Vísceras veraniegas (1)
El mes de agosto es un mes de comidas y cenas entre amigos que frecuentemente se convierten en foros para que cada uno dé su opinión sobre temas candentes. Por regla general a gritos tras las primeras cervezas o, en caso de que la cosa esté más relajada, después de los chupitos. Y este mes de agosto os contaré algunas de ellas.
La primera ha sido un “brunch” (una manera hortera de llamar al “esmorçaret” que empieza a las 12:30 y acaba a las 18:00). Pues bien, nada más entrar uno de mis amigos me espeta: “¿Qué? ¿qué me cuentas de BILDU?”. “Pues no sé. No conozco a nadie de ese partido en persona”-le digo para intentar dejar pasar el tema y no empezar a liarla.
Pero no lo consigo. “Que poca vergüenza pactar con esos asesinos”- me dice. Y yo, como veo que el almuerzo se me va a hacer más largo de lo que se adivina, le contesto: “hace once años que no asesinan a nadie y están participando en las instituciones, las dos cosas que queríamos para pasar página y normalizar el País Vasco”.
Y dale con lo de “asesinos”- “Sánchez con tal de mandar es capaz de pactar con los asesinos de Miguel Ángel Blanco”- ¡Uy que largo se me iba a hacer!
Le digo que, gracias a BILDU, al apoyar la Reforma Laboral para toda España, y el error de uno de PP, el paro ha bajado a menos de un 13% y se consolida el trabajo estable.
-“No desvíes el tema. Que desde que te has metido a político parece que os dan clases para eso.”- me dice. Y yo le pase la primera cerveza. No quería ni pensar qué diría cuando le ofreciera mi pacharán casero. Igual encontraba alguna vinculación mía con el secuestro de Ortega Lara.