El teletrabajo se reduce en la Comunitat tras el avance de la vacunación y el fin de la mayoría de las restricciones
Con un 30,9% menos de teletrabajo, la valenciana es la quinta autonomía donde más profunda ha sido la caída
El Adecco Group Institute, el centro de estudios y divulgación del Grupo Adecco, quiere saber cuál es el grado potencial de satisfacción de un ocupado medio en cada una de las comunidades autónomas españolas. Para ello presenta el Monitor Adecco de Oportunidades y Satisfacción en el Empleo que, semestralmente desde hace nueve años, profundiza en dicho grado de satisfacción, así como en las oportunidades laborales del mercado laboral.
Para la realización del informe, se toman en consideración cinco áreas fundamentales en el entorno laboral de las personas como son la remuneración, la seguridad laboral, las oportunidades de empleo y desarrollo profesional, la conciliación entre la vida personal y la profesional y la conflictividad laboral.
En total, se analizan 16 subvariables diferentes. En esta segunda entrega del Monitor nos centramos en el apartado de conciliación entre la vida personal y la profesional.
Y según las variables que se analizan en este punto -la proporción de ocupados trabajando a tiempo parcial, la posibilidad de trabajar al menos ocasionalmente desde el hogar y el porcentaje de ocupados que cursan estudios- las mejores comunidades para conciliar vida profesional y personal son la Comunidad de Madrid, la Comunitat Valenciana y el País Vasco.
En el caso valenciano, la región es una de las once autonomías que ha visto descender su puntuación en este apartado, pero ha conseguido mantener la segunda plaza de mejores comunidades para conciliar vida personal y profesional.
El teletrabajo se reduce un 30,9% en la Comunidad Valenciana
En España, el número de teletrabajadores se ha estabilizado en los últimos cuatro trimestres en un rango de entre 2,8 y 3,2 millones de personas, aproximadamente. Sin embargo, cuando se compara el dato puntual del segundo trimestre de 2021 (2,9 millones de teletrabajadores) con el del mismo período del año pasado (trimestre atípico que incluye el confinamiento de la población, que marcó el máximo histórico de 3,55 millones de teletrabajadores), se encuentra una reducción de un 18,4%.
En el caso valenciano, esta estabilización se puede ubicar en un rango que podemos situar entre 240.000 y 260.000 teletrabajadores, aproximadamente. En el segundo trimestre han sido 253.900 las personas que trabajaban al menos ocasionalmente desde su hogar en la Comunitat Valenciana, un 30,9% menos que un año antes (la quinta mayor reducción entre todas las comunidades autónomas).
Esto mismo (un número relativamente elevado de teletrabajadores cuando se analiza la serie histórica de datos, aunque con un descenso interanual debido que la comparación se realiza con el pico producido por el confinamiento domiciliario) ocurre, con algunos matices, en todas las autonomías, con excepción de Canarias. Esta autonomía es la única que presenta un incremento interanual en la cantidad de teletrabajadores: 3.800 más que hace un año (+3,9%).
Aun sabiendo que se trata de una comparación atípica, el análisis de la variación interanual del segundo trimestre da pistas útiles acerca del mayor o menor grado de implantación del teletrabajo en las diferentes autonomías. En un extremo, la Comunidad de Madrid y Cataluña muestran los descensos más suaves, de un 8,9% y un 13,6%, respectivamente.
En cambio, seis autonomías exhiben retrocesos interanuales de al menos el 30% (entre ellas, la valenciana): Cantabria (-38,3%), el País Vasco (-34,9%), Extremadura (-32,6%), Aragón (-31,2%), la Comunidad Valenciana (-30,9%) y Castilla-La Mancha (-30,8%).
Estas variaciones permiten comprender por qué se ha reafirmado el predominio de la Comunidad de Madrid (774.000 teletrabajadores) y de Cataluña (591.700 teletrabajadores) en este campo, concentrando al 47,1% del total de teletrabajadores españoles, frente a un 43,2% hace un año.
Si añadimos Andalucía (378.700 teletrabajadores) y la Comunitat Valenciana (253.900 personas trabajando al menos ocasionalmente desde su hogar), tenemos que las cuatro autonomías con mayor cantidad de teletrabajadores cobijan al 68,9% de este colectivo.
Si utilizamos las medias móviles de los últimos cuatro trimestres, a fin de captar la tendencia y evitar la distorsión que pueda provocar un dato aislado, vemos que la proporción de teletrabajadores ha crecido en todas las autonomías con excepción de Aragón y Extremadura.
En el caso valenciano, en el segundo trimestre estaba teletrabajando el 12% de sus ocupados, proporción que resulta seis décimas mayor que la de un año antes y que es superior al 8,5% de hace dos años (antes del estallido de la pandemia).
En el total de España, dicha variable ha subido 3,9 puntos porcentuales, hasta el 15,1%. Esto quiere decir que hace dos años la Comunidad Valenciana estaba por encima de la media nacional en cuanto a inserción del trabajo en remoto y ahora está más de 3 puntos porcentuales por debajo.
El mayor incremento se ha registrado en la Comunidad de Madrid, donde la proporción de teletrabajadores ha dado un salto de 11,7 puntos porcentuales, para llegar al 25,6%. Es el mayor registro alcanzado por cualquier autonomía en los 15 años que cubren las estadísticas de esta variable.
Cataluña ha pasado al segundo puesto, con un incremento interanual de 6,7 p.p. que eleva su proporción hasta el 18,8%. En tercer lugar, se sitúa ahora Asturias, con un 15,4% (+2,4 p.p.).
La transformación radical que se ha experimentado queda clara cuando se observan los datos de hace apenas dos años. En junio de 2019, el teletrabajo era liderado por Asturias y Galicia, en ambos casos con el 8,9% de sus ocupados trabajando al menos de modo ocasional desde su hogar. Ahora, la comunidad autónoma con menor proporción de teletrabajadores, que es Navarra, tiene una de un 9,4%.
La inserción de la jornada parcial, muy por debajo de la media en la UE
Tras cinco trimestres seguidos con caídas, el empleo a tiempo parcial está teniendo una fuerte recuperación en nuestro país. En los últimos doce meses se han creado 349.300 empleos de este tipo, un 33% del total. Sin embargo, como este incremento solo ha servido para recuperar pérdidas anteriores, la media móvil de cuatro trimestres de la proporción de ocupados a tiempo parcial en el total de ocupados permanece en un 14,2%, lo mismo que hace un año.
En la Comunitat Valenciana no había una tendencia descendente en el número de personas trabajando a tiempo parcial, sino que se alternaban trimestres positivos con otros negativos. En todo caso, un 27,1% de los empleos creados en los últimos doce meses en esta autonomía es de este tipo.
En este período se han sumado 28.000 puestos de trabajo de media jornada en la Comunitat Valenciana (+9,3% interanual), frente a 75.200 de tiempo completo (+4,6%). Esta recuperación ha contribuido a que, considerando el promedio móvil de los últimos cuatro trimestres, la proporción de ocupados a tiempo parcial haya crecido hasta el 16,1% del total de ocupados (+0,4 p.p.). Es el dato más alto para la Comunidad Valenciana desde septiembre de 2018 y, además, es el mayor a nivel autonómico.
Aunque en diverso grado, todas las autonomías, con excepción de La Rioja, imitan el patrón general, incorporando mano de obra a tiempo parcial. En seis regiones -además de la valenciana, incluso, el incremento alcanza para mostrar un aumento interanual en la proporción de ocupados a tiempo parcial.
Asturias (14,2%; aumento interanual de 1,2 puntos porcentuales) y Baleares (12,9%; +0,7 p.p.) exhiben los mayores incrementos en esta variable. La situación opuesta corresponde a La Rioja (-2,1 p.p., cayendo hasta el 13,5%) y el País Vasco (-1,1 p.p., cediendo hasta el 15,5%).
Con su 16,1%, la Comunitat Valenciana recupera el primer lugar, superando al País Vasco, con los datos recién indicados, que pasa al segundo puesto. En la tercera posición se coloca Navarra, con un 15,1% de sus ocupados trabajando a tiempo parcial (una décima más que un año antes).
Solo hay dos autonomías con menos de un 13% de ocupados a tiempo parcial: Canarias (12,4%; -0,1 p.p.) y Baleares (12,9%; +0,7 p.p., como ya se ha señalado).
Como cabría esperar, esta evolución del empleo a tiempo parcial no ha permitido cerrar la brecha que separa en este terreno a España y a la propia autonomía valenciana de los países más avanzados de Europa.
Aunque la penetración del empleo a tiempo parcial es más alta en la Comunitat Valenciana que en el conjunto español (14,2%), el 16,1% valenciano queda aún por debajo del 18,6% que es la media de la UE-27 y mucho más, por ejemplo, de países como Alemania (29,1%), Austria (28%), Bélgica (24,2%) y Dinamarca (24,1%).
En cambio, la inserción del empleo a tiempo parcial sí es muy superior en España y la Comunitat Valenciana que en los países del Este europeo, como por ejemplo Polonia (6,4%) o Hungría (5,6%). De este grupo de países, la menor proporción la exhibe Bulgaria (2%). Por su parte, Portugal (8,4%) y Grecia (7,8%) también presentan una proporción de ocupados a tiempo parcial muy inferior a la española y la valenciana.
De los datos anteriores surge una nítida correlación positiva entre nivel de desarrollo (es decir, el PIB por habitante) y la proporción de ocupados a tiempo parcial, cosa que a su vez está vinculada con un mayor grado de conciliación entre el trabajo y la vida privada.