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El CCCC analiza la cultura de la transición, desde la periferia, a través del Grup de Reüll

  • El centro de cultura contemporánea presenta la exposición ‘De Reüll: 1990-2020’ dedicada a este colectivo artístico de La Marina (Alicante), con más de 30 años de trayectoria

El Centre del Carme Cultura Contemporània (CCCC) presenta la exposición ‘De Reüll: 1990-2020’ dedicada al Grup de Reüll, colectivo artístico de La Marina (Alicante), con más de 30 años de trayectoria.

Enmarcada dentro de la convocatoria Trajectòries del Consoci de Museus, la muestra del Grup de Reüll permite analizar el desarrollo de la cultura en nuestro territorio desde la Transición hasta la actualidad; reconocer una transformación en la figura del artista y su evolución hacia prácticas colaborativas o la acción social, así como poner el foco en la labor de este colectivo por impulsar el arte contemporáneo con influencia en todo el territorio valenciano.

El director del Centre del Carme, José Luis Pérez Pont, ha presentado esta mañana la exposición acompañado por el comisario de la muestra, Rafael Tormo, y por el artista y presidente actual del Grup de Reüll, Josep Ginestar, así como otros miembros del colectivo.

Pérez Pont ha recordado las claves de la convocatoria Trajectòries, “que permite poner en valor la labor y las aportaciones de artistas y colectivos de nuestro territorio en el desarrollo del arte contemporáneo actual”, y ha destacado que “el Grup de Reüll es un ejemplo de cómo la cultura es una palanca que acciona y que empuja a las sociedades a avanzar. Desde la sensibilización, desde la crítica, la sátira o desde la movilización ciudadana, el arte abre vías de diálogo y de comunicación que pueden mostrar nuevos caminos de futuro”.

De las expectativas generadas con la Transición a finales de los setenta y los ochenta, a una institucionalización creciente de la cultura. Del presente de mercantilización, a la esperpéntica celebración de la especulación económica y simbólica de los noventa y 2000. La exposición va más allá de una rememoración ordenada. Se busca profundizar en el contexto específico en el que se desarrolla el Grup de Reüll: el espacio periférico, el turismo, la instrumentalización de la cultura. La falta de políticas para las artes visuales, que motivó la creación del colectivo en los años noventa, la espectacularización, el disparate especulativo, la rebeldía frente a la Administración, las batallas ganadas y perdidas, el 15M y el arte.

El comisario de la exposición ha señalado que “el itinerario expositivo se plantea como una reconstrucción creativa y una metodología curatorial/afectiva a través de aproximaciones a los hechos acontecidos y su vinculación a experiencias reales, yo mismo participé en sus convocatorias, y también formé parte un tiempo del colectivo, y ahora hago este comisariado. Evocamos su recuerdo y hacemos relato”.

Rafael Tormo reconoce que hay una intención de señalar la necesidad de descentralizar la cultura de las capitales de provincia, mostrando a este colectivo de La Marina como caso de estudio, y ha reconocido que se trabaja para mostrar esta exposición también en Alicante, de la mano también del Consorci de Museus.

Tres grandes invernaderos, esculturas en hierro de dimensiones enormes, estructuran la exposición donde se cultiva la cultura. La muestra comienza como un ‘flashback’ mostrando la escenografía de una obra que no ha podido realizarse. La pieza ‘Danzad, danzad, malditos’, del colectivo Gloria&Robert (Rafael Tormo i Cuenca, Miguel Ángel Martínez, Sandra Gómez y Vicente Arlandis), es una ‘performance’ fallida que consiste en un maratón de baile de 100 parejas, que iba a inaugurar esta tarde la exposición y que no ha podido llevarse a cabo debido a la pandemia. Inaugurada en La Casa Encendida de Madrid (2014) y en Arts Santa Mònica de Barcelona (2015), en su lugar la sala Goerlich muestra esta frase: “La impossibilitat de dur a terme allò planejat: la realització d'una acció duta ja a terme i que ara romandrà en el fracàs de la seua representació”.

Las piezas de Rafael Armengol y Josep Renau, entre otros, contextualizan los primeros años de la democracia. Destacan, asimismo, las obras de Santiago Sierra, Joan Verdú o Ana Navarrete. La exposición exhibe algunos de los documentos que este grupo ha ido generando a lo largo del tiempo; prácticas diversas donde tiene cabida la instalación o el arte de acción, presencial o virtual, como las creaciones del colectivo Kalebarraka en Instagram, ‘Ruinas del futuro’ de Bárbara Sebastián y Jota Izquierdo o la obra colaborativa realizada dentro del proyecto CraftCabanyal, coordinado por Bia Santos, dentro de la plataforma Salvem el Cabanyal.

Según Rafa Tormo, “se muestran muchas obras que están en los límites de lo que tradicionalmente entendemos por arte o de lo que debería entrar o no en un museo, como la pancarta de Salvem el Cabanyal, que para mí debería ser una pieza museística”.

La exposición incluye un ciclo de cine y algunas entrevistas, desde donde se muestra la imposibilidad de dibujar un relato único de los acontecimientos y cómo la creación artística contemporánea se ha ido relacionando con diferentes intereses y motivaciones alrededor de su desarrollo.

La exposición se podrá ver en el CCCC hasta el 21 de febrero de 2021.

Desde la periferia

Entre 1982 y 1989, tan solo algunos colectivos en las comarcas de Alicante: Museu d’Art Extemporani (MAE) y Joves Artistes Plàstics Alacantins (JAPA), hacían de contrapunto a la presencia del arte en tierras del sur. Josep Ginestar, Toni Simó y Tomás Ruiz se conocieron y comenzaron a plantearse cómo promocionar el arte, apoyando a los jóvenes y generando comunidad. En los noventa llegaron las primeras exposiciones y convocatorias públicas con jurados independientes. De Reüll fue el nombre que se eligió para designar el grupo que casualmente coincidió con el nombre de una revista que dirigía Román de la Calle en aquellos momentos.

Se gestionó el Espai Lambert desde 1993 hasta 2005, y diversas propuestas en la calle (Espai Trobat, Llocs Liures, Art i Natura, Temps, Memòria, Formes i Llocs, del 92 hasta 2008) y una publicación: ‘ECO’, 97 y 98.

En el 2000, algunas de estas propuestas desaparecieron, pero se incorporaron nuevas intervenciones en la Universitat Politècnica de València, en Altea con ‘Mar Clàssica Mar d’Art’, Pedreguer con ‘Petjades a la Drecera’, el palau Ducal de Gandia, Oliva con ‘Espais Creuats’…, además de otras acciones que han estado vinculadas o han apoyado el colectivo en diferentes puntos de la comarca o fuera de ella, como el reciente festival de fotografía Ojos Rojos, entre muchas otras.

Sala Ferreres

Con la exposición de Grup de Reüll, el CCCC presenta la remodelación de sus salas Ferreres-Goerlich. Los trabajos, que se han desarrollado a lo largo de tres meses, desde la finalización de la exposición ‘Acciones cotidianas’, de Maribel Domènech, el pasado 11 de octubre, han servido para recuperar la imagen original del conjunto de ambas salas, la dotación, por primera vez, de dos salidas de emergencia, así como la instalación de un novedoso sistema de iluminación I+D que sitúa al CCCC a la vanguardia en la museografía actual.

La intervención arquitectónica en estas salas ha consistido en la eliminación de la rampa que unía Goerlich con Ferreres, montada sobre la escalera que une ambas alturas. Esta rampa entorpecía estéticamente el conjunto y tampoco resultaba cómoda en su uso. Se ha habilitado una nueva en la sala anexa (Goerlich 2), que conecta ambos niveles con una solución que invita a los visitantes a recorrerla, y se gana un pequeño escenario para otros usos culturales.

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