"La caducidad de seis PAI urbanísticos evita generar en Vila-real un área con cerca de 8.000 habitantes"
La caducidad en los últimos tiempos de seis Planes de Actuación Integrada, más conocidos como PAI urbanísticos, con 2.552.338 metros cuadrados de superficie que fueron aprobados por el equipo de gobierno del Partido Popular, ha evitado la generación de un área con cerca de 8.000 habitantes, "la misma cantidad que si cogiéramos el municipio de Peñíscola y lo metiéramos dentro de Vila-real".
Así lo ha explicado el alcalde, José Benlloch, que ha hecho un repaso de todos los elementos que ponen en riesgo la viabilidad de la ciudad y que "estamos haciendo todo lo posible por evitar que nos impacten". Además de los juicios y sentencias que "se llevan parte del presupuesto de manera periódica", destaca las ocupaciones directas "realizadas por el equipo del exalcalde Juan José Rubert y que ahora pagamos entre todos"; las expropiaciones, cuya diferencia de precio marcada por los jueces se abonan "tras años de litigios de los propietarios"; o los aprovechamientos urbanísticos, a los que "estamos intentando dar solución con la modificación del PGOU y que evitará el impacto de 230 millones de euros sobre las arcas municipales".
A todas estas figuras se suman las recalificaciones "a la carta", que "sólo tenían por objetivo construir una ciudad ficticia, generando falsas expectativas y culminando con una gran estafa política y una auténtica farsa de ciudad". Afortunadamente, tal y como explica el primer edil, "hemos trabajado duro y hemos llegado a importantes acuerdos tras negociar con los propietarios de los terrenos para hacer viable nuestra ciudad y evitar que la irresponsabilidad de unos pocos nos lleve a la ruina a todos".
De este modo, recuerda que "en años de bonanza, venían empresas o grupos de propietarios al Ayuntamiento y solicitaban recalificar una zona rústica para hacer industria o vivienda. Muchos de ellos han acabado en la ruina –por ser inviables y no tener ningún sentido- y otros también, aunque debido a la crisis y a las dificultades".
En total son seis los grandes PAI que se han caducado a lo largo de esta legislatura y la anterior, donde destacan el de Desarrollos urbanos para viviendas protegidas, que preveía construir 462 viviendas, 179 de ellas protegidas y que se aprobó en 2006; el PAI residencial Solaes, ubicado en la avenida de Francia frente al Pavelló Bancaixa, que preveía construir 2.450 viviendas; el de la Ciudad del Azulejo, cuyo objetivo era generar industria junto a la futura ronda Suroeste en 1,7 millones de metros de suelo; el del Camino de Betxí, también para suelo industrial; el de Pla Redó, caducado recientemente, al igual que el que pretendía construir 80 viviendas junto a la avenida de Grecia.
"Es una barbaridad lo que se pretendía hacer y, afortunadamente, al desactivarlos, muchos vecinos han podido respirar tranquilos, porque, de no ser así, todavía estarían pagando impuestos más altos", señala Benlloch, "nuestro objetivo es acabar con la ficción y la estafa". Y es que, para el primer edil estas cifras ponen de manifiesto "las barbaridades que hizo el PP a la hora de gestionar el PGOU de 1993, ya que con estos PAI cancelados, y teniendo en cuenta los solares que ya están recalificados actualmente dentro de la ciudad y en los que no podemos echar marcha atrás, podríamos construir una doble Vila-real".
"Hoy en día, sin mover ninguna ficha en el PGOU y si todo aquel que tiene un solar calificado como urbano construyera alguna vivienda, podríamos tener 20.000 viviendas más y otros 50.000 habitantes que se sumarían a los que ya tenemos, un total de 100.000 personas, para que después el PP venga a decirnos que necesitamos un nuevo documento urbanístico. Que nos digan qué huerto, barranco o río podemos recalificar para hacer torres de 20 alturas, porque es lo único que saben hacer", critica. "Gracias a su excelente gestión y a sus constantes mentiras y ciencia ficción, los vila-realenses sufrimos ahora la realidad, que es estar luchando para evitar una ruina de ciudad en la que, si por ellos fuera y si se hubiera materializado lo que querían, no habría calidad de vida", asegura.
No obstante, señala que "a pesar de que podríamos haber seguido su modelo de poca responsabilidad para tener más ingresos, hemos preferido mirar al futuro y pensar en la ciudad, en la defensa de sus intereses y en actuar con transparencia y diálogo", concluye.