Las bandas de música valencianas pierden casi 20 millones de euros tras la crisis del Covid-19

La pandemia del coronavirus ha traído consigo crisis en todos los sectores, incluido el musical. En elperiodic.com hemos hablado con Daniela González Almansa, presidenta de la FSMCV (Federació de Societats Musicals de la Comunitat Valenciana), quien ha narrado en exclusiva la situación por la que atraviesan las bandas de música y los estragos económicos que ha originado el virus.

Todas las compañías de músicos tenían muchas ganas de juntarse, pero, la situación actual, ha llevado a que la vuelta haya estado condicionada por las medidas de higiene, el miedo y la incertidumbre ante lo desconocido.

“Actualmente, casi todas las bandas de música se han puesto en marcha manteniendo los protocolos de seguridad y con muchísimo cuidado”. Sin embargo, la presidenta afirma que “es muy difícil enseñar a metro y medio de distancia porque hay muchas entidades que cuentan con locales pequeños y por esa situación de seguridad no se pueden juntar todas”. “Necesitamos que nos dejen ensayar en los parques, las plazas, los campos de fútbol... donde no molestemos a nadie pero que nos cedan espacios, eso sí, con toda la seguridad del mundo, eso es lo primero para nosotros”.

Está siendo un verano diferente para los músicos, acostumbrados a tocar en fiestas, conciertos y actos, especialmente en estas fechas. “Con los nuevos brotes hay ayuntamientos que están empezando a cancelar los pocos actos que estaban habiendo y habrá que seguir a la espera a ver cómo se desarrolla todo. De momento, hacemos actuaciones en pequeños formatos con toda la seguridad”.

Las consecuencias de este parón han originado una gran crisis, que ha estimado una pérdida de “casi 20 millones de euros este año desde marzo”. Ante esta cifra, González, afirma que “las bandas de música se están reinventando, ofreciendo conciertos en pequeños formatos para intentar conseguir algo de dinero porque parte de ello se va a las escuelas de música”. Muestra especial preocupación por el curso que viene porque “la financiación de las escuelas proviene, en parte, de una subvención de Conselleria, la otra, de las cuotas de los padres y el resto lo pone la banda de música con esos actos que hacen en los que los músicos no cobran nada”. Además, ha estimado una posible pérdida “del 30% del alumnado, porque hay muchos padres y madres que están sin trabajo y hay una incertidumbre ahora mismo que yo entiendo que lo primero que se van a venir abajo son las extraescolares”, justifica.

La presidenta se muestra satisfecha con las ayudas del Gobierno para intentar paliar las consecuencias de esta situación: “Estuvimos en la comisión de reconstrucción de las cortes aportando ideas y solicitando ayudas para nuestras sociedades musicales. Las tres diputaciones provinciales se reunieron con nosotros y han sacado ayudas. A nivel de autonomía, Conselleria de Cultura ha adaptado cada una de las subvenciones que había para que todas las bandas se pudieran acoger a ellas. Ha habido mucho diálogo durante la crisis y lo sigue habiendo”.  Asegura que sólo les falta recibir contestación por parte de la Generalitat, a quien pidieron ayudas directas.

A pesar de la lucha por recuperarse de esta situación, Daniela asegura que ve a las bandas muy animadas y queriendo tirar hacia delante.

Durante el confinamiento

Una vez decretado el estado de alarma, tenían claro que perder el curso no era una opción. Tuvieron que adaptarse y lo consiguieron, siendo capaces de trabajar vía online sin apenas experiencia y rehaciendo todo el curso.

“El 91% de las escuelas de música han continuado de manera online durante el confinamiento. Hablamos con empresas privadas que han dejado sus plataformas de forma gratuita hasta final de curso para que nuestras escuelas de música pudieran dar clase”.

Ante las encuestas que demuestran que los estudiantes no rinden lo mismo desde casa que presencialmente, Daniela afirma que, generalmente, en este sector, “los alumnos han dado mucho de sí. Les ha gustado mucho dar las clases online. Si que es verdad que para nuestros profesores ha sido una faena porque se pasaban todo el día conectados. No es lo mismo dar la clase en grupo que dar uno a uno. Para ellos ha sido un esfuerzo realmente extraordinario”, alaba así la tarea de los educadores. “También es verdad que era durante poco tiempo, yo no sé si eso en un curso entero podría bajar el rendimiento”.

La vuelta a la rutina

La previsión de volver en septiembre se tambalea cada vez más tras los rebrotes.

“Si la cosa no va a peor, las clases van a ser de manera presencial. Desde Federación, se les ha pasado a las escuelas lo que tienen que hacer. Deberán elaborar un plan de contingencia, sentarse para hablar con los padres y adecuar las aulas aplicando todas las medidas sanitarias”. 

En caso de complicarse la situación, se plantean tres vías desde Federación: de forma presencial aplicando las medidas oportunas, online o alternando las dos opciones. “Estamos contemplando los tres escenarios porque no sabemos que nos podemos encontrar”. 

En vista de los caminos de propagación del virus a través del aire, subsiste en los cantantes e instrumentistas de viento el interrogante de si la actividad respiratoria al cantar o tocar un instrumento de viento supone un riesgo de infección más elevado. Esta hipótesis genera incertidumbre sobre si puede afectar o no a la vuelta a las aulas. La respuesta de la música es que “se puede transmitir más con la voz porque la saliva llega más lejos que en un instrumento de viento, donde la saliva se queda abajo”. Asegura que ve más peligro en los actos culturales ya que suelen ser multitudinarios.

Pase lo que pase, “hemos sido el alma en muchas ocasiones sobre todo en redes sociales para animar a todo el mundo, el colectivo y la sociedad valenciana con nuestros músicos, haciendo vídeos en conjunto, saliendo a los balcones, etc.  Ese espíritu sigue ahí y con ese mismo espíritu encaramos el futuro y el próximo curso”, manifiesta orgullosa la presidenta de FSMCV.