De Benicarló a Santiago de Compostela: el particular Camino en bicicleta de Héctor Larrea
Tras catorce etapas y más de 1.090 kilómetros, este vecino de Benicarló logra la Compostelana
Un vecino de Benicarló ha logrado recorrer en bicicleta los más de 1.090 kilómetros que separan esta localidad del Baix Maestrat de Santiago de Compostela.
Su aventura comenzó el pasado 3 de marzo y tras sellar la primera credencial en la iglesia San Bartolomé de la mano del sacerdote Carlos Luis García Talarn, inició el peregrinaje con ilusión.
Según la Compostelana son 1.095 kilómetros de distancia, con un desnivel de 10.942 metros, que Héctor Larrea Puerta ha logrado completar en catorce etapas "cada cual con su dificultad, su encanto y recompensa".
Este benicarlando recorrió sobre su bici los primeros kilómetros que le separaban de Forcall, más de 50 que hizo en soledad. La segunda etapa le llevó a Quinto.
Héctor Larrea también pasó por Zaragoza, la primera gran ciudad del camino, "con agua hasta los tobillos en un tramo", explica. De Quinto recorrió su camino hasta Calahorra y no es hasta la quinta etapa cuando no se cruza con los primeros peregrinos. "Empieza la magia", asegura.
Después parte hacia Logroño, una etapa que transcurrió entre fuertes vientos lluvias intensas. Tras el descanso pertinente, partió hacia Belorado, en una etapa en la que se encontró con granizo, nieve y dolores en el tendón de aquiles, por lo que tuvo que tomarse un día extra de descanso.
De Belorado partió rumbo a Burgos, en una ruta que el buen tiempo le permitió disfrutar del viaje.
Las siguientes etapas le lleva a Frómista y Reliegos, pasando por León, y Santa Catalina de Somoza en una ruta que subió al punto más alto del camino con más de 1.500 metros de desnivel donde Héctor se encontró con nieve. Allí arriba, para inmortalizar su paso, dejó una piedra de la mar chica de Benicarló.
Seguidamente partió hacia Villafranca del Bierzo, se enfrentó al famoso O'Cebreiro y al alto del Poio, para partir después hacia Triacastela. También cruzó Sarria y llegó a Melide.
Tras una ruta con agua, barro, piedras y subidas duras llegó a Santiago de Compostela. "Con su recompensa llegué a la catedral de Santiago", explica.
"Pese a las adversidades que he tenido en ciertos días, ayuda mucho a fortalecer la mente" aunque "hay una cosa que no se ha perdido, la sonrisa y la felicidad".