Miedo, incógnitas y sensacionalismo: 30 años del crimen de Alcàsser
El principal asesino Antonio Anglés sigue en paradero desconocido por este caso que conmocionó a la sociedad valenciana
El asesinato de las niñas de Alcàsser instauró el temor a salir por la noche en las mujeres y adolescentes de varias generaciones en España. El crimen no solo conmocionó a todo un país, sino que puso sobre la mesa hechos que todavía hoy 30 años después siguen presentes como las violaciones grupales.
Ocurrió un 13 de noviembre, hace tres décadas. Las chicas salieron de su casa para dirigirse a la discoteca Coolor que se encontraba a escasos diez minutos de su localidad en coche. Por ello y con el objetivo de llegar a la hora exacta decidieron realizar autostop, una práctica muy habitual en aquella época. Sin embargo, un trayecto que debería haber sido rápido nunca terminó, pues las jóvenes de 14 y 15 años desaparecieron sin dejar rastro hasta el 27 de enero del año siguiente. Ese día se encontraron sus cuerpos sin vida en una caseta de La Romana, en Tous. Allí, los forenses dictaminaron que habían sido violadas, torturadas y asesinadas con un tiro en la cabeza.
La crueldad y dureza de los crímenes llega hasta límites insospechados, pero lo realmente frustrante es que estos fueran cometidos por individuos que deberían haber estado en prisión, pues tanto Antonio Anglés como Miguel Ricart contaban con antecedentes por delitos machistas, ya que en aquella época todavía no se hablaba de violencia de género. El primero de ellos, había pasado ocho años en prisión por secuestrar, torturar y casi matar a otra joven. Este era un maltratador de manual que odiaba a las mujeres y buscaba vengarse de ellas.
Sin embargo, nunca pagó por el delito del crimen de Alcàsser, pues huyó y a día de hoy sigue en paradero desconocido. Ni las autoridades ni la Guardia Civil o la Policía Nacional han conseguido localizarlo en estos 30 años.
Sin embargo, los que sí que pagan por los crímenes que él cometió son las familias que continúan sufriendo y la sociedad, pues este suceso supuso la llegada de nuevos modelos de conducta que las chicas han tenido que adoptar para protegerse y que van desde no poder volver sola casa de noche por miedo a que pase algo, no frecuentar ciertos lugares a partir de una hora determinada o fingir una llamada de teléfono para dar la sensación a la persona que te está observando de que si algo ocurre te pueden localizar. Son hechos aparentemente superficiales, pero que se traducen al fin y al cabo en falta de libertad.
Por otro lado, el tratamiento mediático que se dio a este hecho fue lamentable, se crearon programas en los que únicamente se hablaba del tema desde el sensacionalismo, la espectacularización y buscando romper récords de audiencia. Se jugaba con el dolor de unos padres, familiares y amigos de las víctimas mientras el tratamiento de la información se alejaba del respeto o el contraste de las informaciones.
Si bien hoy los medios han aprendido la lección y sería prácticamente imposible volver a ver en televisión lo que se vio en aquella época, todo es diferente en materia de violencia de género. A pesar de que hay leyes que protegen a las mujeres y el feminismo ha ganado terreno en muchos ámbitos, las violaciones grupales siguen presentes y los asesinatos por violencia de género continúan, un total de 37 mujeres han perdido la vida en España en lo que va de año.
Por ello, ante cualquier indicio de violencia de género, el Ministerio de Igualdad pone a disposición de la ciudadanía el número de teléfono 016.