Una historia con corazón: la señal que une a un padre y a su hija en una residencia de Catral
Luis y Fani viven en la misma residencia con ventanas una frente a la otra y a partir de ahora pueden verse siempre que quieran gracias a un corazón
Hay historias "con mucho corazón", como la de Luis y Fani, un padre con demencia senil y su hija, con síndrome de down, que residen en edificios paralelos de una misma residencia para personas en situación de dependencia.
Según relata la psicóloga del Centro Casaverde Villa de Catral (Alicante), Vanesa López Manchón, “cuando llegaron aquí, dada la situación de Luis, no era posible que se encontraran padre e hija en el mismo sector. Por suerte, la residencia dispone de una zona para personas con discapacidad, lo que ha permitido que padre e hija se puedan ver cuando lo necesiten”.
Padre e hija han conseguido establecer comunicación y fomentar su relación, a través de un corazón pintado en la ventana de la habitación de Fani. De esta manera él relaciona el corazón que ve por la ventana con su hija, desaparece la ansiedad de Luis y mejora la calidad de vida de ambos con la ayuda de los profesionales del centro.
Desde el centro señalan que Luis tiene un amor inmenso hacia su hija, a la que siempre ha motivado para que se convierta en una persona lo más independiente y autónoma posible. Y es ahora él quien necesita que le cuiden por su demencia, y es Fani la que se preocupa por él.
¿Cómo surgió la idea del corazón?, la psicóloga cuenta que "un día al ver leer a Luis, se nos ocurrió que quizá poniéndole unas indicaciones que pudiera leer diariamente, podríamos evitar la situación de angustia. Lo primero fue colocar un distintivo en la ventana de la habitación de Fani. Las ventanas de sus respectivas habitaciones están una frente a otra, en edificios separados por un jardín".
¿Y cómo nace la “historia con corazón”?, Vanesa López indica que “como distintivo escogimos un corazón pintado de color rojo en la ventana de su hija, y a Luis le pusimos un mensaje en la pared para que entendiera que, si se asomaba a la ventana, vería un corazón y allí es donde estaba su hija". Además, añade que "le pusimos otro mensaje que decía que, si quería ver a su hija, se lo dijera a un auxiliar del centro, que se comunicaría con los cuidadores de Fani para que se asomara a la ventana de la habitación".
La psicóloga recuerda que "fue maravilloso porque puede verla cuando quiere y la necesita. A partir de ahí se ha creado un proceso beneficioso para ambos porque hacen salidas, excursiones. Cada vez que se ven se sienten muy felices porque se ayudan uno al otro”.
