Rafa Cheli, artista fallero: “Le dediqué una falla a mi abuelo y para mí ese sí que fue un trabajo especial”
Con la cuenta atrás para la plantà, en elperiodic.com hemos entrevistado a un gran protagonista, el artista fallero
Son muchas las personas que están la semana fallera año a año, uno de esos grupos de personas son los artistas falleros, encargados de vestir las calles con monumentos que le dan vida a esta semana tan característica de fiesta valenciana. Detrás de todos esos ninots se esconden muchas horas de trabajo y esfuerzo por parte de comisiones y talleres de profesionales que cuidan hasta el más mínimo detalle de cada ‘ninot’.
Rafa Cheli Collado es uno de los artistas que se encarga del diseño y de la creación de las fallas. Después de unos años difíciles para el sector, Rafa ha querido atender al elperiodic.com para acercar un poco más la realidad de un oficio desconocido por muchos y necesario para sostener los pilares de la semana grande de fiestas Valencia.
¿Qué es lo que te llevó a elegir la profesión de artista fallero?
Desde pequeño siempre he disfrutado las fallas y cuando estaba en el colegio empecé a preguntar cual era el proceso para ser artista fallero, en ese momento no existía el modulo de artista fallero, entonces o te metías en la escuela de artes y oficios o la otra opción era buscar un taller y comenzar a trabajar desde abajo para aprender el oficio y poder ir ascendiendo con tus virtudes.
Y así fue, mi primera vez fue un verano en el taller de Palacio y Serra, y me dieron la oportunidad de probar y me gustó. A partir de ahí comencé a firmar una falla infantil por mi cuenta para un colegio, después me contacto una falla infantil para el pueblo de Denia, al año siguiente dos fallas infantiles y después hice un pequeño parón porque yo tenía un negocio familiar. Llegó el punto en el que tenía que decidir si pasaba a que esto que hacía fuese profesional al 100% o se queda como un 'hobbie', y en ese momento preparé un buen currículum con todo mi trabajo y busqué al artista fallero que para mi era el mejor, Julio Monterubio, y se lo presenté, el lo estudió y me dijo que iba a empezar un proyecto que iba a ser una falla de 1 millón de euros para la Falla Nou Campanar. Yo entré a formar parte de su equipo hasta plantar la falla de Nou Campanar.
Después vino la crisis del ladrillo, que era lo que movía esas cantidades de dinero a una falla, fue un desastre, las fallas bajaron los presupuesto, las fallas especiales pasaron de 1 millón de euros a 100.000 euros. La situación fue insostenible y nos vimos en la calle muchos trabajadores. En junio de 2009 yo monté mi taller y desde entonces no hemos parado de pegarle caña al mundo de las fallas.
¿El artista fallero se mantiene solo con la facturación de las fallas?
Las fallas en sí nunca han sido suficiente para vivir de ellas tal cual, y el que diga lo contrario miente. Sí que es verdad que hay talleres, pocos, que solo se dedican a hacer fallas y muchos otros talleres, como es nuestro caso, en los que las fallas son un 30% o un 40% de nuestra facturación y el resto son otro tipo de trabajos de tematización, fabricación de stands u otras tareas que podamos realizar. En un taller de fallas, por ejemplo, puedes tener 5 trabajadores con las fallas firmadas y tu cubres los gastos, fabricas las fallas haciendo muchísimas horas extras, pero no te da para pasar todo el año. Los que sí que pueden vivir de esto suelen ser los talleres que se dedican exclusivamente a las fallas infantiles, son menos gente y pueden almacenar más fallas, aunque son muchas horas de trabajo.
Una de las preguntas que más curiosidad genera a la gente, ¿cómo trabajas en el proceso de creación de una falla?
Pues la Comisión se pone en contacto contigo y te dicen un presupuesto aproximado, y una vez sabemos el presupuesto nosotros desarrollamos un proyecto dependiendo de donde vayamos a competir, no es lo mismo competir en Valencia o Gandia que en cualquier población de alrededores. Una vez lo tenemos claro hablamos con una guionista o poeta de la comisión de la falla y nos ponemos manos a la obra. Cuando ya tenemos el proyecto pasamos a hacer un boceto y sobre eso la falla decide. Me gustaría destacar que últimamente hay cosas que se están haciendo que yo personalmente no soy muy partidario, porque lo que antes era una idea que se entregaba un esbozo a lápiz y la falla le daba una libertad al artista fallero necesaria para que la falla tuviese la magia necesaria, ahora las comisiones te piden exactamente el boceto y no te puedes salir ni un poco, eso le quita al artista la capacidad de imaginación durante el proceso de creación y eso, al final es perjudicial para las dos partes
La pandemia ha hecho desaparecer muchos de los talleres falleros. ¿Cómo os ha afectado a vosotros?
La pandemia ha sido un golpe durísimo para todos, hay talleres de todo tipo, pero el que se ha dedicado exclusivamente a hacer fallas en poblaciones, no ha tenido ningún ingreso y muchos han desaparecido. Por otra parte, estamos los que hemos tenido algo más de suerte, yo me he dedicado siempre la mitad a poblaciones y la otra mitad a Valencia, y la parte de las fallas de la ciudad tuvieron una buena actuación y pudimos firmar las fallas que estamos realizando para este año, no nos quedamos parados. Nos afectó mucho, pero pudimos pasarlo por lo que te he comentado antes, pese a la caída de la facturación de las fallas, nosotros tenemos otro trabajo en el taller que representa más del 50% de nuestro beneficio. Tuvimos que apostar por esa parte de nuestro trabajo y dejar un poco de lado las fallas y eso es lo que nos salvó y ahora en el 2022 estamos recogiendo los frutos de todo ese trabajo que realizamos.
Otro de los problemas a los que nos hemos tenido que enfrentar es la subida del coste de los materiales, que en nuestro taller ha supuesto unos gastos extra de unos 8mil euros, antes de la pandemia yo compraba el bote de espuma a 2,5 euros y en la última factura que pagamos, el bote estaba a 4,9 euros, a eso le sumas que yo compro unos 70 botes cada 15 o 20 días, sale a más de 1.200 euros solo de espuma.
Después de conocer la subida de precio de los materiales, ¿seguís trabajando con los mismos de siempre o han cambiado con los años?
Desde mi inicio en el taller todas las figuras, bajos, escenografía las hacíamos con moldes y reproducciones en cartón, a parte en esa época también se vendía cartón que fue un ingreso extra. Pero los materiales por excelencia eran el corcho, el cartón y la madera. Los precios estaban relativamente estables, los cambios de materiales y de precios donde están apretándonos mucho ha sido a raíz de la pandemia, que ha sido algo que ahora, en las fallas que van a plantar este año no se va a notar, porque el coste de la subida del material lo hemos asumido los talleres, ya que, teníamos los precios y las fallas firmados desde antes de pandemia, pero es algo que va a mermar mucho las fallas de 2023.
¿Qué siente un artista fallero cuando ve su trabajo arder? ¿Qué se os pasa por la cabeza?
El momento de la cremà para nosotros ya es algo habitual, la frase típica de: "cuando la quemes seguro que lloras", no, la verdad es que no, ha llegado un punto que ya es normal. Es verdad que ha habido comisiones o fallas que hemos hecho que han sido más emotivas, recuerdo un caso en 2015 que le dediqué una falla a mi abuelo que fue el fundador de esa falla y para mí esa falla llevaba un sentimiento muy especial. Pero lo normal es que la falla es un producto que nosotros fabricamos, se saca a relucir y hay que quemarla. Y cuando se quema, se quema todo, si ha sido un año duro, bueno o regular, es de los pocos trabajos que te permite hacer un 'reset' total nada más arde el monumento.