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Silla y su milenaria danza dels Porrots

Silla y su milenaria danza dels Porrots
  • Es una tradición grecorromana y de gran importancia en la localidad valenciana de Silla, donde el baile se ha mantenido a lo largo del tiempo

  • Esta representación de la lucha guerrera entre dos bandos quiere ser declarada Bien de Interés Cultural Inmaterial

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Silla y su milenaria danza dels Porrots - (foto 2)
Silla y su milenaria danza dels Porrots - (foto 3)
Silla y su milenaria danza dels Porrots - (foto 4)

Es el único lugar del mundo en el que se mantiene viva la danza grecorromana. Un baile de gran tradición, fuerza y simbolismo que representa la lucha guerrera entre dos bandos y que los habitantes de Silla tienen la fortuna de seguir reviviendo cada año. La Dansa dels Porrots forma parte de la historia de esta localidad de l'Horta Sud y quiere ser declarada Bien de Interés Cultural Inmaterial.

Una iniciativa que acaba de aprobar el Ayuntamiento de Silla, quien inicia los trámites para solicitar esta declaración y que tenga así "el reconocimiento que se merece", explica el concejal de Cultura, Valentín Mateos, a elperiodic.com: "Es una danza que nos hace emocionar y queremos poner en valor una de las tradiciones que nos define y nos une a todos".

La danza traslada 2.000 años atrás en el tiempo a sus bailarines y también guerreros, un baile milenario y que Abelardo Hernández lleva toda su vida representando. Él es el presidente de la Asociación Cultural Municipal Danza dels Porrots de Silla y este digital ha tenido el placer de hablar con él para conocer más de cerca una tradición tan arraigada entre todos los silleros.

¿Qué es este baile y qué representa?

Es una danza guerrera, mezcla entre íbera y grecorromana porque llevamos un 'porrot' -una especie de bastón rudimentario-, una falda dorada y una corona de laurel griega. Es una lucha que representa el enfrentamiento entre dos bandos. El baile simula lo que hoy en día podría ser un entrenamiento de la policía o los bomberos.

¿Cuál es el valor o la esencia de este baile?

Tiene mucha actividad pero también momentos en los que nos quedamos inmóviles dando una plástica muy fotográfica. La danza tiene mucho agarre y fuerza, se baila con potencia y en tensión. Hay incluso algún salto que parece que necesite de toda la fuerza del mundo pero realmente se trata más de maña.

¿A cuándo se remonta esta danza?

Se ha bailado siempre. Lamentablemente se pierde en el tiempo y toda la documentación ha ido desapareciendo pero en 1.800 ya tenemos constancia de su existencia. Es algo que distingue al resto de danzas de alrededores, que no se ha perdido en el tiempo.

Es una tradición muy arraigada en Silla, ¿Cuántos vecinos la bailan?

Somos un centenar de personas y actualmente hay dos asociaciones, una municipal y otra de una Falla. Pero hay mucha gente en Silla que sabe bailar els porrots. Además, se hizo una Escuela dels Porrots hace treinta años y se enseña a los más pequeños a bailarla.

Las mujeres también bailan la danza?

Sí, es algo en lo que yo me empeñé aunque mucha gente no quería. Es una tradición más reciente aunque ha tenido mucha acogida y es un grupo muy activo. De hecho, en algunas exhibiciones hacemos grupos mixtos.

¿Cuándo se representa esta danza?

Se baila el día del Cristo durante todo el día y hasta caer la noche. Es una cosa distinta porque ninguna danza hace esto. Es tradicional hacerlo durante este día y de hecho antes el Ayuntamiento pagaba a los porrots para que bailaran y se montaba una mesa con bebida y dulces. Era muy atractivo y todo un honor porque incluso se recibía por herencia.

También habéis bailado fuera de Silla, ¿Cómo ha sido esta experiencia?

Hemos estado en Barcelona, en Madrid, pero también en Polonia o Italia. Lo cierto es que la gente encuentra esta danza muy extraña porque tiene mucho agarre, es un baile de tensión.

Llevas toda tu vida dedicada a la dansa dels Porrots, ¿Qué significa este baile para ti y que además pueda ser declarado BIC?

Vengo de una familia que lo ha bailado siempre, mi tatarabuelo era quién lo organizaba y de hecho no ha cambiado nada, lo bailo exactamente como él lo hacía. Le he dado una dedicación completa y he estado al pie del cañón para mantenerla viva como hicieron mis antepasados. Para mí ya es un bien inmaterial y sería maravilloso que así fuera reconocido.

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