Cuatro profesoras de la Universitat de València, autoras de la ‘Guía de comunicación no sexista’, presentada hoy en el Instituto Cervantes
Las profesoras de la Universitat de València Mercedes Quilis, Marta Albelda, Pilar Montañez y Andrea Carcelén son las autoras de la ‘Guía de comunicación no sexista’, que este lunes, coincidiendo con el Día de la Mujer, se presentada en el Instituto Cervantes de Madrid. La guía ofrece la información necesaria para que el uso de la lengua española no refleje ningún tipo de discriminación sexista.
La publicación está editada por el Instituto Cervantes y el Grupo Penguin Random House, bajo su sello Debate, y ha estado coordinada por el catedrático de Filología Española de la Universitat de València Antonio Briz. A este departamento pertenecen las cuatro autoras.
La guía ofrece un conjunto de pautas y sugerencias para lograr un trato lingüístico más igualitario, que visualice por igual a mujeres y a hombres, así como para evitar y erradicar el sexismo en el lenguaje.
Según las autoras, la propuesta resulta de armonizar con sentido común varios criterios: la norma gramatical, la coherencia textual, el contexto situacional y los ámbitos o géneros discursivos. Esta guía presenta varias novedades. “Es verdaderamente una guía de uso para hacer discursos no sexistas, puesto que dispone y propone lo correcto o incorrecto, lo posible, preferido, aconsejado o más adecuado, siempre en relación con la situación comunicativa”, añaden.
Asimismo, es novedosa por el modo de tratar la cuestión y por el planteamiento previo: en principio, la forma masculina no es sexista, usar el masculino genérico no es sexista, ni tampoco, en principio, el desdoblamiento es «demencial», puesto que la adecuación de estas alternativas depende del contexto, en concreto, del ámbito (administrativo, educativo, social, etcétera) y del género discursivo (conversaciones, entrevistas, conferencias, cartas, convocatorias, formularios, programas televisivos...), del canal de comunicación (oral o escrito), del registro (más o menos formal, más o menos coloquial), de los fines comunicativos (interpersonales o transaccionales) o de las personas apeladas (hombres, mujeres, mujeres y hombres).
También es una novedad la distinción teórica anterior entre trato no igualitario y sexismo. Sexista es, por ejemplo, el empleo de un término en masculino cuando el referente apelado es una mujer (o el de la mujer hacia sí misma o el de la mujer hacia el hombre, aunque sea un uso hoy infrecuente). El trato no igualitario responde a una visualización desigual de quienes participan en la interacción; de hecho, algunos discursos fracasan, son poco exitosos, incluso provocan rechazo, al no hacer verdaderamente partícipes a los otros, al excluir o no aludir lo suficiente al público que escucha, al no tener en cuenta sus características, incluidas las de sexo: dirigirse a un auditorio exclusivamente femenino con el masculino genérico, más que sexista –que también puede serlo– es discursivamente inadecuado.