La Diputació de València descubre el lenguaje oculto de la indumentaria taurina a través de una muestra en el Ateneo
El presidente de la institución, Toni Gaspar, visitó este lunes la exposición organizada por el Museo Taurino que podrá visitarse hasta el próximo 28 de febrero, de 11 a 14 y de 16 a 20.30 horas
La iniciativa del museo de la Diputación propone adentrarse en la estética que transmite un torero con su traje de luces y el capote de paseo, a través de la elección de la forma, el color y los adornos
El Museo Taurino de la Diputació descubre el ‘Lenguaje oculto en la indumentaria taurina’ a través de una exposición que acogerá el Ateneo Mercantil de València hasta el próximo martes 28 de febrero, en horario de 11 a 14 y de 16 a 20.30 horas. Una muestra organizada por el propio museo provincial, uno de los más visitados de la ciudad, que gira en torno a la estética que transmiten los toreros a través de su traje de luces y el capote de paseo.
“Lo que aparentemente es una simple elección de la forma, el color y los adornos de cada traje, encierra toda una mística y un simbolismo que muchos espectadores desconocen y que tiene que ver con el estado de ánimo y las intenciones de los toreros”, explica el presidente de la Diputación, Toni Gaspar, quien estuvo presente este lunes en la apertura de la muestra, acompañado por el responsable de Asuntos Taurinos de la corporación provincial, Toni Gázquez, y las responsables del Museo Taurino Inma Renales y Lina Casanovas.
La propia Lina Casanovas, conservadora del Museo Taurino y comisaria de la exposición, destacó las vías de colaboración con otros entes en materia cultural, en este caso con una muestra “muy interesante que aborda un universo simbólico e identitario que muchas veces pasa desapercibido y que ahora podemos descubrir en la sala de exposiciones del Ateneo en vísperas de la feria taurina de Fallas”.
Del blanco pureza al rojo sangre
La estética taurina es un mundo en sí mismo que nace de la elección de un sastre de confianza que sea capaz de entender al torero y trasladar a la indumentaria sus emociones. En su camino hacia el triunfo, el maestro, cuyo traje se configura de forma distinta al de subalternos o picadores, no deja al azar ningún detalle que tenga que ver con su imagen, llegando a considerar “mágicas” esas variables en colores y adornos que no solo están dirigidas a favorecer el aspecto físico sino también a conceder el don de la fortuna.
La elección del color influye directamente en los sentidos tratando de seducir, con emociones que oscilan entre la pureza del blanco y la vida del rojo sangre, pasando por el amarillo sol, el rosa pasión, el marrón tierra, el verde serenidad, el azul eternidad o la aurora que simbolizan los tonos anaranjados. El violeta y el púrpura se asocian al poder, mientras el negro, aquí no hay sorpresa, se identifica con el luto.
En el caso de los bordados, su fin es más informativo, con la utilización de combinaciones de elementos geométricos, vegetales, florales y animales, cuando no imágenes antropomórficas y grafemas. Entre rombos, piñas, mariposas y óvalos, símbolos que encarnan la proporción, la prosperidad, la perseverancia y el principio de todo, destaca el amplio catálogo de adornos florales, desde las rosas de la perfección hasta el azahar del amor, sin olvidar los claveles de la belleza, los pensamientos de la decencia, las margaritas de la pureza y las peonías de la buena suerte. Tampoco faltan las imágenes bordadas de vírgenes y cristos entre los fondos del museo provincial y de las colecciones Coso de Monleón, Justo Algaba y Maestra Nati, que han cedido algunas de sus piezas para la exposición.