Traiciones cotidianas de los animalistas a sus defendidos. Hoy: “el toro futbolista”
Como activista animalista, vegano, que llevo en lucha por la liberación animal más de 30 años, me he encontrado infinidad de situaciones, empeños, eventos, manifestaciones, charlas, etc., que en fondo y forma traicionaban a los animales, pretendiendo ayudarlos.
La última chorrada bobalicona y muy ofensiva (en este caso, al toro) con que me he tropezado es este cartel que muestro publicado junto al texto de este artículo.
Sólo con ver el póster, cómo aparece el toro, “humanizado”, con una camiseta de un equipo de fútbol, “de la roja”, del equipo de fútbol de España, y un balón girando y el toro mirando el balón como embelesado. Me entraron, por enésima vez, todos los demonios. ¿Qué diablos hace un toro con una camiseta de fútbol?
Le pregunté a un colega, aquel que compartía el cartel y gracias a quien topé con este disparate, y con la justificación de “¡yo solo comparto!”, me compartió una nota de prensa donde quien organiza explica los porqués de tamaño póster.
En primer lugar diré que “humanizar” al toro muchos creen que es malo, pero muchos lo creen desde el antropocentrismo. Hay quien nos acusa a los defensores de los animales de ver a los animales en forma “Disney”, o sea, pensándolos como niños a los que lo único que les falta es ropita y zapatillas. Esto se produce, una “Disneyzación” de los animales. Y es malo. Porque la esencia de todo ser debe ser respetada. Y ni un león, ni un elefante, ni un toro, ni un caballo, desean llevar ropas porque sus pieles son sus ropas.
Es simple: es fácil por observación, y por los conocimientos que poseemos, saber dónde es más feliz un animal y qué necesita para vivir su vida. Y que sepa ningún animal necesita acudir al Carrefour o a las segundas rebajas del Corte Inglés para adquirir nada. ¿O sí? Venga! Dejemos el chiste...
Explicado esto, creo quedará claro por qué me molestó tanto de primeras ver a ese toro sonriente con una camiseta de la roja.
Pues bien, como decía, la organización explica el evento, con título y lema “Que la roja no sea su sangre”, que: “La organización apela así a los valores positivos que la selección española de fútbol ha demostrado durante la Eurocopa de 2024 que han enorgullecido a todo un país para que entre todos y todas avancemos también en materia de bienestar animal y algún día podamos ver que las plazas de toros son convertidas en espacios donde se celebran manifestaciones culturales que no supongan ni maltrato ni tortura animal.”
¿Perdón?
Que un equipo de fútbol puede enorgullecer a todo un país, es dudoso, porque lo cierto sería decir: a casi todo un país, yo estaría en el resto, entre aquellos que no sólo no siguen el fútbol sino que lo rechazan, como forma de competición extrema, por la simple razón de que nuestra cultura enseña valores fallidos, como el de las bondades de la competición. Dora Russell y su marido enseñaban en su escuela a no competir, a rechazar la competición, puesto que el quid de la cuestión no es aspirar a ser mejores, sino a contra quién ser mejores. Y lo cierto es que lo óptimo es aspirar a ser la mejor versión de uno mismo, y no contra otros. Se podrá aludir que esforzándose por ser mejor que X y Z quizá sea mejor excusa para esforzarse para el mayor número de personas que, sencillamente, esforzarse en dar lo mejor de sí mismos. Pero se equivoca quien pretende perpetuar el hábito de la alta competición (o de la baja, de la competición pensado como algo positivo), puesto que contiene, el hecho de la competición, más males que bienes. Expongo: cuando un equipo que representa a un país se enfrenta en el campo a otro equipo que representa a otro país, entran en juego vicios primarios, brutos, que no edifican sino que oscurecen. Se puede entrever, abajo del entramado, la cobardía y la vileza. Diré por qué. Cuanto más cobarde es alguien, más se arrima a un grupo, sectario, religioso (son lo mismo ambos), nacionalista, racista, homófobo, etc. Sobre todo, cuanto más cobarde se es, más se junta uno, más se sumerge, entre las aguas sucias de millones que adoran, defienden, babean (por) una misma cosa. En el caso de “los seguidores de la roja”, estamos, en su mayoría, entre gente que se siente agrupada, asociada, hermanada, bajo razones obtusas y tóxicas, bobaliconas y maliciosas, con aquellos que han nacido en su mismo territorio y sólo por eso, dicen: ¡somos iguales! Y dicen: ¡Somos mejores que los demás! (De aquí se ve cómo brota, fácil, el clasismo y el racismo, el machismo y el especismo...)
Así, con esa premisa, la competición, en el caso que nos ocupa, que se da en un campo de fútbol, enfebriza a los seguidores, unidos por los colores de una bandera, por sentimientos hacia “una patria” y un hermanamiento ficticio, porque nación, ¿qué es una nación? ¿Dónde se detiene el paso del territorio de una nación? ¿En serio?: ¡Hasta donde pintó con lápiz en un mapa el invasor, cada época! ¿Y lo tragasteis? Portugal va de aquí hasta aquí, pero sólo hasta aquí, ni un paso más! Y Francia comienza aquí, pero un paso atrás ya es España. Los valores de los españoles son... Los valores de los franceses son... ¿Por favor, hasta cuándo tanto onirismo, gilipolloncia y estupidez altamente lesiva?
Pero lo que más me jode de este tipo de creencias humanas, que permean desde niños con facilidad cuanto más tonto es uno, ¡quienes se arrogan la misión de defender a animales no humanos, se permiten conferir esa misma idiotez a éstos ! ¡No! ¡No! ¡Los animales no humanos no son maravillosos, no son como los pintó Disney! El mundo animal salvaje tiene cosas hermosas, pero otras tantas, la mayoría, horribles!
Esa es toda la verdad.
Idolatrar a los animales no humanos con valores angelicales es tan infame e ignorantemente atrevido como hacerlo con el concepto de “humanidad”, que para quien habla ya, hoy, no significa nada bueno sino todo lo contrario.
La animalidad es nuestro sello. Somos animales, mamíferos. Animales. Y somos animales para contraponernos a la imposición de humanos, que nos eleva por encima del resto de los animales, en la cumbre de los poderes, y así el humano hace lo que quiere, las mayores crueldades. Porque se cree rey, rey mental y físico de todo. Así las cosas, no invento nada. Sólo hay que girar la cara y ver el mundo. Caballos arrastrando carros, gente entrando en las carnicerías para comprar animales troceados que han vivido un infierno para morir en un mayor infierno, pudiendo ser veganos sin segar las casi 400 vidas que salva cada vegano al año siendo vegano, perros abandonados en las calles cuando quienes los metieron en sus casas se cansan de ellos, lo mismo con los gatos... En fin, los más desfavorecidos entre los desfavorecidos son los animales no humanos. Y eso es en todo el mundo.
Contra este hecho, el especismo endémico insertado en todas las culturas humanas del orbe, luchamos.
Pero toparse con insultos a la inteligencia de este tipo (como las de este empeño de acercar al toro al concepto de afición de fútbol), esto ya es para cagarse.
Los colectivos que participan en la concentración, que se dio hoy 19 del 7, son:
Plataforma Antitaurina de Tarifa
Plataforma Antitaurina Campo de Gibraltar
Colectivo Antitaurino Jerez de la Frontera
Animalistas Veganos Campo de Gibraltar
Asociación ASANDA
La Línea Verde
Café Feminista CdG
Marea Violeta Campo de Gibraltar
Asociación LGTBIQ Orgullo y Diversidad
Adelante Andalucía
Por lo que vemos hay un poco de todo, ecolojetas (jetas porque son gente que defiende la naturaleza en abstracto, o sea, no a los individuos, los animales, sino los ecosistemas, todo en función de la importancia que revierta en beneficio del humano lo natural, no defendiéndolo per sé, sino egoístamente) y gente del feminismo y del lgtbiq orgullo y diversidad. Y bueno: Animalistas veganos, aparecen, ¿vosotros no objetasteis nada contra la idea y el cartel? Por lo que veo, no.
Lo que queda más que claro que el que hizo el cartel ama la roja y quiso fusionar sus dos amores, la roja y el antitaurinismo.
Porque me juego los huitos a que esta gente que apoya esto, y quien hizo el cartel, la mayoría no son ni veganos. ¡Es que ni siquiera muestran ser veganos estos “animalistas veganos Campo de Gibraltar”! (Porque vegano, ser vegano, es una posición en avance siempre, y un vegano de verdad pone el grito en el cielo ante este cartel y esta ridícula y ofensiva idea.)
¿Que por qué protesto públicamente de esto? (Se preguntarán los animalistas “seres de luz” aquellos que dicen “todo suma, no nos peleemos!”. Cuando lo que están diciendo es: no tenemos ganas de llegar más allá, tío, déjalo correr, que a mí, en fin, hace calor, me importa una mierda.)
Señalo esto porque no todo suma. De hecho, multitud de hechos restan, restan para los animales. Este hecho resta. No se puede pretender que se defiende al toro, menoscabando al toro. Como en esos anuncios primeros del Cola Cao de “Yo soy aquel negrito, del áfrica tropical”... donde aparecían los individuos de raza negra como tontos del bote, así este cartel.
Por cierto, respecto a “los valores” del equipo de España, “la roja”, es bueno que sepa, quien todavía no lo sabe, que su seleccionador, Luis de La Fuente, es taurino declarado.
Pa otra vez pensad un poco, loquitos, antes de cagar algo. Y quienes apoyéis, como colectivos, echar un “miror” mayor a lo que se os vende, coño, que así nos va. Por hacer estas mierdas y tirarlas palante.