Las obras del vertedero de la Ribera encaran la recta final

Las obras de restauración ambiental y la adecuación para el uso público de una zona ocupada por el antiguo vertedero de Guadassuar se ejecutan a buen ritmo y estarán acabadas, previsiblemente, en el mes de julio. Los trabajos adjudicados a la empresa de Transformación Agraria S.A., TRAGSA, cuentan con un presupuesto de ejecución de 598.365 euros por parte del área de Medio Ambiente de la Diputación de València.

Para la vicepresidenta de la Diputació y responsable del área de Medio Ambiente, Maria Josep Amigó, "la recuperación paisajística y ambiental es un ejemplo de recuperación de zonas degradadas, como es el antiguo vertedero y que una vez finalicen las obras de adecuación, será un espacio que podrá disfrutar la ciudadanía".

La diputada Mentxu Balaguer ha remarcado "la importancia para la comarca de la recuperación ambiental de la zona" mientras que el presidente del Consorcio Ribera – Valldigna, Voro Montañana, ha destacado que "son unas obras muy esperadas y que gracias a la Diputació podremos recuperar un espacio degradado, un vertedero clausurado en mayo de 1998 y anexo al complejo de valoración de residuos domésticos del municipio de la Ribera Alta".

Este antiguo vertedero de residuos no peligrosos presentaba, en sus inicios, un agujero a causa de la actividad extractiva de materias primas para la construcción, el cual se fue llenando de agua procedente de la infiltración del riego de los campos de los alrededores. Esta lámina de agua ocupa una superficie de 1,22 hectáreas y un volumen aproximado de 100.000 m³. Puesto que su vaciado no es posible, la solución propuesta para su tratamiento es un filtro verde.

Los filtros verdes se pueden definir como sistemas pasivos de depuración, constituidos por lagunas o canales poco profundos, con plantas propias de zonas húmedas, denominadas macrófitas, en cuyos procesos la descontaminación se ejecuta simultáneamente por componentes físicos, químicos y biológicos. Las plantas acuáticas contribuyen a la acción depuradora asimilando los nutrientes y aportante oxígeno.

Se trata de un sistema de depuración sencillo que, en general, no requiere energía externa para funcionar, puesto que el agua se mueve por gravedad, y los procesos como el de ventilación se producen mediante el intercambio gaseoso de las macrófitas. En estos sistemas el agua entra por un extremo de la celda, circula a través de las grabas que soportan a las plantas y sale depurada por el otro extremo. En los vacíos existentes entre las grabas se desarrollan poblaciones bacterianas que realizan la acción transformadora de la materia orgánica.