Precio del agua: la tercera ciudad de España con el precio del agua más caro es valenciana
La OCU advierte que llama la atención la significativa diferencia de costes en la región
Un estudio comparativo de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) sobre el coste de la factura del agua en 54 ciudades revela la disparidad de políticas tarifarias y, consecuentemente, las enormes diferencias de precios para un mismo consumo. Así, para un consumo anual de 175 m3 de agua, que equivale al de un hogar medio de tres o cuatro personas, el importe oscila entre los 164 euros que pagan los vecinos de Guadalajara y los 520 euros que pagan los de Barcelona.
Junto con Barcelona, otras dos localidades destacan por el alto coste de su recibo del agua, superior a los 450 euros al año, como sucede en Murcia y Alicante. Un importe que casi triplica el que pagan los vecinos de Guadalajara, Palencia u Orense. Aunque al menos Alicante ofrece una política de descuentos significativos para desempleados de larga duración que no existen en Castellón ni en Valencia, donde solo existen para familias numerosas.
Por cierto, en la Comunitat Valenciana no solo llama la atención la significativa diferencia de costes, también su incremento desde 2020, especialmente en Alicante (un 6,3% más cara, hasta alcanzar los 490 €/año) y, en menor medida, en Valencia (un 3,1% más cara, sumando 388 €/año). En Castellón, la ciudad más barata (224 €/año), no hubo subida para el consumo de agua analizado de 175 m3 al año.
Las diferencias de precio también se explican por unos sistemas tarifarios para el suministro de agua muy complejos: con entre dos y ocho bloques distintos dependiendo del consumo del hogar. Y muy dispares: por ejemplo, el primer bloque, el más económico, puede cubrir entre 24 y 240 m3 de agua al año según la localidad. Si además el coste fijo del agua en el municipio es muy alto, consumir más influye menos en la factura y por lo tanto se desincentiva el ahorro de agua.
Por todo ello, OCU exige al Gobierno y a las Comunitates autónomas que impulsen una armonización de las tarifas municipales del agua, de modo que sean transparentes, comparables y sencillas (con tres o cuatro bloques de consumo, como máximo) que garanticen un precio accesible para un consumo básico; al tiempo que penalicen un consumo excesivo de agua. Pero también exige que se promueva una tarifa reducida y única para los hogares vulnerables, independientemente de la localidad en la que residan, tal y como se explica en la revista Compra Maestra del mes de julio.