Protección Civil concluye el curso de Autoprotección Escolar para alumnos y profesores

El Servicio Municipal de Protección Civil de Vila-real ha concluido las jornadas de Autoprotección Escolar, que han llegado a diversos centros escolares. Los alumnos del colegio José Soriano han sido los últimos en recibir la formación, en la que han aprendido cuáles son los protocolos de actuación en situaciones de riesgo dentro del propio centro y cómo deben actuar ante una emergencia. El profesorado también ha participado en los simulacros, tras recibir una formación previa para poder enseñar a los estudiantes los métodos de evacuación de sus clases.

El responsable del Servicio Municipal, Ismael Solsona, explica que con este simulacro "finalizan las sesiones previstas para el curso actual, aunque como cada año, a inicios del próximo curso, a partir de septiembre, pondremos en marcha una nueva campaña, para la que los centros tendrán que apuntarse previamente en el Ayuntamiento".

Tal y como indica, en cada simulacro los voluntarios del cuerpo de seguridad testean las actuaciones de docentes y alumnos y "toman nota de cómo actúan ante una situación artificial de incendio, ya que pasan por zonas con humo para que pongan en práctica lo que han aprendido previamente, como taparse nariz y boca con las prendas de vestir o ir en fila india para no perder de vista a la persona que tienen delante".
Antes de generar la situación de riesgo simulada y de obligar a desalojar el recinto, se estudian los protocolos de evaluación de cada centro y se inicia una coordinación con los docentes. Así, tal y como detalla, el 112 también colabora, ya que "se le avisa del simulacro para que sean conscientes y a su vez se da aviso a la Policía Local, que también interviene para tomar nota, de manera independiente de lo que ocurre y después indica las incidencias que se han detectado para mejorar el operativo".

Los voluntarios, según indica Solsona, "se encargan de evaluar los ejercicios realizados y hacen un informe que se presenta a la junta directiva y a los profesores en el que proponen soluciones para corregir los posibles errores que se han visto en la simulación y también, si es preciso, se modifica el plan del Ayuntamiento para que todos los servicios de emergencia sean conocedores del cambio". "En definitiva, un simulacro no es un simple desalojo, sino que requiere de un trabajo previo y posterior muy importante", apunta, al tiempo que valora muy positivamente la participación de los centros educativos.