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El archivo municipal inaugura los actos por el Bicentenario de la Provincia de Xàtiva

El archivo municipal inaugura los actos por el Bicentenario de la Provincia de Xàtiva

    El Archivo Municipal de Xàtiva acoge la exposición con la que se inician los actos conmemorativos del Bicentenario de la Provincia de Xàtiva. La exposición podrá visitarse hasta el 3 de julio, de lunes a viernes de 10 a 14 horas y sábados, domingos y festivos, de 10 a 13 horas. Al acto de inauguración asistieron el alcalde de Xàtiva, Roger Cerdà y la concejala de Archivo y Biblioteca, Mariola Sanchis.

    La aventura provincial de Xàtiva empezó con una carta del diputado setabense en cortes Joaquín Lorenzo Villanueva. En este caso, a pesar de formar parte de un proceso histórico, la acción tiene un protagonista claro en torno al cual se puso en marcha la maquinaria administrativa entre este diputado y el consistorio setabense. La oportunidad era idónea, como el propio Joaquin Lorenzo comprendió, ya que se estaba gestando un cambio de la estructura estatal que, posteriormente, la historia ha llamado Trienio Liberal.

    Con los movimientos revolucionarios surgidos por la sublevación del comandante Riego en los inicios de 1820, Fernando VII juró la Constitución de Cádiz el 9 de marzo, con la que se inauguró un régimen constitucional de ideas liberales. Los nuevos dirigentes tenían una nueva concepción del estado y la administración, ambas de tipo electivo y basadas en un único cuerpo legal vertebrador llamado Constitución. Consecuentemente, el cambio de raíz ideológico que suponía el nuevo estado, afectaba a los valores sobre los que se construía, y se ramificaba paulatinamente en sus manifestaciones entre las que la administración y la división territorial son piezas clave.

    La traducción de estas palabras era que el nuevo estado debía de manifestarse en nuevas instituciones, y éstas, vertebrar el territorio desde su lógica -liberalismo, centralismo, racionalidad y homogeneidad-. Por tanto, se debía afrontar una reforma para cambiar la división estatal, todavía basada en los antiguos reinos medievales, hacia otra más cerca del provincialismo de tipo francés, regido por diputaciones provinciales dependientes directamente de las cortes y el gobierno central. Esta división residual es la que se siguió en la etapa legislativa gaditana, basada en 39 provincias y, prácticamente, hacía una división interna de los reinos respetando sus límites históricos.

    De este modo, para la nueva vertebración del territorio se formaron dos comisiones independientes entre ellas, la primera la formó el gobierno constitucional y estuvo presidida por Felipe Bauzá y José Agustí de Larramendi, datando del 11 de julio de 1820 ; y la segunda mandada por Las Cortes,

    estaba formada por ocho diputados, y emprendió sus tareas el 4 de agosto de 1820. El informe gubernamental -presentado en Cortes el 17 de marzo del año siguiente1- fue una revisión del gaditano, mientras que el elaborado por las cortes -presentado el 19 de junio también del año siguiente- daba paso a un mayor cuestionamiento y revisión del territorio, invitando a una mayor implicación de los agentes políticos con la solicitud de ayuda de los diputados para la recaudación de datos y planteamiento de propuestas o modificaciones.

    En este contexto, Joaquín Lorenzo Villanueva propuso al Ayuntamiento de Xàtiva preparar una propuesta para la creación de una provincia propia. Si atendemos a la cronología, el 27 de marzo de 1821 el proyecto gubernativo ya estaba finalizado, y tenemos constancia de haberse formulado quejas al mismo remitidas a Las Cortes hasta el 7 de abril de 1821, pero ellas figura Xàtiva. Por tanto, la petición, idea y propuesta de creación de la nueva provincia sólo afectó y se basó en la iniciativa de Las Cortes. El diputado setabense argumentó el peso demográfico de la zona propuesta, su utilidad para el correcto funcionamiento del estado y la economía, y la «naturaleza de ese terreno». Estas palabras nos llaman la atención porque parece esconder una idea de dominio territorial preconcebida, porque, en primer lugar, repasando los diversos textos argumentativos a favor de la provincia, se lee una conciencia de macroprovincia de Valencia, y en segundo lugar, los mismos argumentos nos muestran cómo permanecían las pretensiones históricas de la ciudad de tener un dominio político propio por encima de la municipalidad.

    Sin embargo, el gran referente para la propuesta provincial, así como su principal argumentación, fue la concesión de diócesis propia -aprobada en 1814 pero llevada adelante al trienio-. No en vano una sede episcopal dejaba un precedente gestor en ese territorio, ya que la principal función episcopal es el control y administración de las parroquias. Querríamos acabar remarcando que aunque esta propuesta fue fruto de la iniciativa de un diputado y la puesta en marcha de la ciudad, Villanueva aconsejó al gobierno local que pidiera la cooperación con los demás pueblos involucrados, lo que nos muestra que la provincia no ha de ser vista únicamente como un evento local.

    Joaquín Lorenzo Villanueva Astengo

    En Joaquín Lorenzo Villanueva encontramos una de las figuras más emblemáticas de la Xàtiva del siglo XIX, determinando en algunos de los acontecimientos históricos más relevantes del momento, como la restitución del nombre de Xàtiva, la creación de la Provincia y Diputación setabense o la petición de catedralidad.

    Empieza sus estudios primarios en Xàtiva pero, pronto, con 12 años, pasó a Valencia. En la capital prosiguió su trayectoria, formándose en la Universidad de Valencia hasta 1776, desde donde es llamado por el seminario de Orihuela para ocupar la cátedra de filosofía. De Orihuela salió hacia Madrid en 1780 debido a las discusiones teológicas con su protector y obispo, José Tormo, y después de pasar un tiempo estableciendo contactos, fue promocionado para ocupar la cátedra de teología del obispado de Salamanca.

    Pronto se hizo un hueco en la corte gracias a las buenas relaciones con el grupo de valencianos que allí ocupaban cargos relevantes, siendo nombrado en 1783 calificador del Santo Oficio -encargado de censurar y detectar textos heréticos-. Joaquín Lorenzo estaba haciendo una carrera nada despreciable, porque como hemos visto, en tres años pasó de llegar a Madrid sin ningún valedor, a tener ya un cargo en las instituciones más importantes del reino. Su producción intelectual también fue en aumento, facilitada por el núcleo de relaciones con los ilustres letrados de Madrid, fruto de esto fue elegido miembro de la Real Academia Española en 1793, y de la Real Academia de la Historia en 1804.

    Firme partidario de la resistencia frente a las tropas y ocupación francesas, fue elegido diputado por Valencia en las Cortes Generales que se celebraron en Cádiz en febrero de 1810, donde tuvo un papel más que notable, postulándose como el cuarto diputado con mayor número de intervenciones. La noticia de la elección la recibió el seis de abril de 1810, y sin perder tiempo envió una misiva al Ayuntamiento agradeciéndolo y mostrando su predisposición a favorecer en todo lo que pueda su ciudad natal. También formó parte de la comisión eclesiástica creada por la Junta Central y Gobernativa de Cádiz, centrándose en la reforma religiosa.

    on la vuelta al trono de Fernando VII en 1814 fue detenido, encarcelado y finalmente desterrado en el convento de la Salceda de Guadalajara. Aquí permaneció hasta 1820 cuando con la instauración del estado constitucional, fue elegido diputado en Cortes por Valencia en mayo de 1820. El 1 de octubre de 1823, derogado el régimen constitucional, tuvo que exiliarse definitivamente junto a sus hermanos Jaime y Lorenzo, con quien empezó un calvario migratorio que le llevó a pasar sus últimos años en Londres y Dublín, viviendo de su faceta como escritor y de una pensión del comité de ayuda a los exiliados.

    La Provincia de Xàtiva

    El Trienio Liberal posibilitó que se volviera a emprender la cuestión territorial. El día 27 de marzo de 1821, el diputado setabense Joaquín Lorenzo Villanueva remitió una misiva dirigida al Ayuntamiento de Xàtiva explicando que, habiéndose presentado en las Cortes la división del territorio español, se ofrecía a preparar una representación para pedir la creación de la nueva provincia de Xàtiva, argumentando razones de utilidad y conveniencia. Un argumento de peso fue la aprobación de sede episcopal para la ciudad en 1814 -aplicada a 1821-, la cual la dotó de un territorio administrativo en el panorama eclesiástico, coincidente en gran medida con lo que abarcó la provincia. El territorio que abarcaba era similar al de la diócesis propia, el cual es casi la totalidad de lo que hoy en día consideramos las Comarcas Centrales Valencianas.

    La Diputación de Xàtiva funcionó desde el 23 de mayo de 1822 hasta octubre de 1823, y tenía competencias políticas -organización e implantación de la red de ayuntamientos-, económicas y fiscales -gestión de impuestos y del poso municipal-; fomento de infraestructuras y obras públicas; sociales -creación de establecimientos de beneficencia-, etc. El lugar elegido como sede de la Diputación fue parte de la Casa de la Enseñanza, que fue sometida a una reforma.

    En otoño de 1822 la oposición liberal -en última instancia, organizada por el mismo Fernando VII- empezó a crecer militarmente e integró partidas armadas. El ambiente de violencia fue en aumento y explotó en conflicto abierto con la llegada del ejército francés llamado "los cien mil hijos de San Luis". La guerra que se desarrolló en los siguientes meses estuvo desde un primer momento declinada hacia los absolutistas, por lo que las autoridades liberales se vieron obligadas a huir, entre ellas, la Diputación de Xàtiva. Por último, la Diputación se disolvió en Alicante, siendo la última sesión del 17 de octubre de 1823.

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