¿Cómo están viviendo los valencianos la revolución ciclista?
Elperiodic.com habla con algunos vecinos de Valencia acerca de los usos que le dan a este transporte y al carril bici
Valencia está viviendo una auténtica revolución a pedales. Desde que en el año 2017 comenzará la construcción del conocido como anillo ciclista, cada vez son más los vecinos que optan por la bicicleta como medio de transporte habitual.
La aparición de las bicicletas no ha llegado sola, sino que ha venido acompañada de un cambio de mentalidad pues cada vez son más las personas que muestran su preocupación por el cambio climático y sus consecuencias. Es una realidad, por lo que de manera individual se van cambiando pequeños hábitos para paliar la situación.
“La comodidad, el ahorro y la rapidez” estos son los motivos de muchos para decantarse por la bicicleta como transporte. Es el caso de Alba, una joven vecina del barrio de Patraíx, quien defiende su uso frente al coche ya que además de no contaminar no “tienes que preocuparte por donde aparcar”, pese a ello lamenta que el coche aun está “muy arraigado” en la ciudad.
Y es que, frente a los deseos del Ayuntamiento de aparcar los coches, en las barriadas continúa siendo el medio más elegido. Los vecinos prefieren no depender de los horarios del transporte público, además de que para muchos como María, vecina del Cabanyal, la bicicleta sigue siendo “un modo de hacer deporte y no un transporte”.
Una situación muy diferente a la que se vive en el centro de Valencia, donde la presencia de bicicletas aumenta diariamente. Una buena noticia para algunos pero que despierta quejas entre una parte del vecindario. “Es excesivo, casi no se puede ni andar” nos cuenta Vicente, quien lleva toda la vida residiendo en la calle Colón: “Hay muchas calles en la ciudad en las que es totalmente innecesario el carril bici, porque obstruye la circulación de vehículos, provoca atascos y hace que los coches estén más tiempo circulando” lamenta.
Pocos metros más adelante, en la calle Xátiva, algunos vecinos como Antonio se oponen a que “hagan de Valencia el nuevo Ámsterdam, ya que primero hay que cambiar la mentalidad de los ciudadanos y no querer transformar la ciudad de la noche a la mañana, puesto que hay demasiados carriles bici en comparación con la cantidad de gente que los utiliza”.
Esta controversia de opiniones en torno al carril bici llega hasta Ruzafa y es que Lara, una joven vecina, ve el carril bici como “progreso e innovación, dándole a Valencia un prestigio que en años anteriores no tenía”. Opinión parecida a la compartida por Patricia, quien celebra que se apueste por este tipo de movilidad: “Es una buena alternativa”.
Con opiniones para todos los gustos, lo que está claro es que la movilidad sostenible se convierte poco a poco en una realidad en la ciudad de Valencia y en una apuesta clara por el gobierno municipal. Un cambio en la movilidad que culminará con la peatonalización de la Plaza del Ayuntamiento el próximo mes de marzo.