València autoriza la renovación de un tramo del emisario de Vera para garantizar su correcto funcionamiento
La concejala del Ciclo Integral del Agua, Elisa Valía, ha recordado que la infraestructura expulsa al mar aguas pluviales y drenadas de l’Horta
El Ayuntamiento de València, a través de la Concejalía del Ciclo Integral del Agua, ha autorizado a la EPSAR, la entidad de saneamiento de aguas residuales de la Generalitat Valenciana, las obras para la reparación integral de un tramo del aliviadero submarino del emisario de Vera, una intervención fruto de los trabajos de conservación y mantenimiento de la infraestructura y que suponen una inversión de 270.948,96 euros. La infraestructura, de propiedad municipal aunque su mantenimiento y conservación es financiado por la EPSAR, expulsa al mar aguas pluviales y aguas del drenaje de l’Horta.
En concreto, la Concejalía del Ciclo Integral del Agua ha aprobado una ampliación de las obras de emergencia concedidas en el mes de marzo y realizadas en mayo. La concejala del Ciclo Integral del Agua, Elisa Valía, ha apuntado que la intervención “es fruto de un seguimiento exhaustivo de la infraestructura y de la colaboración entre Ayuntamiento y Generalitat. Los trabajos periódicos de conservación y mantenimiento que se realizan son fundamentales para planificar intervenciones de renovación que eviten fisuras en el corto y el medio plazo. Con las obras se ampliarán las garantías y potencialidades del emisario de Vera para asegurar que continúa funcionando correctamente”. Esta construcción está compuesta por dos tuberías a través de las cuales se expulsan al mar las aguas pluviales y las aguas del drenaje de l’Horta.
Valía ha recordado que en el emisario de Vera “no transporta aguas residuales y sólo expulsa aguas pluviales y aguas procedentes de las acequias de l’Horta con lo que, ante cualquier fisura, no conllevaría un sí mismo un riesgo medioambiental, pero queremos ser especialmente cuidadosos y prudentes en los entornos naturales tan valiosos como nuestras playas. Además, el tramo en el que se interviene se encuentra a un kilómetro y medio de la costa y a una profundidad de casi 15 metros, con lo que tampoco conllevaría ninguna contaminación de las aguas de nuestras playas, ya que a esa profundidad cualquier tipo de bacteria que pudiera transportar moriría”.