El Archivo Municipal de Vila-real: un viaje por la memoria histórica en el 750 aniversario de la ciudad
En el marco de las celebraciones por el 750 aniversario de la fundación de Vila-real, el Archivo Municipal se ha convertido en uno de los puntos neurálgicos para conocer y comprender la historia de la ciudad. Ubicado en la emblemática ‘Casa de l’Oli’, un edificio histórico situado en la avenida de la ‘Murà’, una de las principales arterias de la ciudad, este espacio es mucho más que un depósito documental: es el baluarte donde se preservan siglos de memoria colectiva.
Dirigido por José Miguel Moliner Callergues, el archivo cumple una función esencial para el patrimonio de Vila-real. Según explica Moliner, su principal labor es “recoger, tratar y conservar la documentación”, tanto la generada por el Ayuntamiento como por los vecinos y vecinas, asegurándose de mantenerla viva para las generaciones futuras.
Pero esta institución va mucho más allá de esta función. Por un lado, actúa como fuente de datos para las oficinas municipales, ofreciendo apoyo en la gestión administrativa. Por otro lado, se ha convertido en una herramienta fundamental para los ciudadanos, que acuden al archivo para consultar información relacionada con herencias, antecedentes de propiedad, licencias de obras o de actividad. Finalmente, el archivo desarrolla una importante labor de difusión histórica, poniendo al alcance del público una ventana al pasado de la ciudad.
Entre los documentos más destacados que conserva, se encuentran pergaminos que datan del siglo XIV. Sin embargo, el archivo no solo guarda documentos escritos. Su fondo incluye también un valioso archivo fotográfico, enriquecido gracias a la colaboración de familias que, tras el fallecimiento de algún miembro, deciden donar fotografías antiguas. Este archivo se complementa con un fondo musical de gran relevancia, donde se custodian partituras originales de los maestros Tàrrega, Goterris o Beltrán. Además, como elemento singular, el archivo conserva, incrustado en su estructura, uno de los pocos lienzos que quedan de la muralla original de la ciudad. Este fragmento histórico se guarda entre paredes de vidrio diseñadas especialmente para garantizar su conservación.
Uno de los datos más curiosos del archivo es su extensión: “si se alinearan todas las estanterías, sumarían más de 2.000 metros”, destaca con orgullo Moliner, quien explica que el archivo nació con la fundación de Vila-real, cuando el Ayuntamiento comenzó a guardar documentación con especial cuidado, como en el caso de la Carta Pobla. Lamentablemente, el documento fundacional se perdió, posiblemente, en alguno de los incendios que afectaron al municipio, aunque se conserva una copia fechada en 1340. Aun así, Vila-real ha sido afortunada en comparación con localidades vecinas como Almassora, que perdió casi toda su documentación anterior a 1936 durante la Guerra Civil.
El esfuerzo del Archivo por adaptarse a los nuevos tiempos ha dado lugar a un ambicioso proceso de digitalización que ha permitido preservar toda la documentación hasta el año 1900, accesible en línea a través del portal web ‘arxiu.vila-real.es’. Esta labor, en la que participan profesionales como María José Vallés Vidal, incluye también la catalogación de periódicos históricos, convirtiendo el archivo en una hemeroteca que abarca hasta mediados del siglo XX. Otra de las trabajadoras que actualmente forman parte del equipo es Raquel Martí Castillo, quien realiza tareas de vaciado del libro de actas del siglo XIX.
Además, el archivo colabora estrechamente con universidades como la Jaume I, la Universistat de València o la UNED, recibiendo anualmente estudiantes en prácticas de carreras como Historia y Patrimonio o Humanidades. Esta interacción con el ámbito académico permite un flujo constante de investigación y refuerza la importancia de esta institución como centro de conocimiento.
Santi Cortells, concejal del Archivo Municipal, ha destacado que “la labor del Archivo es fundamental para preservar la memoria de nuestro pueblo, garantizando que las futuras generaciones puedan entender de dónde venimos”. Además, ha adelantado que, en pocos meses, el Archivo contará con una persona más para reforzar las tareas de organización y catalogación, un paso clave para optimizar la conservación de este valioso legado, duplicando así el número de operarios del Archivo desde que asumió la gestión del área.
“Esta institución no solo guarda documentos, sino también historias y recuerdos de generaciones pasadas, convirtiéndose en una ventana al pasado de Vila-real y un puente hacia el futuro. Con las nuevas incorporaciones al personal y el compromiso de preservar y difundir su patrimonio, el Archivo Municipal sigue siendo un tesoro vivo para la ciudad”, ha concluido Cortells.