Una comarca valenciana se suma a la ola decorar sus calles con murales
Un verdadero museo de arte al pasear por las calles
Cada vez más municipios de la Comunitat Valenciana decoran sus calles con murales y graffitis, logrando convertirse en verdaderos museos al aire libre y embelleciendo calles hasta hace poco anodinas.
Uno de los ejemplos más paradigmáticos es el de Fanzara (en Castellón), que incluso organizaba hasta hace poco su propio festival de artes, pero también otras poblaciones como Geldo, Vila-real o Benicarló se han sumado en los últimos tiempos.
Una provincia en la que Castellón de la Plana fue una de las pioneras, con su museo al aire libre en los altos edificios de la capital de la Plana, con decenas de murales coloreando su skyline desde los años 80.
En Valencia tenemos casos como los de Sagunto, Ontinyent o especialmente Alberic en la provincia de Valencia, que pintan sus calles y organizan sus propios festivales artísticos, mientras que el Orihuela destacan los murales de San Isidro.
Otra población que es un verdadero museo es el municipio valenciano de Cheste, que tiene el honor de tener en sus paredes el que es considerado el mejor mural del mundo.
Pero esta Pascua una comarca valenciana ha decidido también subirse a la ola para convertirse en un museo en sus calles, como revulsivo turístico y estético para los propios vecinos.
Se trata de la Canal de Navarrés, cuya Mancomunidad ha decidido aprovechar los fondos del Pacto de Estado contra la Violencia de Género para crear dos bellas obras de arte.
Una es un enorme mural en la población de Chella representando la igualdad en el deporte y el respeto en la cancha, toda una invitación a romper estereotipos y a fomentar el respeto y la igualdad en la cancha y en el campo de juego.
El otro otra pintura gigante en Quesa, con la imagen del cálido y poderoso abrazo entre una abuela y su nieta, lo que supone también una declaración de la fortaleza femenina y de la necesidad de erradicar la violencia de género desde las raíces de la sociedad.
