La gran historia de un abuelo que dejó el mejor regalo a su nieta antes de morir
Cris es una valenciana de 18 años que recibió un regalo inesperado el día de su cumpleaños
¿Hasta dónde puede llegar el amor de un abuelo? ¿Cuál es la mejor herencia que una persona puede dejar? Esta es una historia que muestra cómo el amor todo lo puede y cómo una nieta, sin jamás haberlo esperado, recibió el mejor regalo de su abuelo que acababa de fallecer.
Cristina Simó Monleón, o Cris, como le gusta que le llamen, es una joven de 18 años de Valencia que acaba de terminar el Bachillerato. Se prepara para entrar en la Universidad y estudiar matemáticas mientras sigue formándose en música, su gran pasión, pero no la única. Desde bien pequeña ha sido una ávida lectora, afición que comparte con su hermana, padres y el resto de la familia.
Y es que la lectura es algo que aprendió a amar gracias a su abuelo, Juan. Él era un devorador de libros y contaba en su biblioteca con más 10.000 ejemplares, nada más ni nada menos. Juan trató de inculcar esa misma pasión a sus hijos y nietos y no había aniversario en el que regalara un libro al cumpleañero.
Y es que su vida no se puede entender separada de los libros, pasión que conoció al tener que ‘esconderse’ tras la guerra: Mi abuelo hizo de los libros sus mejores amigos. Antes de cumplir diez años ya leía los grandes clásicos. Leía muchas horas, muchos libros y de muchos tipos. Con la lectura pudo viajar sin salir de casa, pudo conocer el mundo estando sentado en su habitación. A mi abuelo los libros le salvaron la vida”.
El mejor regalo
Este ávido lector y viajero a través de las letras, falleció hace unas semanas poco antes del cumpleaños de Cris. Cuál fue su sorpresa que su abuelo le había preparado ya el libro de su cumpleaños, regalo que recibió con mucha emoción: “Era la persona más culta que he conocido, una biblioteca andante. Le podías preguntar de cualquier tema: sabía de historia, de matemáticas, de idiomas, sabía de todo”.
Son días muy especiales para Cris, por el bonito e inesperado regalo y por el alcance que está teniendo su historia. Por eso aprovecha la ocasión para poner en valor la que es, para ella, la mayor herencia que sus abuelos pueden dejarles: “Antes que la pasión por la lectura, es el ser buenas personas. Mi abuelo era muy buena persona y siempre intentaba ayudar a lo demás”. También les deja el amor al prójimo, algo que han podido ver gracias al amor que Juan y Leonor (su abuela): “Eran un equipo”.
Hoy, su familia lleva un pedacito de él en cada libro que lee, cada página que pasa y cada palabra que ve. Juan Rafael fue, además, el padre de una gran médico y colaboradora de elperiodic.com, Susana Simó.