Gandia se posiciona contundentemente en favor de la enseñanza en valenciano con un 71%
La concejala de Educación y Política lingüística, Esther Sapena, ha hecho esta mañana una valoración de los resultados a Gandia de la consulta para la lengua base puesta en marcha por la Consellería de Educación.
En primer lugar, ha mostrado su orgullo por la respuesta de la comunidad educativa de la ciudad. La movilización de todos los sectores, las AMPAS y AFAS, los equipos docentes de los centros, los equipos directivos, el alumnado, de la mano del Ayuntamiento, «que como otros muchos nos hemos unido posicionándonos claramente por la educación en valenciano, ha conseguido que en Gandia la información, que era necesaria para poder votar con criterio y que Conselleria conscientemente no había dado a las familias, llegara a la gran mayoría de ellas, para que todo el mundo entendiera que elegir el valenciano era la única opción que garantizaba que los niños y niñas aprendieron los dos idiomas oficiales de nuestra tierra».
Sapena ha destacado que, con un 70,89% en favor de la lengua base en valenciano, ha triunfado la sensatez, el bilingüismo y la protección y normalización de nuestra lengua. «Quiero dar las gracias especialmente en aquellos centros con un alto porcentaje de alumnado de compensatoria, que han estado capaces de hacer llegar la información a sus familias y que han conseguido no solo mantener una línea entera en valenciano, sino que en muchos casos habrá más aulas en valenciano que en castellano».
De 293 aulas de educación infantil y primaria, 210 tendrán como lengua baso el valenciano y 83 el castellano. Y en cuanto a secundaria, de un total de 106, 74 tendrán como lengua base el valenciano y 32 el castellano. «Una gran noticia, que la mayoría de los niños y niñas gandienses tendrán garantizado poder ser bilingües, creciendo en nuestra lengua, aprendiendo a valorarla y estimarla».
Preocupación
A pesar de que en casi la mayoría de los centros, predominan las líneas en valenciano, la edil ha mostrado su preocupación, porque «esta desastrosa ley deja una situación organizativa igualmente desastrosa para los centros, que ahora tienen que ver como muchas familias no podrán tener plaza en el aula en la cual la lengua base será la que ellos han elegido».
Muchos son los casos en que el 75% ha elegido una lengua y el 25% otra y al ser centros de 2 líneas, habrá una aula en cada lengua, por lo cual el 25% de los niños tendrán que ir a una aula diferente a la que sus familias han elegido. Y peor en los centros de una sola línea en los que hasta el 49% de los alumnos tendrán que asumir una lengua que no es la que han elegido. «Donde está en estos casos la libertad de las familias? El señor Rovira tilda de éxito la participación de un 51%, cuando habrá que reubicar al 49% de las familias que no han votado, en aulas de forma aleatoria, ¿donde están los derechos de estos niños y niñas que representan casi la mitad de la población escolar del País Valencià?»
Sapena ha denunciado que el curso próximo nos encontraremos con aulas completamente descompensadas, con la imposibilidad de inclusión educativa; segregación del alumnado o generación de guetos dentro de las escuelas... «Un problema que ya habíamos superado».
«Volvemos al maldito sistema de líneas, que a lo largo de muchos años, generó estas situaciones, sobre todo en los centros públicos, y resulta que el señor Rovira se siente orgulloso y se vanagloria de «los viejos tiempos». Cómo se nota que no ha chafado una aula en su vida... que no ha vivido el desequilibrio que producía este sistema y la imposibilidad de equidad en la enseñanza».
Finalmente, el departamento de educación del Ajuntament de Gandia ha reiterado su apoyo y colaboración con las comunidades educativas en la defensa de los derechos del alumnado y exigiendo a la Conselleria, «que unilateralmente ha llevado a cabo esta consulta innecesaria, política e ideológica, que ha dejado de banda cualquier criterio pedagógico», que asuma la situación creada con el incremento necesario de profesorado para atender las necesidades educativas del alumnado (concentradas, a partir de ahora, en las mismas aulas) y por los desdoblamientos necesarios para poder garantizar la elige de la lengua base de todas las familias; para que haga frente a los gastos económicas que se generen por la duplicación inevitable de libros. «Y, el que peor de todo, que asuma la responsabilidad frente a las desigualdades, que a la larga, esta situación generará inevitablemente en los conocimientos de los niños y las niñas», ha concluido.