Burriana analiza los retos de futuro para convertirse en la ciudad líder de la Plana Baixa

El Círculo Frutero Burrianense ha celebrado esta tarde un foro de debate para hablar del pasado, presente y futuro de la capital de la Plana Baixa, de sus fortalezas y debilidades, pero también de sus propias amenazas que frenan la expansión de la ciudad.

En el foro de debate ‘Quo vadis Burriana?’ Se ha tratado la oportunidad que tiene la ciudad de asumir de facto el liderazgo en la comarca de la Plana Baixa y convertirse en una ciudad sostenible, transparente y que apueste por la participación ciudadana.

De entre las oportunidades de Burriana han destacado que es una ciudad abierta al mar, sin industria lo que supone una menor contaminación,  con capacidad para un desarrollo sostenible y no masivo, rodeada de un círculo verde de naranjos y con un grandísimo potencial cultural.

El Foro Burriana 2030 y el plan estratégico de turismo que Burriana elaboró en el año 2017 han centrado la mayor parte de la intervención que ha contado con las voces expertas de Enrique Daudí y Juan Alberto Marco.

Tres ejes y seis proposiciones

Durante las intervenciones, Marco ha señalado tres ejes sobre los que debe asentarse el futuro de Burriana como son la agricultura ecológica y eficiente con iniciativas para conservar la agricultura natural, ecológica y viable que deberá desarrollarse junto a las entidades agrícolas, el apoyo a la Reina de la Plana -la marca que adopta la clemenules-, buscar nuevos canales de comercialización y nuevas especies vegetales.

El segundo eje es centro comercial de alto rendimiento para crear en el centro histórico de la ciudad una zona comercial que atraiga a clientes de las poblaciones del entorno. Calculan que Burriana tiene 120.000 clientes potenciales.

Y, como tercer eje, apostar por un turismo sostenible, incentivar la industria turística sostenible que impulse los recursos turísticos y sea motor económico.

Estos tres ejes deben ir acompañados de seis proposiciones del plan de recuperación, transformación y resiliencia de Burriana 2030 como transparencia en la gestión pública orientada al ciudadano, luchar contra la contaminación, eficiencia en la gestión de los recursos públicos, protección del entorno natural, mejorar la calidad de vida en general y de los sectores más vulnerables, y el consenso institucional para actuaciones a largo plazo que asegure los elementos básicos y que huya de la política de adversarios.

De dónde viene Burriana

Marco ha explicado durante su alocución, a través de un breve análisis histórico, como Burriana tuvo entre la segunda mitad del siglo XIX y primera parte del XX un espíritu de emprendedores líderes con la comercialización y cultivos de la naranja, para llegar a una situación de rechazo hacia las personas que apostaban por construir en la playa, la crisis del campo que llegó a finales del siglo XX y primeros años del siglo XXI con la gente alejada de la agricultura, la posterior crisis del ladrillo que elevó los precios del terreno lo que llevó a que muchos vendieran sus campos y otros abandonaran la agricultura con intención de vender.

Pese a todo, en el foro se han mostrado optimistas por el potencial que ofrece Burriana, como una ciudad residencial orientada al mar, sostenible y verde.

Un futuro con esplendor

Enrique Daudí ha señalado durante su intervención que durante las seis últimas décadas Burriana ha estado fundida y se ha encontrado con problemas para avanzar por grupos de presión que les impiden hacer planteamientos, en los que priman los intereses personales en lugar de apostar por la estrategia y la creatividad.

Para Daudí  “el Foro 2030 es la Biblia de Burriana y el plan de turismo es una guía espiritual” que cuenta con proyectos interesantes “que siempre se quedan en los cajones”.

Por ello, este ponente ha invitado a Burriana a generar los recursos necesarios que hagan que la capital de la Plana Baixa deje de ser una “ciudad dormitorio, triste y pobre cuando ha sido todo lo contrario”.

Pese a todo, Daudí considera que “en Burriana hay solución” y confía en que pronto la capital de la Plana Baixa tendrá un periodo de esplendor.