Vilamarxant celebra un fin de semana dedicado a Sant Blai
Vilamarxant ha dedicado este fin de semana a la festividad de Sant Blai. Unas celebraciones que han tenido, este año, mucha participación popular.
El sábado, 130 personas compartieron mesa en una comida popular, organizada por la Concejalía de Fiestas y Tradiciones del Ayuntamiento de Vilamarxant. Es la primera vez que tiene lugar una actividad de estas características en esta fecha. En la Replaça, se repartió a todas y todos los comensales inscritos un plato de olla de Sant Blai, elaborado por el establecimiento local Cocina en Vivo Amparo. De esta forma, se recuperaba una receta tradicional. Primero, se sirvió un plato de arroz caldoso y, después, se repartieron platos de verduras, garbanzos y carne de ternera, cerdo y pollo. Por último, se pusieron dulces por todas las mesas.
Mientras estaba preparándose la comida, los más pequeños pudieron disfrutar de juegos populares y tradicionales, de la mano de la ludoteca Gamusinos. Pudieron saltar a la comba, jugar a las birlas, hacer carreras de sacos o demostrar su habilidad en el 3 en raya.
Misa y reparto de panecillos
El domingo, fue el momento de la celebración religiosa. La lluvia no impidió que los vecinos y vecinas de la calle Sant Blai salieran para rendir homenaje al santo. La primera parada fue en la imagen que hay en la misma calle, donde le dedicaron oraciones con devoción y agradecimiento.
Después, se dirigieron a la iglesia de Santa Catalina, llevando, como marca la tradición, cestas llenas de panecillos de Sant Blai. En el templo, se celebró una misa en la cual se recordó la fe que muchas personas tienen en el santo como sanador y protector de enfermedades de garganta; por eso el popular dicho: "Santo Blai gloriós, lleva'm la tos".
Al final de la ceremonia y ante la imposibilidad de hacer el pasacalle de vuelta por la lluvia, el Grup de Danses i Pastorets de Vilamarxant bailó dentro de la iglesia, como muestra de agradecimiento y ofrenda a Sant Blai.
Además durante la ceremonia, el rector Alberto Martín bendijo los panecillos que, después, los vecinos y vecinas de la calle repartieron entre las persones asistentes, junto a una estampita y chocolate. Por otro lado, muchas y muchos fieles besaron la reliquia y pasaron pañuelos por la figura del santo, para protegerse de las enfermedades de la garganta.
Al acabar la misa, algunos vecinos y vecinas y la concejala de Fiestas y Tradiciones, Mª Victoria Sanchis, trasladaron el espíritu de la fiesta a casa de la mujer más mayor del municipio, María Capdequí, de 107 años, a quien le llevaron una cesta de panecillos y un detalle.
El tradicional reparto de los panecillos bendecidos por la calle Sant Blai se desarrolló entre la mañana y la tarde. Un acto que siempre lleva alegría y recuerdos a las casas donde viven los vecinos y vecinas de más edad, que recuerdan esta fiesta como una tradición de toda la vida que hay que mantener viva en el municipio.
Mª Victoria Sanchis agradecía "la implicación de todo el pueblo en los actos que han tenido lugar el sábado y el domingo. Con estas celebraciones, hemos intentado impulsar esta tradición y que todo el pueblo se sintiera partícipe de esta fecha tan nuestra. La colaboración popular, junto al trabajo y apoyo institucional, son fundamentales para la pervivencia de nuestras fiestas".