Càrcer recoge las primeras muestras de excrementos caninos para establecer denuncias
Càrcer ya ha puesto en funcionamiento su sistema de registro de los excrementos callejeros de los perros para establecer las primeras sanciones a sus propietarios.
Varios responsables de la empresa que ha activado el nuevo servicio estuvieron el lunes en la localidad para llevar a cabo la formación práctica de los agentes de la Policía Local, que participaron en la recogida de las muestras y en las redacciones de las actas que se establecen en cada caso. Después se lleva a un laboratorio donde se conoce la identidad de los canes infractores, cuyos propietarios recibirán una denuncia económica.
El consistorio de Càrcer que dirige Pepe Botella inició en junio el proyecto con el que censó los perros mediante el registro de su ADN a través de la saliva, con el objetivo de controlar la salubridad de las calles y contar con una base de datos detallada de los animales de compañía locales, con la que se pueda identificar ahora la autoría de los excrementos que, con demasiada asiduidad, se propagan por las calles.
La imposición de sanciones puede llegar hasta los 200 euros.
Los perros que fueron censados en los últimos meses (más de un centenar) cuentan con una chapa identificativa que deben llevar en el collar de manera visible. Dicha herramienta de identificación única también sirve para reconocer a las mascotas cuando se extravían.
"La campaña llega a una nueva fase, con la recogida de las primeras muestras de excrementos y el posterior establecimiento de las primeras denuncias a los propietarios de las mascotas. La Policía Local rastreará el pueblo en busca de los excrementos, con algunas zonas que son especialmente sensibles porque históricamente han acumulado excesivas cacas. Es una obligación de todos ser responsables con los espacios comunes. No podemos permitir que las calles de Càrcer sigan estando insalubres por el incivismo de algunos vecinos que no entienden que los excrementos de sus mascotas son sus excrementos y por lo tanto deben limpiarlo", argumenta el alcalde de Càrcer, Pepe Botella.