Proponen programas universitarios basados en “Aprender a Aprender” para el mercado laboral de la cuarta Revolución Industrial
Personal investigador de la Universitat de València (UV) señala que ante los cambios producidos por la 4ª Revolución Industrial (4RI) en el mercado laboral, las universidades deberían fomentar un nuevo saber
“Aprender a Aprender”, es decir que el estudiantado desarrolle habilidades como la toma de decisiones, el pensamiento creativo y la resolución de problemas
Junto con ello proponen mejorar los entornos educativos a través de métodos didácticos innovadores, como el Aprendizaje-Servicio (ApS)
El rápido proceso de transformación que vive la sociedad se caracteriza por un constante flujo de información, una presión constante por la inmediatez y el cambio, y la forzosa necesidad de adecuar las rutinas. Este fenómeno interpela a las universidades, y las compele a diseñar nuevos programas de enseñanza. Un proceso de actualización que da paso a las universidades 4.0.
“Las universidades que forman a las personas para la 4RI harían bien en no limitarse a un aprendizaje especializado en determinadas disciplinas sino enseñar a los estudiantes a tomar decisiones sobre su proceso de aprendizaje y sus objetivos en el futuro”, explica Fran J. García-García, investigador en formación de la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación y uno de los autores del estudio Aprender a aprender en universidades 4.0. Obsolescencia humana y cambio a corto plazo. También participan en la investigación Teresa Yurén, de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (México), y Evelyn Moctezuma, doctoranda en la UV, en convenio con la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (México).
En palabras sencillas, quien Aprende a Aprender (AaA) sabrá cómo aprender frente a situaciones laborales y de la vida que van a requerir el dominio de esta competencia. “Es un conocimiento estable y no de corto plazo”, señala García-García, del Departamento de Teoría de la Educación. “Por lo tanto, se espera que las personas que son competentes en AaA, sean autónomas y efectivas a lo largo de su proceso de aprendizaje para trabajar bien.”
Dado que el mundo experimenta cambios acelerados, las personas se enfrentan a la incertidumbre de no saber cuál será su futuro. De ahí que no puedan anticipar cuál será su ‘trabajo’ en el futuro. Entonces, como no es posible formarse para un ‘trabajo’ que aún no conocen, surge la necesidad de adaptarse, en otras palabras, de un nuevo conocimiento: Aprender a Aprender.
“Los sistemas de educación superior deberían proporcionar una formación adecuada para un desarrollo humano a largo plazo”, advierte García-García. “Es decir, una educación para la vida y no solo para el trabajo.”
En este sentido, surge una segunda necesidad que es mejorar los entornos académicos. Para ello, los investigadores plantean medidas estratégicas y para la gestión de las instituciones, junto con métodos de vanguardia para la docencia y un carácter de aprendizaje activo para los estudiantes. Una de estas medidas es el Aprendizaje-Servicio (ApS).
“Los estudiantes aprenden los procedimientos para negociar las realidades y decidir un curso de acción, de influencia, en sus comunidades”, indica el profesor García-García. “En estos entornos extrauniversitarios los estudiantes que aprenden a aprender rompen con la dependencia institucional para actualizar sus conocimientos, se adaptan a los sistemas sociales de la 4RI e influyen en sus comunidades a través del trabajo.”
En definitiva, se trata de que los programas académicos no solo conecten a los estudiantes con las empresas relevantes del sector laboral que más se ajuste a su perfil de formación, sino también que las universidades 4.0 lleven un rastreo de las actividades de emprendimiento de sus alumnos, con o sin ánimo de lucro, y siempre en beneficio de las comunidades más allá de los mercados.
4RI y la clase media
Los investigadores explican que la 4ª Revolución Industrial (4RI) sugiere un nuevo estadio social en el que la economía se base en producir conocimiento e introducirlo al sistema. Un ejemplo de ello es que Internet y las redes sociales han creado espacios sociales abiertos y que potencialmente conectan a casi todos los habitantes del planeta.
En estas condiciones adaptarse es hacerse parte de la sociedad digital. De otro modo, se corre el riesgo de quedar fuera de la actividad económica e, incluso, del sistema social. Pues bien, uno de los espacios donde este fenómeno es más notorio es en el mundo del trabajo.
“En la industria actual, la Inteligencia Artificial (IA) podría estar reemplazando a la clase media para cubrir la mayor parte de los trabajos de cualificación media-alta”, comenta García-García.
De ahí que la atención esté puesta en la disminución de la clase media, un efecto no deseado de la 4RI. Los autores advierten que esta reducción de la clase media no solo pone en riesgo la movilidad social, sino que consolida la desigualdad social y produce polarización política y desconfianza en los gobiernos y mercados.