Y tú, ¿desde cuándo no visitas a tus mayores?
La soledad no deseada de las personas mayores, el problema al que no se le da la suficiente voz
Son los que te cuidaron cuando eras un niño, los que te recogían del cole, los que te compraban cromos en el quiosco todos los domingos y te sacaban una sonrisa cuando estabas enfermo.
Con ellos viviste tu infancia, puede que tu adultez y en muchos casos puede que hasta cuidaran de tus hijos cuando estabas trabajando. Tus hijos, esos que se convirtieron en el mayor regalo que podías hacerles y llamarles nietos, les cambió la vida. Los criaron, les dieron todo lo que tenían y más, pasaron a ser sus “consentidos” y su mano derecha. Al salir de clase los llevaban al parque, les hacían la comida, jugaban con ellos y su mundo giraba en torno a la familia.
Es la generación que sacrificó todo por entregarse a los demás, la que vivió los años más duros de nuestro país, la guerra civil, la posguerra y la dictadura, y la que nos inculcó los valores de la familia. Es precisamente esta generación la que se ha vuelto invisible, gran parte de la sociedad y de sus seres queridos se ha olvidado de ellos, no los van a visitar y se encuentran en situación de soledad no deseada.
Concretamente en València, según los datos del padrón del Ayuntamiento, una de cada tres personas mayores de 75 años vive sola. A todo ello, se suma que las residencias mantienen las restricciones de visitas, pese a que los índices de coronavirus se han reducido y las vacunas evitan infecciones graves.
Sin darse cuenta, la población está castigando con la soledad a las personas que mayor compañía aportaron, pues nunca dejaron solos a sus seres queridos y la pandemia no ha hecho más que agravar y poner sobre la mesa una tendencia que ya se veía desde hace años.
Por ello, con el objetivo de ayudar a los mayores que se encuentran en situación de soledad no deseada, llegó hace 22 años en València la Fundación Amics de la Gent Major, una entidad que “ofrece momentos de compañía a estas personas para que no se sientan solas” afirma Albert Quiles, director de la Fundación.
Para ello, el papel de los voluntarios es clave, pues son los que se encargan de visitar y llamar a los mayores que están solos todas las semanas, dedicando un mínimo de dos horas de su tiempo.
La historia de Maximiliano y Lola, de desconocidos a familia
Maximiliano llegó a la Fundación como voluntario en un momento clave en su vida, tras mucho tiempo como director general de una empresa se dio cuenta de que no tenía mucho sentido el ritmo de vida que estaba llevando.
Por esta razón, decidió hacer un alto en el camino y pasó a formar parte de Amics de la Gent Major hace ya más de cinco años.
El principal motivo por el que acompaña a gente mayor es porque “mis padres fallecieron cuando era joven, tampoco he tenido abuelos, por lo que al no tener en mi entorno la figura de un mayor me llevó a pensar más en ellos, y a poder dedicarles mi tiempo”, afirma Maximiliano. Desde marzo de 2018 visita a Lola, una mujer de 76 años que por diversas circunstancias presenta movilidad reducida y está postrada en cama.
Ella vive soledad no deseada y llegó a la Fundación gracias a la recomendación de una amiga. A partir de entonces, Amics de la Gent Major le envió a Maximiliano, una persona que “me aporta muchisimo porque vivo sola y estoy en cama, entonces que venga a visitarme un día a la semana y me saque a pasear con la silla de rudas o a tomarnos un café me supone cambiar de vida, se convierte en un día maravilloso” explica Lola. Para ella, este hombre de 61 años “es una persona magnífica que ha pasado de ser un desconocido a prácticamente de la familia y le ha permitido forjar una gran amistad muy bonita” cuenta Lola.
Maximiliano también se siente muy orgulloso de ella, pues admira “la fortaleza interior que tiene, ya que estar solo y con una sonrisa es muy difícil. Además, no se queja nunca de su situación e intenta vivir con optimismo” relata.
A ambos, la Fundación les ha regalado lo más preciado que se puede tener, un amigo dispuesto a escuchar y ayudar en todo momento que les hace los días más amenos y la vida más bonita. H2: València necesita urgentemente 50 voluntarios para acompañar a mayores en soledad Actualmente, la sociedad vive a contracorriente, sin tiempo para nada y a un ritmo que produce vértigo.
Se descuida a los mayores y uno se olvida de ir a verlos por pensar que tiene tareas más importantes que atender, el mañana iré a veces se convierten en tres meses sin ir y fruto de esta situación hay 42.000 personas mayores de 65 años que viven solas en València y pueden estar sufriendo soledad no deseado.
Para paliar esto, la Fundación Amics de la Gent Major necesita la incorporación inmediata a partir de 2023 de 50 voluntarios. Por ello, invita a los que decidan dar su tiempo a "que se dejen sorprender por la amistad de una persona mayor y que dejen atrás sus prejuicios, pues dedicando dos horas a la semana de manera presencial o por teléfono pueden representar un gran momento para una persona mayor” afirma Albert Quiles.
Además, insiste en la sabiduría de estas personas y explica que estar con ellos “me ha enseñado a tener capacidad de resiliencia, a relativizar las cosas y a entender que la vejez es un momento muy importante en la vida, es una etapa de mucha plenitud en la que se pueden seguir teniendo ilusiones y planes aunque la sociedad se empeñe en no verlo así”.
En definitiva, la soledad no deseada es un problema cada vez más frecuente en nuestro país, la sociedad debe trabajar de manera conjunta y unida por poner medidas para solucionarlo, ya que aquellos que nos enseñaron todo son los que ahora se están viendo sin tan solo un minuto de nuestro tiempo.