Xàtiva acompañará la llegada de la «Magdalena penitente» con una programación variada de actividades

Xàtiva ya se prepara para comenzar las visitas que recibirá el cuadro del reconocido pintor setabense José de Ribera «el Espanyoleto» que llegará a la ciudad los próximos días y que tendrá la inauguración oficial el lunes 9 de septiembre a las 19.00 h en el Museu de Belles Arts.

Al acto de inauguración asistirá el director del prestigioso museo madrileño, el valenciano Miguel Falomir Faur, quien cuenta con una larga formación académica y una gran experiencia profesional. Además, durante la estancia del cuadro en la ciudad, se ha preparado un programa de actividades que incluye: un concierto, una conferencia, talleres didácticos, visitas guiadas y la proyección del documental «El joven Ribera» con posterior charla del director.

La exposición forma parte de la iniciativa «El arte que conecta», conjunta del Museo del Prado con Telefónica, y que ha escogido Xàtiva (la única del territorio valenciano) para este proyecto que acercará algunas obras de artistas españoles y europeos con diferentes museos de toda España. La obra permanecerá en Xàtiva hasta el día 5 de octubre y se podrá visitar en horario de martes a sábado de 10.00 a 14.00 y de 16.00 a 18.00 h, y los domingos de 10.00 a 14.00 h.

Los preparativos y el montaje ya están en marcha para recibir la pieza que llegará en un transporte especialmente adaptado a las dimensiones del cuadro, que mide alrededor de dos metros. Además, irá escoltado por la Policía Nacional.

«La exposición de la «Magdalena penitente» es una ocasión magnífica para que todo el mundo pueda disfrutar de la creación de un setabense universal», ha expresado el regidor de Cultura, Alfred Boluda. «Además, que el Museo del Prado haya escogido Xàtiva para esta iniciativa pone en valor las instituciones museísticas de las que dispone la ciudad», ha añadido.

Un setabense en Nápoles

La «Magdalena penitente» forma parte de uno de los temas más populares de la iconografía de la Contrarreforma, la de los santos retirados en el campo en actitud penitencial, meditativa o contemplativa. La obra, que fue pintada en Nápoles el 1641, forma parte de una serie de cuatro piezas del mismo estilo. Se desconoce quién encargó las obras pero en aquel tiempo el reino de Nápoles se encontraba bajo dominio español, y el virrey era el duque de Medina de Torres. Un siglo después, en 1772, la pieza ya colgaba del Palacio Real de Madrid.