Vila-real vuelve a vivir Sant Antoni con la Matxà y el reparto de panes en la ermita
La ciudad ha recuperado las fiestas del patrón de los animales, suspendidas el pasado año por la pandemia
Vila-real ha recuperado el pulso sanantoniano con la vuelta de los tradicionales festejos en honor al patrón de los animales. Ayer domingo por la noche el entorno dels Lluïsos se llenó de animales por la Matxà y hoy lunes 17 prosiguen los actos con la misa y reparto de panes en la ermita de la Virgen de Gracia.
Así, anoche, víspera de Sant Antoni, miles de animales volvieron a desfilar tras un año de parón por la pandemia por las calles de la ciudad hasta la Congregación de Lluïsos, donde se repartieron los habituales rollos y se bendijo a todo tipo de animales, desde gatos y perros hasta caballos, pasando incluso por algún pez portado solemnemente en su pecera.
La regidora de Juventud, Anna Vicens, ha querido agradecer a la congregación su esfuerzo y dedicación para poder recuperar esta tradición con todas las medidas de seguridad. El ambiente festivo de mediados de enero ha vuelto con el tradicional olor a brasa y el murmullo de los animales y con el reparto de 3.500 rollos frente al calor de la hoguera.
Para este evento el Ayuntamiento ha organizado un dispositivo especial para evitar aglomeraciones, lo que ha permitido repartirlos los miles de rollos de forma ágil y en muy poco tiempo. El el acto han estado presentes el alcalde José Benlloch y varios miembros de la corporación municipal.
Fiesta en la ermita
También se recupera hoy lunes la fiesta en la ermita de la Virgen de Gracia, con la tradicional misa y el posterior reparto de 1.300 panecillos bendecidos, de los cuales 50 serán sin gluten. Además de repartirse a los asistentes a la fiesta en el Termet, los panets también se repartirán entre los usuarios de las residencias de ancianos de Vila-real.
Así, este 2022 Vila-real recupera una de sus tradiciones más populares. Y es que, como recuerda la concejala de Tradiciones, Noelia Samblás, “la misa y bendición de los panecillos se hacía en la ermita y el año 1483 está documentada la presencia en una de las cuevas del Mijares de un fraile de San Antonio”, por lo que apunta a que “puede que haya que buscar aquí el origen de la devoción al santo en Vila-real”. Una suposición que, como ha explicado, se sustenta también “por la proximidad del boalar, el lugar donde se guardaba el ganado antiguamente”.
