Valencia Basket estrena el casillero de victorias en ACB y vence a Andorra en una Fonteta vacía (91-76)
El liderazgo ofensivo de Hermannsson, Van Rossom y Prepelic desatasca un partido que Andorra complicó por momentos con su intensidad
La segunda jornada de la liga ACB por fin se pudo disputar. Mejor dicho, el COVID-19 dejó que se jugara el encuentro. Tras tener que ser aplazado por dos falsos positivos en Coronavirus en la plantilla del Morabanc Andorra, la Fonteta ha vuelto a albergar la mejor competición del baloncesto nacional.
Los valencianos estaban obligados a reaccionar tras la derrota cosechada en el primer encuentro en el Buesa Arena ante el Baskonia.
Aunque sin público y con una Fonteta desangelada para lo que acostumbra, el Valencia Basket salió al encuentro serio y con la convicción de estrenar el casillero de victorias.
La intensidad defensiva hizo que el primer cuarto se tiñera de naranja y se cerrara con un marcador de 21-13. Los robos de balón dieron lugar a la buena actuación ofensiva, que colocó al debutante Hermannsson con 7 puntos en los primeros diez minutos de juego.
La rotación de Ponsarnau no se hacía esperar y movía su banquillo continuamente, dejando a tan solo dos jugadores sin disputar minutos en el primer cuarto.
Van Rossom y Prepelic se pusieron el mono de trabajo en la anotación y, a base de triples, aumentaron la distancia en el electrónico. La intensidad defensiva no bajaba el ritmo en el segundo periodo, dificultando a los andorranos sus ataques. Un parcial de 0-7 condicionado por varios despistes defensivos en cadena de los locales, volvieron a situar al equipo del Principado a tan solo tres puntos de diferencia. El tiempo muerto de las ocasiones en las que el entrenador quiere frenar la buena racha rival llegó y surgió efecto, Prepelic volvió a hacer de las suyas y sacó a relucir su efectividad desde la línea del triple.
La reaccion de los visitantes no se hizo esperar más y a falta de dos minutos para el descanso se pusieron por primera vez en el partido tras tres pérdidas consecutivas de los valencianistas. Ponsarnau gritaba enfadado desde el banquillo y pedía “la misma intensidad en el juego que el rival”, que hizo notar su mejoría defensiva que provocó las pérdidas locales.
Llegó el descanso en la Fonteta con una diferencia de apenas tres puntos para el Valencia Basket (39-36) gracias a un último triple del base Hermannsson. A diferencia de los primeros diez minutos de juego, en el segundo cuarto los locales bajaron el ritmo defensivo y los andorranos acortaron terreno gracias a los balones robados y a los huecos que encontraba en la defensa local, lo que les permitía anotar canastas fáciles y sin oposición.
La segunda mitad arrancaba prácticamente como empezó el partido, en tablas, ya que el marcador reflejaba la igualdad mostrada por ambos.
Intercambio de golpes tras salir de vestuarios, ambos conjuntos volcados en tareas ofensivas y mayor ritmo de partido. El marcador sigue reflejando los mismos dígitos de igualdad, aunque entrando en el último cuarto con el Valencia Basket por delante.
El último y decisivo periodo empezó con superioridad valencianista, que impuso calidad ofensiva y oficio para alejarse y dejar atrás a Andorra, incluso hasta 12 puntos restando la mitad del cuarto. Entre Prepelic y Van Rossom andaba el juego, aunque el capitán Dubljevic se sumaba a la fiesta y ampliaba ventajas hasta los 15 tantos.
Ibón Navarro fue expulsado por doble falta técnica y tuvo que abandonar la pista con un enfado notable, aunque los suyos ya no tuvieron margen de reacción y no pudieron reponerse a los más de 10 puntos de ventaja.
Los valencianistas mostraron su poderío ofensivo en este último cuarto y se llevaron el encuentro con un resultado de 91-76, lo que supone estrenar el casillero de victorias en la actual Liga ACB. Balance de una victoria y una derrota para los valencianos.
La primera llegó con Hermannsson liderando las estadísticas anotadoras con 14 puntos y teniendo a Van Rossom y a Prepelic como fieles escuderos en la organización del equipo. Poca incidencia en el encuentro de Labeyrie, de Fernando San Emeterio, de Pradilla por disputar tan solo el último minuto y de Vives que no fue de la partida.
Ni un solo minuto del encuentro disputó ni Guillem Vives. La noticia positiva llega para Pradilla, que se estrena con la camiseta valencianista tras su fichaje estando un minuto en pista. Ambos jugadores hicieron trabajos en la pista una vez concluido el partido junto a uno de los entrenadores mientras sus compañeros ya se encontraban en el vestuario.
Se escucha todo
La no presencia de aficionados en las gradas de la Fonteta hace que el baloncesto se disfrute de forma diferente, pero tiene ciertos aspectos que no ocurrían antes. Uno de ellos es escuchar con nitidez las palabras y los gritos de los jugadores y de los jugadores. Es el caso del entrenador del Andorra, Ibón Navarro, quien tras recibir la segunda falta técnica y ser expulsado pedía a los árbitros que “acabaran con esta broma”, justo en el momento de abandonar la pista hacia el vestuario. Ponsarnau también tuvo lo suyo, ya que en un alarde de carácter les pidió a los suyos a viva voz que igualaran la intensidad del rival. Son las pequeñas cosas que permiten el silencio del pabellón en un encuentro de alto voltaje.