'Paellas y coches': Una exposición se adentra en el costumbrismo valenciano más motorizado
El fotógrafo Ricardo Cases retrata el imaginario gastronómico de los valencianos del siglo XXI
L'ETNO ha colaborado con el fotógrafo valenciano Ricardo Cases en la publicación de la segunda edición de su trabajo ‘Paellas y coches’, con texto de Iván del Rey de la Torre. Parte de las obras de esta publicación se pueden ver ahora compartiendo espacio con la exposición permanente del museo de la Diputació de València.
La pequeña muestra se podrá visitar entre los meses de mayo a diciembre de 2024 y se encuentra ubicada en la sección de ‘Horta i marjal: los imaginarios’ de la exposición permanente de L’ETNO ‘No es fácil ser valencià/na’, en concreto en un pequeño apartado dedicado a la paella, el plato más significativo del imaginario valenciano convertido en icono global.
Ricardo Cases es un fotógrafo contemporáneo reconocido internacionalmente. Antiguo miembro del colectivo ‘Blank paper’, ha expuesto en ciudades como Viena, Colonia, Paris y Nueva York y ha sido galardonado en festivales como ‘Les Reencontres d’Arles’ o ‘Phoespaña’. Con una inquietud original y vanguardista hacia su cercana cotidianeidad, ha contribuido a renovar la mirada hacia temas locales del territorio valenciano plasmados en trabajos como ‘Paloma al aire’, ‘Sol’, ‘El porqué de las naranjas’ y ‘Estudio elemental de Levante’, y divulgarlos internacionalmente.
Esta exposición reflexiona sobre nuevas formas de relacionarnos con nuestro plato más universalmente conocido, la paella. Desde hace décadas que la “paella para llevar” elaborada en restaurantes, convive con el ritual social de la propia elaboración casera. La prisa, la falta de tiempo y la búsqueda de mayor comodidad, han establecido nuevas formas de relacionarnos con este plato emblemático, pero que ha seguido representándose de forma clásica. En cambio, el trabajo muestra escenas de paellas que viajan en coches de camino a todo tipo de hogares. Una idea que nace en el restaurante L´Alter en Picassent (Horta Sud) que cocina más de 80 paellas diarias para llevar durante los meses de buen tiempo. Ricardo Cases nos presenta estos bodegones motorizados, donde explora nuevos imaginarios visuales en torno a la representación de la paella.
Las salas permanentes de los museos suelen ser demasiado estáticas, perdurables en el tiempo y con riesgo de perder contacto con fenómenos actuales. Según explica el director del museo, Joan Seguí, “L’ETNO activa a partir de ahora pequeños espacios donde introducir temporalmente nuevas capas de significado que enriquezcan el relato principal de ‘No es fácil ser valencià/na’”, galardonado con el premio EMYA al mejor museo europeo del año 2023, gracias al proyecto de la exposición permanente.
La base de la propuesta es abrir los márgenes de la exposición permanente e introducir nuevos significados sobre el discurso expositivo general, mediante la habilitación de espacios en los que “presentar mini-proyectos temporales que dialogan con el relato principal, incorporando ideas que quedaron fuera de la exposición por motivos de espacio o porque desbordan la línea principal del discurso, pero que tienen capacidad de dialogar con él”.
Con estas propuestas, L’ETNO aumenta su dinamismo cultural, potencia las relaciones y la colaboración con el tejido creativo y cultural de ámbito local y provincial, y permite la conexión con fenómenos de actualidad. En definitiva, contribuir a crear un espacio ágil y, en cierta medida cambiante, un lugar donde ocurren cosas. La propuesta que ahora se presenta sucede a un proyecto anterior denominado ‘Amor d’Extraradi’, expuesto en la sección de Ciutat Global Local de la exposición permanente del Museu Valencià d’Etnologia.
