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El año en que las fiestas de la Magdalena tuvieron fallas

El año en que las fiestas de la Magdalena tuvieron fallas
  • La curiosa historia de este 'crossover' festivo

Valencia es la cuna de las Fallas, unas fiestas que también se extienden a otras poblaciones de Alicante y de Castellón.

En el caso de la provincia castellonense, el máximo exponente es Burriana, que forma incluso parte del denominado 'G8 fallero' de los municipios más emblemáticos de estas fiestas en la Comunitat Valenciana.

Pero no es el único caso, ya que también celebran las fiestas josefinas Benicarló, La Vall d'Uixó, Almenara o, en algunas ocasiones Segorbe y Geldo.

Lo que es más desconocido es que la capital, Castellón de la Plana, también 'probó' las fallas a inicios del siglo XX, aunque no llegaron a arraigar. Y es que hay que recordar que las Fallas de Burriana se implantaron en 1928 cuando se plantó su primer monumento, pero en Castellón ya se plantaron otros en años anteriores.

Una de estas ocasiones fue la de 1907, cuando los feriantes de la feria de la Magdalena, muchos de ellos valencianos, pidieron al Ayuntamiento permiso para quemar una falla por el día de San José. Todo un crossover festivo el que vivió la ciudad ese año, pero que, como es bien sabido, no tuvo continuidad en el tiempo.

Así lo recuerda el Heraldo de Castellón de un lejano 16 de marzo de 1907 cuando se explicaba en un aviso que "se prometen pasar dos buenos días el lunes y el martes en la plaza del Rey", en lo que actualmente es la avenida.

La agenda 'fallero-magdalenera' en el Heraldo
La agenda 'fallero-magdalenera' en el Heraldo

Así, los feriantes buscaban revitalizar esta feria con esta nueva propuesta cultural, en una época en la que estos festejos rivalizaban con las Fiestas Liberales que la ciudad celebraba en julio para rememorar la resistencia frente al asedio de las tropas carlistas.

Una propuesta cultural, la de la falla, que venía aderezada con música, tracas alrededor de la estatua de Jaume I y "farolillos a la valenciana" a modo de decoración.

Hubo otro intento varios años más tarde, en 1921, en este caso de la mano de la Asociación de Caza y Pesca y la Peña Fallera de la calle Colón, que quemaron sus fallas aquel 18 de marzo, sin que la ciudad volviera a repetir algo igual.

Finalmente, tras la restauración de la Fira i Festes de la Magdalena en 1945, no se ha vuelto a proponer la plantà de una falla en la capital de la Plana, ya que, como reza el estribillo, las actuales Gaiatas son 'un esclat de llum sense foc ni fum', alejándose así sus monumentos de los del cap i casal valenciano.

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