El Ayuntamiento apuesta por la utilización de café de comercio justo en las máquinas de vending de los edificios municipales
El Ayuntamiento de Valencia, a través de las máquinas de bebidas calientes de los diferentes edificios municipales, pondrá a disposición del personal municipal y de todas las personas que visitan las instalaciones municipales café que, de ahora en adelante, obligatoriamente tendrá que incluir la denominación de comercio justo. Además, los dispensadores incorporarán el uso del valenciano, según la propuesta del regidor de Gobierno Interior, Sergi Campillo, aprobada hoy por la Junta de Gobierno Local y con la cual se inicia el proceso de licitación.
En total hay 50 máquinas repartidas en 18 edificios municipales, entre ellos por ejemplo, el Casal d'Esplai del Saler, el Centro Municipal de Ocupación y Formación, o la Hemeroteca Municipal. Las empresas interesadas en la explotación de esas máquinas tendrán que ofrecer al menos el pago de un canon anual mínimo de 5.000 euros por el uso de los espacios públicos. Por el que respeta a la duración del contrato será de dos años, con la posibilidad de establecer hasta un máximo de dos prórrogas de un año cada una de ellas. Además, tendrán que incorporar el valenciano en los diversos textos que hay a las máquinas expendedoras.
"Consideramos muy importante que dos apuestas firmes y claras del Govern de la Nau estén presentes en un contrato como el que regirá el servicio de explotación de las máquinas automáticas tanto de bebidas calientes como frías y de productos alimentarios", ha explicado Campillo, quien ha destacado que "tiene que ser una apuesta visible la que hacemos desde el Ayuntamiento de València por el comercio justo que nos permite avanzar hacia una Valencia más justa y sostenible", ha añadido.
El texto aprobado incluye sugerencias hechas por organizaciones no gubernamentales relacionadas con el comercio justo, tanto desde la perspectiva de la normativa aplicable como de los objetivos a lograr. De hecho, incluye el requerimiento en la empresa adjudicataria para que publicite de forma visible sobre la máquina la procedencia del café, que tiene que ser de comercio justo. Además, se reserva el Ayuntamiento la potestad de hacer controles periódicos para garantizar la autenticidad de ese café de comercio justo.