Descubren una innovadora cultura de 40.000 años de antigüedad en China
Un equipo internacional de investigación ha descubierto en el norte de China un yacimiento de 40.000 años de antigüedad frecuentado por una población con tecnologías que no se corresponden con las descritas en yacimientos habitados por poblaciones arcaica
El hallazgo, que se publica hoy en la revista Nature, contradice la idea de una sustitución rápida de las poblaciones arcaicas por los humanos anatómicamente modernos y sugiere un periodo de hibridación genética y cultural
“Los hallazgos de Xiamabei, en el norte de China, son de gran importancia para el estudio del desarrollo de las culturas humanas complejas, ya que representan la prueba más antigua de un uso de colorantes en el este de Asia”, explica Daniela Rosso, investigadora del Departamento de Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua de la Universitat de València, que se ocupó del estudio de colorantes hallados en la región.
“El estudio microscópico de la superficie de los instrumentos ha aportado interesantes datos tecnológicos y funcionales, así como evidencias sobre algunos usos de esos colorantes”, ha destacado Andreu Ollé, también investigador del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) y profesor asociado de la Universitat Rovira i Virgili (URV), quien llevó a cabo el análisis traceológico de la industria lítica.
Uno de los acontecimientos más importantes de la evolución humana es la expansión global de Homo sapiens. Las pruebas fósiles, genéticas y arqueológicas indican que hubo varios episodios de dispersión de poblaciones de humanos anatómicamente modernos desde África en los últimos 200.000 años. Estos, al migrar por Eurasia, se cruzaron con poblaciones arcaicas como los neandertales y los denisovanos. Sin embargo, las pruebas paleoantropológicas y arqueológicas siguen siendo ambiguas sobre la llegada de las poblaciones modernas en Asia Oriental y sus interacciones con poblaciones indígenas.
Los humanos modernos estaban ya presentes en China hace 110.000 años, pero esta hipótesis se ha cuestionado recientemente por nuevas dataciones y análisis genéticos. Los restos humanos y análisis genéticos indican que las poblaciones modernas ya debían estar presentes en China hace 40.000 años. Sin embargo, no se han identificado cambios de conducta que puedan vincularse a esta presencia en esta amplia región hasta hace aproximadamente 29.000 años, cuando aparecen tecnologías de talla lítica que permiten la producción estandarizada de microláminas.
La expansión de los humanos modernos se vio facilitada por innovaciones sociales y simbólicas. El uso de colorantes y tecnologías miniaturizadas, por ejemplo, se considera como un indicador arqueológico de una mayor complejidad cultural que habría facilitado la expansión de las poblaciones modernas. Sin embargo, excepto el uso de adornos y colorantes en una de las cuevas de Zhoukoudian (hace aproximadamente 35-33.000 años) y de cuentas realizadas con cáscaras de huevos de avestruz en el yacimiento de Shuidonggou 2 (hace aproximadamente 31.000 años), no se conocen otras pruebas claras de esta conducta en China.
Cultura material
El grupo humano que frecuentaba este yacimiento utilizaba herramientas de piedra de tamaño reducido, talladas principalmente por talla bipolar sobre yunque. Estas poblaciones fijaban estas herramientas, con la ayuda de fibras vegetales, a mangos, algunos realizados en hueso, y las utilizaban para trabajar la piel y madera y para acciones de carnicería. Transportaron al yacimiento diferentes tipos de colorantes, que rasparon y molieron para producir polvo rojo, usado para actividades no identificadas. Este polvo rojo quedó impregnado en el suelo, dejando así una mancha roja. Además, se utilizó una lasca de hueso alargada, a penas modificada, probablemente para trabajar el cuero.
Estos rasgos culturales originales pueden reflejar una colonización temprana por parte de poblaciones modernas, desconocidas hasta la fecha, que quizás hayan tenido intercambios culturales y genéticos con los denisovanos locales. También pueden corresponder a una evolución cultural local de los denisovanos, posiblemente tras un contacto temprano con poblaciones modernas. Aunque la ausencia de restos humanos no permita inclinarse por uno de los dos escenarios, las conductas originales identificadas por los investigadores, que difieren de las que se observaron hasta la fecha, sugieren un complejo periodo de transición con repetidos episodios de intercambio genético y cultural: un patrón de mosaico que implicaría en algunos casos la difusión de poblaciones e innovaciones y, en otros, la persistencia de tradiciones locales con la adopción de algunas innovaciones.