El Gobierno descarta el cierre de Cofrentes para 2021 y lo aplaza hasta el 2030
Compromís lamenta "la falta de sensibilidad" del Gobierno al respecto
El portavoz de Compromís en el Senado, Carles Mulet trasladó al Gobierno central la preocupación por el mantenimiento activo de la central de nuclear de Cofrentes, haciendo suyas las palabras del portavoz adjunto de Compromís en las Corts Valencianes, Juan Ponce, que incidía en que “"si no queremos tener un Fukushima valenciano, la central nuclear de Cofrents tiene que cerrar el próximo año, en 2021. Hay que recordar que en la pasada legislatura, a propuesta de los grupos parlamentarios que apoyan al Gobierno del Botánico, se aprobó una iniciativa para que el Consell exigiera al Gobierno central el cierre y desmantelamiento de la central de Cofrents. Ahora, cuando queda un año para la fecha del fin del funcionamiento de la nuclear valenciana, la empresa explotadora del suministro, Iberdrola, está maniobrando para alargar la licencia hasta 2030".
Desde Compromís se recordó que Cofrents tiene las piscinas del combustible usado llenas de residuos nucleares. Esto significa que los residuos que se generan cada día, tienen que salir de esas piscinas al Almacén Temporal Individualizado (ATI) que está situado a la intemperie, junto a la central, a poco más de un kilómetro del pueblo y a unos 200 metros del río Júcar, que riega y da de beber al área metropolitana de València e, incluso, a una gran parte de la provincia. Todo con los riesgos medioambientales y para la salud de las personas que esto implica
La formación valencianista también quiso poner en conocimiento del Gobierno el apoyo al colectivo Tanquem Cofrents, que está sufriendo las presiones de Iberdrola después de denunciar a algunos miembros de la entidad, aprovechando la Ley Mordaza, que colgaron una pancarta en el embalse de Contreras, coincidiendo con el sexto aniversario de la catástrofe de Fukushima. Estas personas, dos miembros de Tanquem Cofrents, se enfrentan ahora a elevadas multas, mientras la eléctrica hace caja y no deja de enriquecerse a expensas de los riesgos asociados al funcionamiento de la obsoleta central nuclear.
Mulet preguntó al Gobierno cuándo se va clausurar la central de Confrents
La respuesta del Gobierno se ha limitado a exponer que la seguridad en la operación de las centrales nucleares es competencia del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), organismo independiente de la Administración encargado de vigilar que el funcionamiento de dichas instalaciones no represente riesgo alguno ni para los trabajadores ni para las personas o el medio ambiente. El CSN es el encargado de elaborar los informes sobre seguridad de las centrales, que preceden, con carácter vinculante en tal materia, a la correspondiente autorización del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Con estos condicionantes, se señala que los propietarios de las centrales y la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos firmaron, en marzo de 2019, un Protocolo que contiene el calendario de cierre ordenado de las instalaciones, con base al horizonte temporal contemplado en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima y en base, también, a las solicitudes de renovación de las autorizaciones para la continuidad de su explotación, cuya aprobación corresponde al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Así, con dichas premisas, se informa que se estima el cierre de la central nuclear de Cofrentes para noviembre del año 2030.
Para Mulet, “dejar la decisión política en decisiones técnicas es de una cobardía política enorme, más cuando los partidos políticos que conforman el Gobierno, sus sucursales valencianas aquí dicen justamente lo contrario. Es preocupante ver como algunos partidos hacían bandera del cierre de todas las nucleares en 2024 y han ido difuminando esa exigencia. Por ello no vamos a dar ningún brazo a torcer y vamos a continuar exigiendo programar el cierre de Cofrentes en 2021, no nos podemos permitir ese riegos diga lo que diga el CSN que puede explicar que de momento no hay riesgo con el funcionamiento ordinario, como tampoco existía en Fukushima antes del accidente”.