles son los planes de futuro más inmediatos del sector, la problemática del agua o el relevo generacional en el campo.
¿Qué espera la agricultura valenciana del 2022?
Hemos terminado el 2021 y la verdad es que en los grandes sectores de la agricultura valenciana, los resultados económicos son un desastre, los precios son totalmente insuficientes y en el tema de las grandes campañas como cítricos o caquis que se están recolectando en este momento, los precios no llegan ni a una tercera parte del coste de producción. Con esas pérdidas, enfocar el 2022 para la cosecha del 2022-23 va a ser una auténtica odisea.
Somos el farolillo rojo de Europa en tierras abandonadas, la única autonomía de España que pierde tierras de cultivo y que, desde luego, no incorpora jóvenes. Eso se va a acentuar y es enormemente problemático porque pierde economía, capacidad de empleo y riqueza en la Comunitat Valenciana. Tendrá que ser mucho más agresiva la política de la Comunitat amparados en el ministerio y en Madrid y en Bruselas, pero indudablemente, el plan de modernización de estructuras tiene que ser valiente, decidido y consensuado, tiene que ponerse un esfuerzo tremendo en la ley de la huerta y en el tema de garantía de aguas y de lucha contra plagas y en investigación tiene que romperse una lanza.
España se merece un esfuerzo y la Comunitat Valenciana, que históricamente ha sido un gran centro de producción agrario español tanto en agricultura como en ganadería, tiene que tener una inversión extraordinaria. Y no puede faltar la dotación de agua, porque la agricultura del futuro y especialmente en las zonas del interior, es esencial para mantener a la población y desde luego generar un beneficio económico.
¿Qué le han parecido las palabras del ministro de Consumo, Alberto Garzón, sobre la ganadería en España y la situación de las macrogranjas?
La verdad que la situación se está poniendo tan complicada que creo que de alguna manera sobran los iluminados que dan mensajes negativos del campo como las declaraciones del señor Garzón. Creo que están fuera de contexto, que no las ha sabido explicar, porque ha podido decir que hay delincuentes, sí, pero como en todas partes de la sociedad.
Lo que no puede es demonizar a toda la ganadería española y valenciana, creo que un político de ese nivel tiene que dar la talla y desde luego no ha dado la talla de un ministro de España.
¿Cuál cree que es el futuro de la agricultura? ¿Qué hace falta para que la gente joven invierta en el campo y se quiera dedicar a él?
Sería facilísimo que los jóvenes se incorporaran y la gente mayor pudiera jubilarse, pero hace falta un gobierno valiente que consiga que la cadena alimentaria funcione y que cada uno de los eslabones tenga el beneficio que le corresponde, pero no que todos se beneficien y arruinen al sector productor. Si se consigue un precio justo en el campo indiscutiblemente se incorporarían jóvenes porque tendrían un futuro.
Mientras el precio sea el que hay, que una naranja navelina si cuesta 24 céntimos el kilo de producir y solamente pagan en estos momentos 8, un agricultor que está perdiendo 16 céntimos por kilo a dónde va ir. Es fácil ilusionar a los jóvenes, pero la gente va donde ve que puede haber un medio de vida.
Hace unas semanas se revelaba un estudio que decía que se ha dejado de plantar un número considerable de hectáreas de mandarinos y caquis, y por el contrario crecen frutos como el aguacate, el limón o la chufa, ¿a qué se debe esta tendencia?
La agricultura citrícola valenciana, los injertados, los cambios estructurales se han hecho históricamente con muchísima facilidad en temas varietales porque una variedad que sale nueva y da un rendimiento mayor, la gente va a ponerla para sacar más rendimiento y vivir mejor.
En el tema de los nuevos cultivos estamos viendo que por ejemplo el aguacate, el kiwi y algún que otro está dando beneficios y que el agricultor que lo tiene puede vivir con mayor dignidad que el que no lo tiene. Entonces está habiendo un cambio de cultivos a cultivos alternativos porque tienen una perspectiva de futuro que los cultivos tradicionales, que en estos momentos van a la baja.
Es necesario que la propia administración valenciana a través de sus centros de investigación vaya desarrollando variedades alternativas y cultivos nuevos que puedan adaptarse a la agricultura valenciana y de esta manera mantener una población agraria viva, viable y con la incorporación de jóvenes para que tenga un futuro, ese es el camino. El I+D+I tiene que ir con investigación, con administración y con inversión y desde luego con un esfuerzo tremendo en avances tecnológicos.
¿Cómo ven la apuesta por la venta online de frutas y verduras? ¿Lo están contemplando los agricultores?
En este momento la venta online está funcionando, son muchos los que hay y hay algunos portales bastante buenos. Estamos diciendo que el futuro pasa por unas adaptaciones de las leyes de la comunidad de España y de Europa, por unos principios que son de preferencia comunitaria.
Mientras no haya un equilibrio de costes o de responsabilidades políticas, mientras un país pueda devaluar en un año su moneda un 60% y con esto pueda venir a unos precios verdaderamente ridículos, destruye nuestro tejido productivo. Estas diferencias tienen que contemplarse en los acuerdos de reciprocidad que firma la UE con países terceros.
Si eso no lo entendemos en un sector que no puede irse a producir a Turquía o China, la tierra está aquí, el clima, y el agua están aquí y la gente vive aquí, por tanto la producción la tenemos aquí y tenemos que dar las garantías suficientes de mercado para que se pueda participar, me parece bien que vengan a complementar la demanda, pero que vengan a sustituirnos y hacer una contaminación tremenda y matando a nuestro sector, esto es de locos, y va contra la propia política comunitaria.
¿Cómo ven la problemática que está habiendo con el agua en territorios como Murcia o Alicante, en los que la agricultura es tan importante?
Como representante agrario tengo que decir que la agricultura del futuro en cultivos perennes es con agua o no habrá agricultores ni habrá agricultura. Hacer un cultivo dependiendo del tiempo, de si llueve o no, eso es una locura, el estrés que se produce en la planta y los déficits de calidad que se producen dependiendo del tiempo no es lógico. La agricultura moderna tiene que tener el control del agua, la cantidad y cuando se le da a la planta.
En España sobra agua si se administra bien, el problema es que no se administra y desde luego, se ha buscado la división entre los territorios en temas de agua, creo que va siendo hora de hacer un plan nacional de agua, y utilizar todos los recursos hídricos que hay y si se hace bien, y se distribuye bien habría agua para todos, no habría guerras del agua y habría una productividad mucho más estable y segura y una perspectiva de futuro para los agricultores que quieren cultivar con el agua suficiente.
Apoyamos a Murcia y Alicante en todos los aspectos de reivindicación porque lo que no pueden tener es los campos secándose por falta de agua y eso en un país desarrollado no puede ocurrir.