València regula el toque de campanas, ¿Cómo afectará al Micalet?
En este sentido, el concejal de Calidad Acústica y del Aire, Giuseppe Grezzi, ha destacado la estrecha relación y el diálogo con el arzobispado para su regulación
El Ayuntamiento de València ha aprobado en el pleno de este jueves la aplicación de la nueva ordenanza de protección contra la contaminación acústica con los votos a favor del equipo de Gobierno y la abstención de los grupos de la oposición.
La nueva ordenanza recoge muchas de las demandas realizadas por el vecindario y varias entidades sociales y empresariales. El concejal de Calidad Acústica y del Aire, Giuseppe Grezzi, ha afirmado que “las aportaciones realizadas por entidades vecinales han tenido un especial peso en el conjunto de las alegaciones y son una muestra del dinamismo y la creciente representatividad en el análisis y resolución de los asuntos de su ámbito”.
Entre las novedades de la ordenanza está la introducción de modificaciones en materia de toques de campana y relojes, a las que se dedica un capítulo y un anexo, y que han sido abordadas con el Arzobispado de València.
En este sentido y sobre cómo afectará al toque de campanas en el Micalet, Grezzi ha explicado que esta medida en concreto "se podrá hacer el toque de campanas que es una cosa protegida como patrimonio de la ciudad pero se reduce el impacto nocturno cuando el vecinado demanda descanso, pero se ha hecho mediante un diálogo y participación muy estrecha con el arzobispado".
También se han introducido la obligatoriedad de que las actuaciones musicales en la vía pública o en los locales especializados dispongan de un limitador registrador, que permitirá un mejor control de los niveles de ruido. Por otro lado, se introduce la posibilidad de exigencia de un estudio acústico previo a la autorización de mesas y sillas en las terrazas.
Igualmente, se modifica el artículo 59 que hace referencia a las actividades de artes escénicas que puedan generarse en edificios residenciales como una excepción a las prohibiciones existentes en esta materia, lo que constituye una reivindicación histórica del sector teatral.
Además, se introduce una modificación en el artículo 60 que pide una distancia de 30 metros entre locales sujetos a la normativa de espectáculos públicos como medida preventiva para evitar la acumulación de espacios de características parecidas en zonas de la ciudad que puedan estar potencialmente saturadas.
Una ordenanza no exenta de polémica, pues los vecinos de la ciudad, a través de la Federació d’Associacions Veïnals de València lamentan que más allá de las razones técnicas, "es muy preocupante que la consecuencia vaya a ser desactivar la tramitación de las zonas acústicamente saturadas".
En ese sentido, la presidenta de la Federación vecinal, María José Broseta, señala que, “aunque se ha mejorado bastante la redacción del proyecto inicial, el único cambio de calado es el que afecta directamente a las ZAS, así como el hecho de que recaiga sobre los vecinos y vecinas la carga de la prueba ante las denuncias y quejas que se puedan realizar”. La ordenanza mantiene “sin matizaciones” la posibilidad de finalizar el procedimiento si un vecino no accede en un momento dado a colaborar.