La Albufera, cuna de la tradición arrocera
Este fin de semana ha tenido lugar la Festa de la Sesga, una cita de referencia para los amantes de la cultura arrocera
Es sin duda uno de los paisajes más emblemáticos con los que cuenta la ciudad de Valencia. Alejada del núcleo urbano, deja de lado la modernidad del centro y mantiene en esencia la tradición más pura. La Albufera es considerada para muchos un tesoro de la naturaleza, y para muchos otros un medio de vida gracias a los cultivos que en su interior alberga. Y es que, además de su postal, se trata de uno de los humedales costeros más importantes y representativos de nuestra península.
El arroz llena sus rincones, y algo que muchos desconocen es que en este entorno privilegiado nació el tradicional plato de la paella convirtiendo a este lugar en la cuna de la tradición arrocera. Pero no siempre ha sido así, sino que el arroz comenzó a cobrar importante protagonismo en este pequeño mar alrededor del siglo XVIII, momento en el que agricultores locales descubrieron el partido que le podían sacar a la humedad que se aglutina en la zona.
Así comenzó una práctica que llega a nuestros días, y que arranca con el conocido como “aterrament” de las cañas de arroz. Su cultivo tiene una duración de aproximadamente 6 meses, aunque el proceso dura todo el año y mantiene en continúa actividad a los agricultores del lugar.
Tras la espera llega el momento de recolectar lo sembrado. Un hacer que se convierte en una cita de referencia para los amantes de la historia y la cultura, pues el solo poder vivir en primera persona cómo se reproduce esta práctica es ya un lujo que no se encuentra al alcance de todos.
Bautizada como la Fiesta de la Sega, e impulsada por la Denominación de Origen Arroz de Valencia, se trata de un espectáculo que impacta a todo el que lo vive debido a su belleza estética y también su mirada nostálgica. En esta última edición, ha congregado a más de 3.000 personas a su alrededor.
La Fiesta de la Sega del Arroz podría decirse que es una homenaje a todos esos años de tradición arrocera, donde además de contemplar los trabajos realizados se pueden degustar diferentes modalidades de arroz.
Una fiesta cien por cien valenciana, que acerca a nuestros días las antiguas formas de recolección del arroz haciéndonos trasladar nuestra mente a aquellos años dónde la mano del hombre prevalecía por encima de todo lo demás, pues en ningún momento se hace uso alguno de las maquinas.
Esta es solo una de las pequeñas tradiciones que continúan creciendo la capital del Turia, y que siguen siendo de gran interés para los vecinos más nostálgicos.