Valencia ultima la tercera convocatoria del proyecto 50/50, referente en eficiencia y ahorro energético entre la comunidad escolar
En la última convocatoria 10 centros educativos consiguieron ahorrar 34.000 euros, la mitad de los cuales se redirigieron como ayuda directa a los colegios.
El Ayuntamiento de València, a través de la Concejalía de Transición Energética y Emergencia Climática, está ultimando la convocatoria de la tercera edición del proyecto 50/50, una iniciativa que permite empoderar a los centros educativos participantes en materia de eficiencia energética, con los beneficios que esto comporta, tanto en lo referente a la reducción del consumo como en lo que concierne al ahorro económico.
Durante el curso escolar los centros educativos participantes ponen en práctica toda una serie de hábitos que les permite conseguir un ahorro determinado, que en la anterior edición del 50/50 fue de 34.000 euros (una media de unos 3.400 euros por cada uno de los 10 centres participantes). Ese ahorro se divide en dos mitades: una de esas partes se devuelve a los colegios participantes en forma de subvención directa para que la utilicen como consideren más conveniente para su comunidad educativa; la otra mitad, el Ayuntamiento la reinvierte en proyectos para reducir el consumo y mejorar la eficiencia energética de las escuelas, a partir de las incidencias identificadas por los equipos participantes en cada colegio.
“El 50/50 es un proyecto muy interesante que permite sensibilizar a las comunidades educativas y las familias a través de los más pequeños y las más pequeñas. De una forma muy práctica aprenden cómo reducir el consumo de luz y agua y los beneficios los ven inmediatamente en sus propios centros educativos, con mejoras que se pueden llevar a cabo gracias al ahorro conseguido”, ha explicado el edil de Transición Energética y Emergencia Climática, Alejandro Ramon.
Por su parte, la concejala de Gestión de Recursos, Luisa Notario, ha afirmado que “las administraciones tenemos que adoptar políticas valientes que generen cambios para hacer frente al cambio climático y ser un referente. En ese aspecto, lo estamos haciendo desde hace unos años con diferentes medidas, como el cambio del 50 % del alumbrado público a tecnología eficiente que nos ha permitido un ahorro económico de cerca de 18 millones de euros o la instalación de placas fotovoltaicas en edificios municipales. Pero también son necesarias otro tipo de acciones que provocan cambios en el comportamiento de la ciudadanía. En ese sentido el proyecto 50/50 es maravilloso, porque coloca a los más jóvenes como principales actores en la consecución de ahorros de consumos de energía y agua en sus centros escolares y la enseñanza que obtienen de esa experiencia es impagable puesto que les permite interiorizar la necesidad de cuidar el medio ambiente convirtiéndolos en “embajadores” del cambio climático. Tenemos la necesidad de avanzar hacia un modelo social y energético basado en el ahorro de energía y en la apuesta por las energías renovables, y para ello es imprescindible la creación de una cultura energética que implique tanto a las personas como a las organizaciones. Y en este proceso de toma de conciencia, el papel de la comunidad educativa es fundamental, especialmente entre los niños y las niñas”.
Se prevé que a finales de este mes se abrirá la tercera convocatoria de este proyecto, que incide en el uso correcto de los recursos esenciales de que disponemos, con la implicación de personal directivo de los centros, las AMPA, profesorado, alumnado y personal de limpieza y servicio de comedor
Gracias al trabajo del alumnado el último curso los 10 colegios públicos de València participantes ahorraron cerca de 9.600 metros cúbicos de agua y más de 204.000 kW de energía, dejando de emitir más de 106 toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera. Entre las medidas que implantaron para conseguirlo estaba la instalación de sensores de movimiento en los baños, la regulación del caudal de las fuentes del patio, la colocación de bridas en los interruptores de agua para que saliera menos cantidad, la sustitución de las luces de los pasillos a tecnología Led, carteles para apagar los ordenadores y el sellado de ventanas y puertas para que no entre el frío y salga el calor, entre otros.