Leyendas de amor y tragedia: descubre los secretos de la peña de la Novia de Alfondeguilla

Cuando circulas, en vehículo, bicicleta o andando por el Passeig Belcaire, que une Alfondeguilla y la Vall d’Uixó destaca una portentosa peña situada al margen derecho del río Belcaire. 

Esta peña esconde varias leyendas, todas ellas tienen en común el amor y han sido recogidas en un artículo de la Revista Orleyl, de la Associació Arqueològica de la Vall d'Uixó, firmado por José Ángel Planillo que se titula ‘Las novias como protagonistas trágicas de cinco leyendas locales muy próximas entre sí’. En este artículo, este apasionado de la historia y la cultura que es Técnico Superior en información y Comercialización Turística y guía oficial de turismo, presidente de la Asociación DiCultura, entre otros, nos cuenta las historias que esconden cinco espacios como el Salto de la Novia de Manzanera, el Salto de la Novia de Navajas, el Salto de la Novia de Cirat, la Peña de la Novia de Alfondeguilla y los amantes de Portaceli en Serra.

Planillo señala como versión más popular la recogida por Nel·lo Navarro y José V. Font en una publicación de 1985 titulada ‘Vora el riu d’Uixo’ en la que cuentan la complicada historia de amor entre Náger, un joven musulmán, y Agna, una cristiana, tras la revuelta de Germanías.

Otra de las versiones, más moderna, cuenta el amor clandestino entre dos jóvenes de las familias Martínez de la Vall d’Uixó y Fonfría de Alfondeguilla. Se trataba, según cuenta esta leyenda de Marcos Martínez, un joven de 18 años que trabajaba en la Fábrica Segarra y que repartía alpargatas por Alfondeguilla, donde conoció a Lucía, una adolescente de 16 años.

De aquella amistad, surgió una historia de amor que vivían en secreto por miedo a que sus familias no lo aceptaran. Y así fue. Tras comunicarlo cada uno a sus padres, no aceptaron ese amor y acabaron escapándose de casa. Cuando sus padres fueron a buscarlos, Marcos y Lucía estaban en la peña, al filo de la misma. Al escuchar los gritos de sus padres que les amenazaban con encerrarlos, ambos “se miraron a los ojos y cogiéndose bien fuerte de la mano, se besaron, se dijeron ‘Te quiero’ y se arrojaron desde el precipicio”. De ahí empezó a ser conocida como la Peña de  la novia, en memoria de aquel amor no consentido.

Aunque el tío Callau, según contó su nieto Manolo Rodríguez -más conocido como Rodri- en el proyecto club de lectura intergeneracional que trató sobre la peña de la novia, el nombre de esta peña se debe a que era el lugar donde la familia y la novia acompañaban al joven que se iba a la mili y donde la pareja se despedía por un largo tiempo. O por ser el lugar donde iban los familiares a despedir a los recién casados de Alfondeguilla cuando emprendían su viaje de novios.

Pero esta leyenda que se esconde entorno a la Peña de la Novia de Alfondeguilla parecer no ser única. Al menos así lo recoge el artículo de José Ángel Planillo que señala que existe una historia parecida en Benassal entre un templario de Culla y una mora oriunda de Benassal. O en Antequera donde está la peña de los enamorados que esconde una romántica historia entre una princesa árabe y un caballero cristiano.