La inteligencia emocional es clave para unos buenos resultados académicos universitarios
Según este estudio, la conclusión es transversal a todos los ámbitos de conocimiento y los ciclos de los estudios, ya que los estudiantes analizados eran de diferentes carreras y másteres
Los estudiantes universitarios con más inteligencia emocional han mostrado una mayor resiliencia durante el período de confinamiento por la COVID-19, lo que les ha llevado a un mayor rendimiento académico. Esta es la principal conclusión de una investigación que se recogerá próximamente en el artículo «Impacto de la COVID-19 en los universitarios: inteligencia emocional, resiliencia, engagement y rendimiento académico», que se publicará en septiembre en la revista Sustainability, en un número en el que serán editores invitados los profesores Marta Estrada, Diego Monferrer y Alma Rodríguez, del Departamento de Administración de Empresas y Marketing de la Universitat Jaume I.
El trabajo de campo de la investigación consistió en 340 encuestas válidas entre estudiantes de 18 titulaciones diferentes de las universidades Jaume I, València, Burgos y Cardenal Herrera-CEU, y la recogida de datos se realizó entre abril y mayo de 2020, con el estudiantado confinado. De acuerdo con el modelo empleado, argumenta Estrada, «los alumnos más inteligentes emocionalmente mostraron un mayor compromiso con los estudios y, en consecuencia, obtuvieron un rendimiento mejor». La conclusión es transversal a todos los ámbitos de conocimiento y los diferentes ciclos de los estudios, dado que respondieron la encuesta alumnos de grado de diferentes ingenierías, ADE, Turismo, Medicina, Comunicación Audiovisual y Psicología (UJI), Psicología (UV), Relaciones Laborales (Burgos), Medicina, Gastronomía y ADE (UCH-CEU) pertenecientes a diferentes ciclos, además de estudiantes de máster (Marketing de la UJI y Terapia Ocupacional de la UV).
La investigación tiene su origen en un grupo de mejora educativa de la UJI llamado «Origami». Según explica Estrada, «observamos desde hace tiempo que nuestros alumnos tienen formación muy técnica, pero no los forman en habilidades socioemocionales». A esta preocupación se suma «un nuevo paradigma empresarial, que solicita perfiles con habilidades socioemocionales como la capacidad de trabajar en equipo, asertividad, liderazgo o comunicación». Ante esta demanda, indica Estrada, «hemos introducido competencias socioemocionales a través de talleres y expertos en nuestras asignaturas, porque las empresas punteras buscan algo más que currículo e idiomas».
Según explica Estrada, «en el contexto académico, aquello de que íbamos a cambiar todos por esta experiencia de la COVID-19 no ha sido así, dado que cada alumno ha gestionado sobre todo sus miedos e incertidumbres y no se ha preocupado demasiado por los compañeros». Asimismo, los autores del artículo constatan que «con la frialdad de la interacción a través de las cámaras se perdió la parte de comunicación no verbal, además de las limitaciones que para muchos estudiantes supuso el tipo de dispositivo que tenían a mano para trabajar: había quien sólo tenía teléfonos móviles».