​La Escola Municipal de Cant d'Estil cierra su primer curso con una actuación de los alumnos
La Escola Municipal de Cant d'Estil celebró ayer el cierre del curso con una actuación de sus alumnos en la Casa de la Cultura. Como al finalizar cada trimestre, los estudiantes ofrecieron un resumen de su aprendizaje en el que ha sido el primer año de funcionamiento como centro educativo al amparo de la concejalía de Cultura. Antes, en 2011, nació la Associació Cultural de Cant d'Estil con la finalidad de presentar y difundir a la sociedad esta muestra casi olvidada de la cultura tradicional valenciana.
El presidente de la entidad, Eliseu Artola, está satisfecho del desarrollo del curso y confía en que "poco a poco haya más alumnos, aunque es difícil porque, aunque en Castellón hubo mucha tradición, hoy el 'cant d'estil' está prácticamente desaparecido". La edil de Cultura, Verònica Ruiz, por su parte, apunta que "la creación de la escuela, junto con la de 'dolçaina i tabal' que ya lleva varios años funcionando, es la constatación de que esta concejalía trabaja por recuperar y dar a conocer a las nuevas generaciones la cultura popular de Castellón, que es uno de los elementos que nos une como pueblo".
Los alumnos reciben clases una vez a la semana en las instalaciones de Tetuán XIV a cargo de Teresa Segarra, una cantante de Paterna que sustituyó al histórico Pep Martí cuando éste dejó la docencia. El local de ensayo es contiguo al de la Escola de Dolçaina i Tabal, y esta proximidad no es el único vínculo que les une, pues ambas escuelas municipales están gestionadas por la Federació de Colles. Artola señala que "la idea era celebrar el cierre del curso de las dos escuelas conjuntamente, pero por motivos de agenda ha sido imposible. La intención es que el próximo año se pueda hacer de esta manera", recalca.
El 'cant d'estil' tiene como peculiaridad esencial "la improvisación melódica con la voz, que lo dota de una expresividad virtuosista", explica Eliseu Artola. También se denomina 'cant a l'aire' y se pueden distinguir dos variedades en función de los instrumentos que intervienen: las valencianas o estilos propiamente dichos, que se acompañan de instrumentos de cuerda y viento, y las 'albaes', con 'dolçaina i tabal'.