Los agricultores valencianos, en pie de guerra ante la bajada de precios
Denuncian que las ventas de sus cosechas no producen beneficios y lamentan la importación de productos sudafricanos
Una marea de personas inunda la calle Colón frente a la Delegación del Gobierno al grito de “Queremos dignidad”. Son agricultores procedentes de todo el largo y ancho de la Comunidad Valenciana que se han visto afectados en el último año por la bajada masiva de precios de los cultivos y el incremento de importaciones de Sudáfrica, contra las que les es imposible competir. Los campesinos valencianos se sienten “olvidados” por parte de los políticos y exigen que el Gobierno tenga en cuenta sus intereses.
María Pilar es una de las afectadas por el descenso de los precios. A sus 60 años, lleva desde que recuerda dedicándose al cultivo de la vid en una pequeña pedanía de Requena, primero con su padre y después con su marido. Este año los precios de la uva apenas le alcanzan para vivir. “El año pasado no es que nos dieran mucho, pero ahora es casi la mitad, se paga como cuando yo tenía diez años”, lamenta la agricultora, que comenta que este año la uva se ha pagado al precio de los años 60. “Toda la vida escuché a mi padre decir que esto tenía que cambiar y no cambia, el campo no te da nada”, explica afligida.
También de la comarca de Utiel-Requena es Enrique, que cultiva sus viñedos en Venta del Moro desde los 16 años. Ahora, ya jubilado, no puede evitar entristecerse al pensar que cada vez son más las tierras abandonadas porque no hay estímulos para que los jóvenes se dediquen al campo. “Lo que queda es gente mayor, nuestros hijos han tenido que dedicarse a otras actividades porque en el campo no había ninguna razón para continuar”, subraya. Como muestra, asegura que los precios del vino continúan en declive año tras año. Esto, unido a la subida de los precios de los seguros agrarios, trae como consecuencia que las nuevas generaciones no se interesen por el trabajo de sus antepasados.
Esta es una situación que también tiene muy presente durante la protesta José Antonio, campesino de la Marina Baixa. Para él, uno de los problemas de la agricultura es la falta de perspectiva de futuro: “Un joven que ahora quiera dedicarse a ser agricultor tiene muchas oportunidades pero nadie le asegura si después de realizar un esfuerzo va a tener continuidad”, indica. En su opinión, gran parte de la culpa de que esto suceda la tienen los políticos, que han perdido “el interés por el campo y nos han abandonado”. A José Antonio lo acompaña su compañero Ismael, que junto a él, se dedica al cultivo de nísperos en el sur de la Comunidad. Lamenta que la agricultura está “muy dejada de la mano de Dios por todos los partidos”, que permiten que se comercialice excedente de Sudáfrica “en lugar del valenciano” y mantienen los precios muy bajos. “Esto es una situación crónica, llevan años diciendo que subirán pero el momento nunca llega, los partidos prometen y luego se olvidan”, comenta indignado Ismael.
El enfado con los políticos llega hasta el norte de la Comunidad. Pepe, trabajador del campo en el Maestrat, denuncia el abandono de las autoridades, que ha provocado “un desastre” en el sector de la naranja y la mandarina. “Se están arrancando naranjos porque se está trayendo el producto de Sudáfrica sin ninguna garantía fitosanitaria”. Además, recuerda que durante el último año se hizo una previsión de cosecha por encima de la realidad, lo que provocó que los compradores bajaran los precios. Ahora, para los agricultores de toda la Comunidad, es necesario un intento “real” de atajar el problema con unos precios mínimos de producción. De lo contrario, los labradores aseguran que el futuro de la agricultura en el territorio valenciano “pinta mal”.