La Mostra TEST enraíza con la esencia clásica del arte en su 12ª cita en Vila-real
El Convent inaugura el sábado, 1 de marzo de 2025, la exposición colectiva de Daniel Dobarto, Laura Leal y Lolo Camino Sos, abierta hasta el 18 de mayo
La intervención urbana de Letsornot en el Pont de la Gallega de Vila-real sumará al museo abierto del TEST su 12ª obra
Cuatro libros de autor promocionan la carrera artística de quienes dan forma a la muestra y de la artista Dakota Hernández, autora del mural de la edición 2024
El TEST 2025, la Mostra d’Art i Creativitat de Vila-real, regresa para compartir el potencial de los creadores que inspiran la escena artística valenciana y convertirse una edición más, y ya van doce, en plataforma desde la que proyectar las tendencias del arte contemporáneo que radiografían la realidad más próxima y exhiben talento para destacar dentro del ámbito artístico más cercano.
Organizado por el Departament de Museus de la Regidoria de Cultura del Ayuntamiento de Vila-real, el TEST emerge de nuevo como referente por la selección de nuevos artistas, buscando ese idiosincrático “diálogo con el público” hilado sobre otra de las señas de identidad de la cita: “romper inercias”, adelanta su director, Pascual Arnal. “Es un honor apoyar un proyecto como TEST, que busca compartir la experiencia enriquecedora que ofrecen las tendencias más emergentes y darles visibilidad, y que consolida a Vila-real como referente del arte contemporáneo más allá de nuestro territorio”, explica por su parte la concejala del área, Dora Saura.
Desde la estructura original de la Mostra, que ha afianzado a lo largo de su trayectoria, TEST 2025 reúne en su exposición colectiva, que abrirá sus puertas en El Convent Espai d’Art de Vila-real del 1 de marzo al 18 de mayo, a tres referentes de las distintas disciplinas artísticas que, de nuevo, confluyen en ella: Daniel Dobarco (pintura), Laura Leal (fotografía) y Lolo Camino Sos (instalación escultórica). El mural de gran formato que firmará, a finales del mes de marzo, Julián Martínez (Letsornot) ampliará a doce las obras del museo de arte urbano a cielo abierto del TEST.
De la mano del elenco artístico de esta edición, TEST 2025 “reivindica, de una forma maravillosamente casual, una vuelta a los orígenes del arte a través de una mirada hacia lo esencial en un mundo cada vez más voraz, superficial y tecnológico”, detalla Arnal. “Choca que artistas jóvenes plasmen esa querencia por lo primordial en su obra o en los materiales que utilizan, quizás como respuesta al evidente contexto de saturación de lo ficticio y virtual en que vivimos últimamente”, matiza el director del TEST.
Ese nexo se evidencia especialmente en los tres autores que integran la exposición colectiva, que además emerge en un espacio, El Convent, que enlaza en sus orígenes con esa mirada hacia lo místico que envuelve a esta edición. “Exponer en estas paredes este tipo de obras supone cerrar el círculo de este espacio, que durante años albergó un convento”, asevera Pascual Arnal.
El salto constante en temáticas y técnicas que caracterizan la obra “en completa evolución” del pintor Daniel Dobarco (Castelló, 1988) ha hecho que Ultranoche, su propuesta para el TEST, acabe confluyendo en ese paraguas de lo tradicional sin preverlo. Un proyecto que aborda “el exceso de noche” y reproduce, desde su particular “mitología gamer” que nutre de los elementos fantásticos de videojuegos y literatura de ficción, un universo “donde ni siquiera la poca luz que aparece puede ser redentora”. Ultranoche se llena de figuras sacras como los ángeles, con quienes replica “esa paradoja que afecta a toda mi obra, la idea de contrarios y de cómo se entrelazan entre ellos”, indica Dobarco.
Y allí que yo me pare es el proyecto fotográfico que acerca a la Mostra Laura Leal (València, 1989). A través de imágenes de monjas de clausura establece un paralelismo entre la búsqueda y persecución del concepto del yo mujer, de qué es lo femenino y cómo se hilan las relaciones en el mundo que lo rodea, y la búsqueda mística del Otro que encarnan las figuras protagonistas. Imágenes que dialogan junto a otras que la artista va generando a modo de ejercicios de unión y separación con flores presentes en las escenas fotografiadas, apelando constantemente a la noción de repetición “tan importante en mística, porque se utiliza para generar cierto trance y favorecer la abstracción”, explica.
Lolo Camino Sos (Sevilla, 1983) explora, con su proyecto Del hueco, de la forma y del color, la escultura a través de un material tan tradicional y clásico como la cerámica. “Además de su herencia histórica, me interesa la cerámica por su flexibilidad y su capacidad de transformación. Es un material que permite jugar con el equilibrio entre el control y la espontaneidad”, señala. Su obra para el TEST busca un equilibrio entre los pictórico y lo escultórico, ahondando en los conceptos del espacio y la calma, “esenciales para el proceso creativo” y proponiendo “un diálogo entre la forma y el color que provienen de mi experiencia con la pintura”.
TEST pondrá la guinda a la edición de 2025 con arte urbano. La intervención a pie de calle llega esta vez con Letsornot, nombre artístico de Julián Martínez (Albacete, 1982). Sobre un espacio emblemático para la Mostra d’Art i Creativitat de Vila-real como el Pont de la Gallega creará a finales de marzo El ritmo de las cosas, “una celebración de la energía, del movimiento y del equilibrio que encontramos en la naturaleza” en la que de nuevo el artista jugará con formas geométricas que evocan patrones de crecimiento en la naturaleza, “con ritmos visuales que recuerdan el movimiento del agua o la expansión de un bosque”.
Este nuevo mural aportará la 12ª propuesta de arte urbano del TEST, siguiendo la estela de sus predecesores: Pantone, Borondo, Escif, Sam3, Louis Lambert (3TTMan), Hyuro, Mohamed L’Ghacham, E1000, Tellas + 2Bleene, Lidia Cao y Dakota Hernández.
Con el reto de respaldar la carrera en ascenso de las y los creadores emergentes, la Mostra edita de nuevo cuatro libros de artista, que estarán a disposición del público que la visite y que proyectarán en el tiempo la obra de sus impulsores. Tres los protagonizan quienes dan forma a la exposición colectiva en esta edición y un cuarto es para Dakota Hernández y su obra ‘Vecindario’, una reflexión sobre la vida de barrio que luce desde 2024 sobre una medianera de trece metros de alto en la zona de La Huerta de Vila-real.
Los catálogos estrenan cada año la tipografía cedida por un diseñador. Este año le llega el turno a Galana, ideada por el diseñador y tipógrafo Carlos Martos. Galana reinterpreta con un enfoque contemporáneo la tradición tipográfica española del siglo XVIII. “Concebida en un sólo peso, su eje óptico le permite adaptarse a distintos tamaños de texto”, explica Martos.
Junto a la tipografía, los textos completan el mimo que respiran los libros de autor. Ana Spoon y Efraín Carrero firman el de Lolo Camino Sos para Del hueco, de la forma y del color. El texto para Ultranoche, de Daniel Dobarco, lo aporta el artista Raúl Lorenzo Pérez, “que es además quien ha inspirado el título de la propuesta”, detalla Dobarco. Laura Leal asume el libro de artista dedicado a su obra, Y allí que yo me pare, mientras Ramón Pascual sella el libro de Dakota Hernández, Minimalismo y voz propia.
El TEST mantiene un año más las visitas guiadas a la exposición del Convent, en su apuesta por afianzar la “interacción con aquellas personas que sienten curiosidad por el hecho artístico” a través de un recorrido por la narrativa y la relación entre las piezas expuestas, concluye Pascual Arnal.
El público podrá disfrutar de este primer feedback con las obras del TEST el próximo 1 de marzo, con motivo de la inauguración de la Mostra. Una celebración del arte que contará con el elenco de autores que le da pulso y que protagonizará la primera de las visitas guiadas de la edición.
ARTISTAS DEL TEST 2025
DANIEL DOBARCO: ‘ULTRANOCHE’
“A los personajes de mi obra les une esa oposición entre lo monstruoso y lo bello, y la humanización cuando los retrato: sufren, duermen, bailan, sienten, dudan y están conectados por cosas muy simples”
Daniel Dobarco (Castelló, 1988) es graduado en Bellas Artes y Máster en Producción Artística por la Universitat Politécnica de València. Centra su obra en la pintura y la escultura para crear espacios que hacen referencia al mundo de los videojuegos y la cultura gamer. De ella, pero también de la literatura de ficción y la cultura popular, extrae los seres que centran su obra, y que no son, advierte, “más que el reflejo histriónico de nosotros mismos”. Analiza desde una mirada tragicómica los nuevos problemas de la cultura popular digitalizada, donde todo parece relativo y donde se funde tanto lo real con lo virtual, como lo virtual con lo espiritual.
Dobarco es el apellido de su abuela y el segundo de su padre. Un guiño a las raíces gallegas de su familia y un tributo a la figura paterna, por la que siente una “conexión fuerte” porque “siempre fue la que utilicé para pintar retratos” atraído, dice, por “su fisionomía, su ejercicio profesional y una cierta excentricidad natural”.
Entre sus últimas exposiciones figuran la individual Loot en la galería Tuesday to Friday (València, 2023) y las colectivas Beauties and beasts en la galería Veta (Madrid, 2024) y Things we meet in the dark, en la Kleine Humboldt Galerie (Berlín, 2024).
¿Quién es Daniel Dobarco?
En mi caso se cumple un poco esa idea, quizás algo mitológica, de ser artista desde niño. Una profesora le dijo a mi madre que pintaba muy bien y le recomendó que me apuntase a una academia, pero no tuve conexión real con el arte hasta que me pidieron que seleccionara una lámina para pintar mi primera obra en óleo y vi La noche estrellada de Van Gogh. Ahí se me fue la cabeza, porque descubrí que el arte va más allá de lo que se ve, que hay ojos para ver las cosas diferentes a la propia figuración. Me enamoré del arte.
He sido un pintor de toda la vida. He conectado con otras disciplinas, como escultura o instalación, pero al final todo lo traduzco a pintura. Mi sueño siempre fue entrar en la Universidad, tenía cierta obsesión por la pintura académica. Aprendí técnica tradicional y recibí una formación clásica para, después, a conciencia, romperla. El golpe en mi caso vino ante un cuadro que veía muerto, sin emoción. Ahí dije: es momento de soltar la mano, y fui a lo contrario, a pintar todo lo mal que podía. De ahí evolucioné hasta la pintura actual, que es una mezcla de todo. Es un proceso de muchos años, y estoy en ello. Mi obra no está cerrada, estoy constantemente cambiando el tema, la técnica.
¿Qué propuesta acercas para la exposición colectiva del TEST?
Se llama Ultranoche. Viene de un conjunto de obras en pequeño formato y sobre fondo negro que inicié antes de la invitación al TEST. Tras hablar con Pascual Arnal quise desarrollarla más. Ultranoche plasma esa pequeña luz que asoma en una oscuridad tremenda, pero esa luz, en el caso de mis cuadros, no te salva, sino que puede ser incluso más peligrosa que la propia oscuridad, como dice ese verso de Rilke: ‘Todo ángel es terrible’. Trabajo con esa paradoja que afecta a toda mi obra, la idea de contrarios y de cómo se entrelazan. Mi obra es tragicómica, vive de la tradición quijotesca, utilizo elementos de la fantasía popular contemporánea o tradicional, ya sean orcos, goblins, elfos o ángeles, que son la figura principal en este caso. Al mezclar todas estas ideas ensalzas lo bajo y aterrizas lo elevado, dotando de cultura clásica a criaturas de la alta fantasía, y llevando a ese mundo fantástico figuras sacras como los ángeles. El título Ultranoche vino porque hablando de la idea de la oscuridad con un colega, Raúl Lorenzo, me trasladó el concepto de ir más allá de la noche. Y de ahí ‘ultra’, para hablar del exceso de noche, donde ni siquiera la poca luz que aparece puede ser redentora.
Tu obra recrea un mundo ficticio en el que habitan seres extraídos de la nueva mitología gamer: ¿qué se entiende por nueva mitología gamer?
Se refiere a esa nueva mitología que se genera en los videojuegos, donde aparecen figuras monstruosas que son traídas de otros mundos, de la cultura griega, celta o vikinga… Siempre que se crea un mundo coges elementos de otros, ninguno viene de la nada. Creas un sincretismo, y es lo que hago, cojo la cultura que he tenido a lo largo de mi vida, desde la popular, como la que viene de los videojuegos o los libros, y la mezclo con la tradicional que bebe, por ejemplo, del catolicismo o de la cultura gallega de mis padres.
¿Quiénes son esos personajes? ¿qué les une?
Les une muchas veces esa oposición entre lo monstruoso y lo bello. Me gusta esa idea de lo otro, de lo que va mas allá, ajeno a nosotros. Pero ese otro que en el momento en el que lo estudias un poco se parece a ti. Entro en su intimidad. Hago el papel de artista o pintor clásico que se acerca y los pinta en sus momentos más cotidianos, más profundos, o incluso haciéndoles posar. Les une esa humanización que plasman cuando los retrato: sufren, duermen, bailan, sienten, dudan y están conectados por cosas muy simples. Pese a que mi obra puede tener un lado retorcido, al final me interesa lo sencillo de las cosas. Y es donde se puede encontrar el nexo.
¿Conocías el TEST? ¿Qué supone para ti formar parte de esta 12ª edición?
Lo conocí estando becado en Barcelona. Fue una compañera, Angie, quien me habló del TEST y me dijo: algún día vas a exponer ahí. Y ha ocurrido. Me alegra mucho. TEST me parece fascinante. Que en Vila-real se haga algo así es maravilloso, y debería haber más propuestas similares. Me siento muy honrado y feliz, han expuesto artistas muy potentes y me hace mucha ilusión pertenecer a esa palestra, pase lo que pase conmigo.
LAURA LEAL: ‘Y ALLÍ QUE YO ME PARE’
“Una sala como la de TEST es una oportunidad increíble. Me parece un festival sin prejuicios, que abraza la complejidad y nada elitista. No tiene en cuenta tu currículum, sólo la obra que has creado”
En la trayectoria profesional de Laura Leal (València, 1989) destaca su dedicación, desde 2013, como fotógrafa freelance para marcas y revistas de moda como Kling, Maje, Jennifer Fr, Cartier, Greta Boldini, Revista Vanidad, Vein Magazine, Grupo VICE o Bogo. Desde 2019 trabaja además como editora en Malvarrosa Film Lab, donde realiza y supervisa tareas de edición digital de fotografía analógica.
Y allí que yo me pare, su proyecto para el TEST, gira en torno al discurso místico, donde encuentra la confluencia perfecta entre la investigación incansable del Otro y la experiencia radical del gozo. Laura Leal trabaja con la espiritualidad, ese tipo de materialidad históricamente rechazada por las normas institucionales. Propone una reinterpretación artística de la práctica mistagógica mediante ejercicios visuales repetitivos de unión y fragmentación.
¿Quién es Laura Leal?
¡Ostras, qué pregunta más difícil! En el contexto de esta entrevista creo que lo importante es decir que tengo 35 años y me encanta hacer fotos y ver imágenes.
¿Qué propuesta acercas?
Y allí que yo me pare. Es una aproximación fotográfica al concepto de búsqueda y persecución de La Otra, asemejándolo a la búsqueda mística del Otro de las monjas de clausura. Junto a estas imágenes dialogan otras que he ido generando a modo de ejercicios de unión y separación con flores que estaban presentes en las escenas que fotografiaba.
¿A qué apela tu proyecto?
A lo largo del proyecto para mí ha sido muy importante la noción de repetición. Es un concepto muy importante en mística, se utiliza para generar cierto trance y favorecer la abstracción. Es también importante en el convento, donde te mimetizas física e incluso apelativamente (todas hijas, todas hermanas). Es además característico de toda búsqueda, sigues buscando porque algo se repite; “no es aquí”. He intentado que el proyecto refleje algo de esta repetición compulsiva. No sé qué transmitirá al resto de la gente, estoy deseando saberlo.
¿Por qué esa mirada mística en tu obra? Choca en un mundo donde prima lo tangible, la voracidad, las prisas, la tecnología…
Ojalá fuese una mirada mística, pero creo que se queda más en una mirada hacia la mística. Hay mucha gente dirigiendo la mirada hacia ella ahora mismo (tal vez lo más conocido sea la meditación o el mindfulness). A lo mejor es precisamente una respuesta a lo que comentas de la voracidad y las prisas. Por otra parte, no es nada nuevo, si crees en la separación humano-animal, lo único que nos diferencia de ellos según este supuesto (hasta que se demuestre lo contrario) es el sentimiento de trascendencia y la noción de lo sagrado, que no hay que confundir con la religión, y menos la institucional. Creo que ese sentimiento es inevitable en la mayoría de nosotras, aunque se manifieste de formas muy distintas, no se puede vivir en lo puramente secular. Y creo también que como sociedad y como individuos vivimos ciclos de rechazo a lo trascendente seguidos de ciclos de abrazo a lo trascendente.
¿Qué papel juegan las figuras de las monjas y los conjuntos florales en la reivindicación de ese discurso artístico mistagógico?
No diría que el proyecto contiene una reivindicación, simplemente narra un concepto y la mística sirve para vehiculizarlo. Tal vez lo único reivindicativo para mí haya sido el haber introducido los conjuntos florales y las fotografías de reliquias (los cuerpos incorruptos de Sor Úrsula y la Beata Inés). Mientras trabajaba en el proyecto los ejercicios visuales de flores me ayudaban a sentirme cerca de ese misterio del convento cuando no estaba allí. Estudiando el tema me di cuenta de que esta sensibilidad por lo material (en este caso lo visual) ha sido especialmente común en las prácticas devocionales femeninas, y también especialmente perseguida (un ejemplo es el culto femenino a las reliquias, bastante imparable por otro lado).
¿Qué supone para ti formar parte del TEST?
Para mí ha sido un sueño poder formar parte del TEST. Es una muestra de arte donde han participado muchísimos artistas a los que admiro, el nivel del contenido cada año es súper potente. De las cosas que más valoro es poder contar con el feedback de Pascual Arnal, tanto para el material del proyecto como para la ejecución de la exposición. Estoy aprendiendo muchísimo del hecho de formalizar el proyecto con él supervisándolo.
¿Cómo valoras este tipo de espacios para promover el talento artístico?
No puedo explicar el tesoro que me parecen. Para un artista no consolidado contar con una infraestructura y una sala como la de TEST es una oportunidad increíble. Contar con la confianza de un festival así lo es más todavía. En mi caso expongo además un proyecto que sería difícil que viera la luz en una iniciativa pública porque no tiene una practicidad evidente y puede considerarse algo controvertido por tocar el tema religioso. Me parece un festival sin prejuicios, que abraza la complejidad y nada elitista: no tiene en cuenta tu currículum, sólo la obra que has creado.
LOLO CAMINO SOS: ‘DEL HUECO, DE LA FORMA Y DEL COLOR’
“Mi trabajo parte de la intuición, y el accidente artístico es esencial para enriquecer la obra. Estos principios han estado siempre en el arte y siguen siendo clave en mi proceso”
Lolo Camino Sos (Sevilla, 1983) es Licenciado en Bellas Artes por la UPV. Completó su formación en la Universidad HBK de Braunschweig (Alemania). Reconocido principalmente por su tarea como pintor, su trabajo ha ido virando hacia la escultura a través de la cerámica. Su práctica artística reflexiona sobre el comportamiento humano y su interacción con el entorno inmediato, incorporando el azar y la experimentación como elementos fundamentales del proceso creativo.
Ha participado en proyectos y exposiciones destacados, como el Nine Vision (Bruselas, 2018), la realización de un mural de 100 metros para el Street Art Museum de San Petersburgo, y la exposición bipersonal Inner the Vase en Tokyo, con el artista Srger. En 2019 presentó su exposición La necesidad de lo Salvaje, galardonada con el premio Cervezas Alhambra, seleccionada como imagen de Open València 2022 y presentada a la UVNT Arte Fair de Madrid en 2022. En 2024 presenta la exposición Del vacío, de la forma y del color, resultado de su residencia artística en el estudio de cerámica Groc. En esta nueva etapa redescubre la escultura como medio de expresión y traslada la libertad gestual característica de sus pinturas al volumen.
¿Qué define al Lolo Camino Sos artista?
Soy un artista explorador, siempre en búsqueda de nuevas formas y materiales que me permitan traducir con mayor fidelidad mis ideas. Mi enfoque creativo se basa en la experimentación y en la aceptación del error como parte fundamental del proceso.
¿Cómo se llama tu propuesta para el TEST? ¿Qué va a encontrar el público en ella?
Mi propuesta para el TEST se llama Del hueco, de la forma y del color. En ella, el público encontrará una exploración sobre el espacio y la calma, esenciales para el proceso creativo, así como un diálogo entre la forma y el color que provienen de mi experiencia con la pintura, pero que en esta ocasión traslado al volumen, en una búsqueda de equilibrio entre lo pictórico y lo escultórico.
Exploras la escultura a través de un material tan tradicional como la cerámica. ¿Hay en tu obra una vuelta a los orígenes clásicos del arte, a la manufacturación, a lo tangible?
Mi trabajo parte de la intuición, y el accidente artístico es esencial para enriquecer la obra. Estos principios han estado siempre en el arte y siguen siendo clave en mi proceso. Además de su herencia histórica, me interesa la cerámica por su flexibilidad y su capacidad de transformación. Es un material que permite jugar con el equilibrio entre el control y la espontaneidad.
¿De qué hablan las esculturas que integran la exposición colectiva de la Mostra?
Con ellas he sentido la necesidad de recuperar la línea figurativa que siempre he trabajado en la pintura y que siento muy vinculada a la cerámica. A través de estas esculturas, hago un recorrido desde la experiencia de la infancia hasta el presente, rescatando formas y sensaciones que han marcado mi manera de crear. Me interesa cómo la memoria y la materia dialogan, dando lugar a piezas que son tanto evocación como descubrimiento.
Ser parte del TEST es…
Una gran oportunidad. Poder compartir mi trabajo en un espacio donde el público es tan diverso me parece fundamental, ya que permite que surjan distintas lecturas y diálogos en torno a la obra. Me interesa cómo cada espectador aporta su propia visión, enriqueciendo el sentido de la propuesta.
LETSORNOT: ‘EL RITMO DE LAS COSAS’
“Siempre busco que mis murales respiren, que tengan ese equilibrio entre lo humano y lo natural, y la obra para el TEST seguirá ese camino”
Julián Martínez (Albacete, 1982) es un creador multidisciplinar que transita desde el diseño gráfico, el arte plástico, la escultura y la pintura mural de gran formato. Formado como diseñador gráfico (Escuela Barreira, 2006) esta disciplina es la base conceptual y técnica de su práctica. Su obra escultórica combina elementos como la madera, pulpa de papel y materiales técnicos. En el ámbito de la pintura mural destaca por unas raíces marcadas que beben del arte urbano y el grafiti, y por su combinación de formas geométricas, patrones repetitivos y trazos orgánicos, creando paisajes conceptuales.
Su obra no nace en talleres, sino haciendo rutas. No surge del trazo espontáneo, sino de la meditación en movimiento. Una estructura inicial sobre la cual levanta puentes entre lo técnico y lo orgánico, entre el dibujo y la forma. Su labor de exploración se plasma en pinturas murales de gran formato convertidas en manifestaciones de conexión con el entorno. Sus murales reflejan el diálogo constante entre lo natural y lo humano. Inspirado por corrientes artísticas como el minimalismo, el arte abstracto contemporáneo y las influencias del land art, sus piezas emergen como paisajes internos, lleno de tensión y transformación.
Tras Letsornot se esconde…
Mi manera de entender la creación. Letsornot es el espacio donde convergen todas mis inquietudes, donde el diseño gráfico, el arte plástico y la pintura mural encuentran un punto en común. Desde pequeño, el dibujo ha sido mi forma de comprender el mundo; más tarde, la naturaleza y las actividades al aire libre se convirtieron en el motor de mi obra. Mi práctica no sólo trata de representar, sino de construir y habitar los espacios de otra manera. Letsornot es esa búsqueda constante, un diálogo entre lo urbano y lo natural, entre el control y la improvisación.
Tu obra será la número 12 para el museo de arte urbano del TEST. ¿Cómo se llama? ¿De qué habla?
El mural se titula El ritmo de las cosas. Es una celebración de la energía, del movimiento y del equilibrio que encontramos en la naturaleza. La obra habla del pulso vital que conecta lo humano con su entorno, de la fuerza que nos impulsa a avanzar y adaptarnos. A través de formas geométricas, colores vibrantes y composiciones dinámicas, busco transmitir esa sensación de expansión y vitalidad, como la que se siente al llegar a la cima de una montaña o al sumergirse en un río frío.
¿Qué características técnicas tiene?
El mural estará ubicado en el Pont de la Gallega, un lugar con historia dentro del TEST. La superficie presenta formas que aportan un desafío técnico interesante, y el trabajo se desarrollará durante cinco días, utilizando pintura acrílica principalmente. El objetivo es que la obra se integre en el entorno y dialogue con la estructura arquitectónica, aprovechando sus formas y texturas para potenciar la composición.
¿Qué supone para ti el reto de crear la 12ª obra del museo de arte urbano del TEST?
Más que un reto, lo veo como una expansión de la narrativa del muro, una nueva capa que respeta lo anterior pero que aporta una visión diferente, conectada con mi universo gráfico y conceptual.
Dentro de la pintura mural, tus raíces beben directamente del arte urbano y el grafiti. Formas geométricas que enlazan la abstracción y la naturaleza… ¿Veremos todo esto en tu creación en gran formato para el TEST?
Sí, sin duda. Mi obra es una síntesis entre lo estructural y lo orgánico, entre la precisión del diseño gráfico y la espontaneidad de los procesos naturales. En este mural, jugaré con formas geométricas que evocan patrones de crecimiento en la naturaleza, con ritmos visuales que recuerdan el movimiento del agua o la expansión de un bosque. Siempre busco que mis murales respiren, que tengan ese equilibrio entre lo humano y lo natural, y esta obra seguirá ese camino.
¿Qué supone ser parte del TEST 2025? ¿Crees que hacen falta más plataformas y escaparates para el arte emergente?
El TEST es una de esas iniciativas que realmente generan impacto, no sólo en la escena del arte urbano, sino en la forma en que las ciudades conviven con el arte. Formar parte de esta edición es una gran oportunidad para seguir explorando nuevas formas de intervenir el espacio público. Creo que hacen falta más plataformas así, lugares que den visibilidad a artistas con lenguajes diversos y que permitan que el arte se integre en la vida cotidiana, creando nuevas conexiones con la gente.