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Los vecinos de Navalón y Enguera piden que se paralice la tala masiva de más de 120.000 árboles para evitar “destrozar el patrimonio natural”

Los vecinos de Navalón y Enguera piden que se paralice la tala masiva de más de 120.000 árboles para evitar “destrozar el patrimonio natural”
  • El Ayuntamiento ha decidido retomar estas labores de tala de pinos y encinas después de que se paralizaran desde el año 2016

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Los vecinos de Navalón y Enguera piden que se paralice la tala masiva de más de 120.000 árboles para evitar “destrozar el patrimonio natural” - (foto 2)
Los vecinos de Navalón y Enguera piden que se paralice la tala masiva de más de 120.000 árboles para evitar “destrozar el patrimonio natural” - (foto 3)
Los vecinos de Navalón y Enguera piden que se paralice la tala masiva de más de 120.000 árboles para evitar “destrozar el patrimonio natural” - (foto 4)

A principios de este año la alcaldesa de Enguera y su gobierno decidieron retomar las talas masivas de pinos y encinas que fueron paralizadas en 2016 por el Ayuntamiento, y más tarde por la Conselleria de Medio Ambiente, al considerar que no se cumplían las normas específicas para su extracción.

Tanto vecinos de Enguera, como colectivos conservacionistas y expertos técnicos y científicos consideraron que las talas eran injustificadas, excesivas y con graves impactos ambientales.

El colectivo Amigos de Navalón con el apoyo y asesoramiento de otras entidades conservacionistas y naturalistas, se ha dirigido por registro de entrada al Ayuntamiento para pedir la paralización del expediente y para exigir respuestas y aclaraciones en relación a los objetivos y consecuencias de esta inexplicable tala masiva.

Esta asociación explica que, “lamentablemente, el nuevo gobierno municipal del PP ha decido reemprender las talas y ya está avanzado un expediente para la enajenación de una enorme cantidad de vegetación (el expediente lo expresa en toneladas de madera con corteza, una manera muy significativa de considerar a los árboles de un monte de utilidad pública) que habrán de abatirse aproximadamente en un año”.

Tienen claro que “puede que nos sobren muchas cosas, pero entre ellas no se encuentran los bosques, puesto que cada vez se reconocen como más importantes y valiosos para la humanidad”.

Este colectivo también se dirigirá a la administración autonómica para “exigir coherencia y rigor en la defensa del patrimonio forestal valenciano, de sus montes de utilidad pública y de las zonas que forman parte de la Red europea Natura 2000 (que pretende salvaguardar los hábitats naturales de mayor interés, en esta era de acelerada destrucción de la naturaleza, con las graves consecuencias ambientales, económicas, sociales e incluso sanitarias que implica)”.

Van a poner en marcha “acciones legales, además de todos los recursos administrativos pertinentes, y una importante campaña de denuncia, información, concienciación y defensa de los bosques de propiedad municipal de Enguera, un patrimonio que pronto será envidiado por otras comunidades que no gocen de estos valiosos recursos naturales, a no ser que los destrocen, como se pretende con estas talas”.

Alzan la voz

El colectivo activista explica que “resulta inaceptable que no se detallen medidas de control para evitar daños al ecosistema durante la corta y extracción de madera, más aún en parajes amparados por varias figuras de protección, tanto municipales y autonómicas como europeas. Más aún cuando en 2015 y 2016 los daños fueron importantes, incluyendo daños a las propiedades vecinas y motivaron la suspensión de las talas”.

Recuerdan que “estamos hablando de un MUP, en el cual la finalidad prioritaria es la protectora (lo que no excluye otras, pero si las limita); no aparece en el pliego de condiciones ninguna medida especifica protectora de la fauna, la vegetación, ni el suelo o el paisaje”.

Lamentan que parezca “simplemente una licencia para explotar, sin más”.

Sin beneficios económicos

El tipo de contrato que prevé firmar la alcaldesa, según este colectivo, “admite que el Ayuntamiento no recibirá ningún ingreso (aun siendo una cifra ridícula) sino que cobrara en “especie”, con una serie de actuaciones por parte de la misma empresa, consistentes en efectuar más cortas de vegetación, que generarán residuos forestales, los cuáles, o bien quedaran como restos esparcidos por el bosque, o serán aprovechados gratis por la empresa para aumentar sus beneficios”.

Para ellos se trata de “un buen negocio para la empresa, pero una tomadura de pelo para los vecinos; la adjudicación prevé cortar casi 16.000 toneladas de madera, que equivalen a unos 100.000 árboles, ya que una tonelada de madera equivale a unos 6-7 árboles de tamaño medio, por lo que cada pino se pagaría (caso de cobrar-se) a menos de un euro.

Pérdidas irreparables

Amigos de Navalón afirman que “se perderá un patrimonio natural y una vegetación valiosa, que cumple funciones ecológicas esenciales, sumamente valiosas, que se defienden por toda clase de entidades científicas y organismos ambientales internacionales, sin ningún provecho para la colectividad, que es la propietaria de los terrenos y de los bosques “regalados” a la empresa extractora, con clara traición a su utilidad pública”.

Por todo ello, el colectivo Amigos de Navalón pide la paralización del proceso “antes de comenzar los destrozos que serán irreversibles”.

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