“Somos Patrimonio de la Humanidad y estamos muy necesitados”
Un duro relato para el que los indumentaristas valencianos piden una solución urgente
Alegría, fiesta, hermandad y mucho trabajo, son solo algunos de los valores que las fiestas valencianas llevan por bandera. Todo ello, gracias a los grandes profesionales que hacen posible su celebración y que ahora tras la dura crisis sanitaria necesitan ayuda urgente.
Este martes el centro de la ciudad Valencia se ha llenado de indumentaristas que han lanzado un SOS a las administraciones y advertido del duro momento que atraviesan. Calculan pérdidas de un 99% respecto al año anterior y advierten del cierre inminente de establecimientos si no se les da la ayuda para poder sobrevivir.
Es un duro relato al que han puesto voz Guillermo y Javier, dos indumentaristas propietarios de los taller Flor de Aigüa especializados en la confección de trajes de fallera. Ellos, como tantos otros, han tenido que adaptarse a la nueva normalidad la cual les ha dejado sin prácticamente trabajo.
“Esto es un SOS tanto para el Ayuntamiento como para la Generalitat, y también para los falleros para que sepan que los indumentaristas van a cerrar las puertas si esto no se mueve o no recibimos ningún tipo de ayuda” denunciaban en declaraciones a los medios de comunicación poco antes de emprender su marcha las calles de la ciudad.
Son conscientes de los tiempos tan complicados que estamos atravesando, pero lamentan no haber recibido ninguna ayuda desde marzo: “Veo que tienen mucho dinero para muchas cosas que ahora no hacen falta. Nosotros somos Patrimonio de la Humanidad y estamos muy necesitados”.
El sector de la indumentaria reclama una línea de ayudas pruebas – “no que nos mantengan” – y que se impulsen campañas de sensibilización para fomentar la compra en sus establecimientos. “Si no nos ayudan, es muy complicado que sobrevivamos”.
Falta de producción
Ante la incertidumbre provocada por la falta de garantías de que se puedan celebrar las próximas fiestas, son muchos los talleres que se han visto obligados a reducir sus plantillas. Es el caso de Javier y Guillermo, quienes cuentan que han pasado de ser 15 personas a estar ellos solos.
“Somos los dueños y estamos manteniéndolo con gastos mínimos” explican. Unos gastos que cada vez son más difíciles de cubrir pues los encargos son prácticamente inexistentes. “Producción cero y encima después de las últimas noticias de que no van a haber Fallas, lo más seguro es que nos los anulen” lamentan.
Por todo ello, lanzan un mensaje de ayuda: “Necesitamos ayuda, que hagan lo que sea para que hayan unas Fallas, aunque sabemos que no van a ser las normales de todos los años. Serán diferentes pero que la gente pueda tener unos mínimos se pueda vestir, podamos quemar y ofrendar”.