Por qué, por obligación, debes ser vegano. Y sobre lo sencillo que es
Verás, tú que me lees, podría ponerme profundo, docto, y elaborar teorías complicadísimas, para demostrar que comer animales no es bueno, ni para ti ni para el resto de los humanos ni para el planeta Tierra.
Pero, ¿a que sí? Ya estamos todos muy cansados de leer cosas confusas, y por eso iré al grano.
Si tú que lees aún comes animales, entonces eres como yo lo era hace 24 años. Tengo 50 años y a los 26 decidí que no quería seguir siendo cómplice de una industria que hacía nacer a vidas, vidas de animales, única cada vida, única cada individualidad, en lugares infectos, esclavizados a millones (por favor, sigue leyendo, no es extremo lo que digo, es real y exacto), hacinados desde el nacimiento y luego, cuando el mercado dicta que el animal está listo para venderse, de las naves que son -ni más ni menos que parangones de los campos de concentración nazi-, son conducidos a los mataderos. En los mataderos los animales no mueren amablemente, como cuando le dan la buena muerte a un ser humano en un hospital, con anestesia. Dicen, falsamente, que una ley regula lo que llaman el "bienestar animal", es falso. ¿Crees que podríá haber algún tipo de bienestar humano en los campos de concentración nazi Auschwitz/Birkenau, Dachau, Buchenwuald, Bergen-Belsen...? El mismo, o sea: ningún bienestar sino todo lo contrario que en los lugares de sufrimiento extremo animal "Nestlé", "Campofrío", "Pascual"... Vemos esos nombres últimos acuñados en productos de las estanterías de los supermercados y los miramos como algo normal. No lo son. Cada época tiene un horror que es legal hasta que la conciencia social crece, la moral se ensancha, y se generan leyes de prohibición, como ocurrió -lo sabes- contra la esclavitud negrera en las américas, tres largos siglos en que a individuos, sólo por tener distinto color de piel, se les confería la ausencia de alma, de inteligencia y un rango menor que al de piel blanca, caucásica, sólo por una cultura epocal. Y era legal azotar negros, cortarles un pie si intentaban escapar, incluso quemarlos vivos, se consentía.
A los cerdos en los mataderos, cuando están en la fase de "bienestar animal" que proclama falsamente en anuncios vomitivos -por la maldad que rezuman- una marca como Pascual, los cuelgan de una pata cabeza abajo (esa es la forma típica de matar animales en el matadero) después de haber empleado el método que se considera legal, y que con éste se cumplen los estándares de bienestar animal, de buena muerte se entiende. Basta con que mires en youtube vídeos sobre mataderos, en cualquiera podrás ver el aparatito (martillo percutor) con que se realiza el método de bienestar animal, de esa muerte digna de la que hablan: es un martillo electrico, una especie de cilindro que el operario sujeta cual pistola y que coloca en la nuca de la cabeza del animal, tal descarga los hace caer, pero no los deja inconscientes como dicen mintiendo. En el caso del cerdo antes citado, éste, colgado de una pata, mediante una cinta avanzará a los distintos puntos del matadero donde manipulan su cuerpo para convertirlo en las piezas que la Demanda (tú si comes "cerdo") espera en los súper: tocino, morro, panceta, chope...; uno de los puntos de "producción" es esencial. El cerdo tiene en su carne pelos muy duros, así que, consciente aún, colgando de una pata, se le introduce en un bidón con agua hirviente, que lo escalda y quema los pelos, imagina pasar por eso. Se ve a los cerdos retorciéndose. A las vacas, corderos, terneros, se les introduce un cuchillo enorme en el cuello, colgados boca abajo, y la sangre cae a mares de ese tajo enorme, mientras los animales parpadean, se retuercen sin comprender, sacan la lengua intentando tomar aire sin conseguirlo entre ese chorro de sangre como grifo grueso que les cae de la boca.
Me detendré aquí, imagina cien horrores parecidos para todos los animales destinados a la alimentación humana denominada omnívora, y no fallarás. El Holocausto judío duró un tiempo determinado, y fue crudelísimo. A las mujeres se les cortaba el pelo, de algunas se abusaba sexualmente antes de matarlas, se las separaba de sus hijos nada más llegar a los campos de concentración, los hijos lloraban, las madres también, todos se orinaban y hacían las necesidades encima del horror; los alemanes del régimen nazi, al final acabaron disfrutando, la mayoría de ellos, con ese trabajo, al fin y al cabo pensaban que los judíos no eran personas. Sólo cogían de ellos lo que "valía", los dientes de oro, si había alguno en alguna boca sin hálito, entre cadáveres una vez habían caído todos entre gritos en las cámaras de gas, los cabellos, se vendían para pelucas y otros usos industriales, incluso se manufacturaron jabones, con los restos de los cuerpos.
¿Nos horroriza? Infinitamente. Por eso cualquier fascismo, a la hora de mostrar su patita, hemos de colocarnos enfrente de él y detenerlo, nada mas nacida su primera hojita obscura y afilada.
¿Qué crees que diferencia a una vaca de nosotros?
Pensaremos, muchas cosas. Afortunadamente, nos diferencian muchas entre unas especies y otras. La diversidad natural es lo que ha tenido al mundo en equilibrio durante siglos. Hasta que llegó la industrialización, el capitalismo se recrudeció y se inventaron todas las fórmulas de hacer dinero, lo más rápidamente posible.
Después de la mafia de la droga, el negocio de la trata de seres vivos es lo que alimenta más al capitalismo mundial, trata de humanos y de animales no humanos.
Es claro, ya lo ves, que si das un paso decisivo, serás un insumiso más a esta pesadilla de mundo que -vista esta pandemia interminable- no aventura nada bueno de seguir como estamos. ¿De dónde vienen las pandemias? ¿De dónde vienen los desastres -climáticos-? ¿Por qué se ha declarado una emergencia climática? En la Tv no te lo dirán: por encima del tráfico rodado, lo que más contamina nuestros cielos y mares, y desertiza esta tierra con la tala de bosques incluso originarios, para generar pastos para los animales confinados, es precisamente la demanda de animales, su explotación intensiva e interminable en miles de campos de concentración crueles y desalmados por todo el mundo.
POR QUÉ PIENSO QUE SER VEGANO ES UNA OBLIGACIÓN
Cuando debatimos con alguien que no es vegano y, empecinado, quiere seguir comiendo animales, nos encontramos con excusas de este calado (las más comunes):
-Los animales nacen para eso.
No. Si tú naciste para vivir tu vida, cualquier otro animal ha venido para vivir la suya. Como los negros que eran propiedad de dueños en la época más caliente de la esclavitud negrera, y era legal que fueran propiedad, hoy es legal que los animales destinados a alimentación humana sean propiedad y no libres, pero que sea legal algo no quiere decir que sea bueno. La legislación siempre va por detrás de la moral, de la ética. En eso estaremos de acuerdo, estoy seguro.
-Comer animales es sano. Ser vegano, no.
Cada vez más, los médicos y expertos en nutrición, han de doblegar su postura (antes inamovible, vendida a los intereses de la industria de explotación animal) y reconocer que el veganismo es sano, y no sólo eso: mucho más sano que comer animales y residuos de ellos: leche, queso...
Basta con que busques información fidedigna en internet. Aquí tienes mi caso, casi 25 años de vegano, sin comer nada de origen animal, las analíticas me salen perfectas (mejor siempre que a los que comen animales) y estoy sanísimo. Te juro que no me hice vegano por salud, sino por no ser cómplice del horror animal. Pero la salud vino después, después y cada vez más -los estudios actuales que ya existen lo avalan- me di cuenta que las jaquecas que antes padecía, se fueron marchando. Los problemas de coger constipados y gripes en invierno, remitieron hasta desaparecer. Mi sistema inmune se ha fortificado, entiendo. Porque desde que como vegano ya no sé qué es una gripe, y si me apuras un constipado grave, sólo algo, cada cierto tiempo, poco o nada.
-Los animales -dicen- también se comen unos a otros, en la selva.
La respuesta a esto es sencilla. Podemos decir que los animales también comen excrementos, que los animales en libertad realizan el coito para reproducir los clanes en forma violenta, que podríamos llamar sin dudar, violaciones, porque son actos forzados. Y nosotros ni comemos cacas que encontremos en la calle ni violamos mujeres a la fuerza, no nos parece ni bueno ni moral. Sin embargo, quien eleva esa excusa sólo quiere copiar de la conducta de los animales aquella que le interesa para justificar su alimentación, su ser cómplice de la explotación animal.
-Las lechugas también sufren -dicen.
Cuando el caballo agacha la cabeza hacia la hierba, la hierba no echa a correr. No tiene un sistema nervioso complejo para expandir neurológicamente una señal de alarma y poner músculos en marcha para largarse del lugar, sencillamente porque no lo necesitan, porque están allí para ejercer y formar parte del gran plan de la cadena trófica. El caballo come hierba. Los jabalíes comen bellotas, hierba, pequeños roedores... La abeja pasa de flor a flor la expansión de la vida en el planeta. Aunque examinemos algunos comportamientos animales como horrendos -tal cual la caza por ejemplo de los leones a otros predadores más pequeños-, no podemos examinarlos desde nuestra moral. El león -que se le suponga- no se puede detener a pensar si puede escoger entre alimentarse de una cebra o de la hierba. Sigue un impulso único -ojo, eso no quiere decir que sea menos inteligente que nosotros-. Sin embargo, nosotros sí podemos detenernos y pensar los pros y los contras de una conducta como la que comporta la alimentación, las variables que genera comer una cosa u otra.
Y el veganismo no sólo es bueno para la salud personal, sino comunal, global. En el espacio de terreno donde comen 20 veganos, sólo come 1 omnívoro, digamos ya carnívoro. O, si queremos, para situar más claramente el evento, podemos decir caníbales. Yo era un caníbal cuando comía cadáveres. Realmente participé de un horror, hasta que vi que lo era y dejé de hacerlo. Además me informé de que el veganismo -y ahí quería llegar al inicio de este párrafo- no sólo es bueno para dejar en paz las vidas de los demás, sólo por un sabor, sino que repercute en la pobreza mundial humana. Los países más pobres, el llamado Tercer Mundo, lo es principalmente por los expolios que los países más ricos han realizado durante siglos sobre ellos. Por el petróleo, pero últimamente y cada vez más para encontrar terrenos de pastos (con el aumento de la demanda, buscan talar bosques y generar sembradías para pienso de los animales condenados a ser comidos por una humanidad cada vez más voraz de carne). Así, mientras los países pobres pasan hambrunas, perdiendo la riqueza de sus espacios de cultivo, robados por multinacionales mediante trampas y guerras, los países ricos sirven noticias en los noticieros "de lo que ocurre" en tal o cual país, como si cayera todo del cielo. Obedece a un gran plan. Plan para que cierta cantidad de ricos en el mundo lo sean más, y así a capas bajando de ricos, hasta llegar a empresarios "de medio pelo". Un sálvese quien pueda y un aprovecha ahora, que si no te lo llevas tú se lo llevará el otro, que está llevando esta Tierra al desastre absoluto.
Esos animales condenados desde su nacimiento necesitan cantidades ingentes de agua -pobres, normal-, de pienso. Y todo ello proviene de nuevos bosques que se talan para generar cultivos, y el agua del mundo tiene un fin, no es eterna. La superficie destruida en la Amazonía en menos de diez años es como 1,3 millones de campos de fútbol; el Amazonas es considerado uno de los más importantes pulmones verdes del planeta, si no hay árboles no podremos respirar.
No diré más. Creo todo está expuesto.
¿Crees que es justo que, visto lo visto, sigas comiendo animales?
1. No es justo porque matan de la manera más cruenta a animales para que tú comas una "dieta" que, probado está, es cancerígena y generadora de un sinfín de problemas vasculares y de todo tipo. Se han hecho cuentas: más o menos quien come animales, por su "dieta" mueren unos 600 al año, 600 vidas que podrían existir, o no haber nacido para sufrir una esclavitud horrible y una muerte desalmada y criminal.
2. Ganas en salud. Y te conviertes en cómplice positivo de los habitantes de los países pobres. Inmediatamente, podrás decir que la pobreza de ellos no deviene de tus hábitos alimenticios. Se calcula que si el veinte por ciento de la población mundial se hiciera vegana, se revertiría la pobreza en los países más diezmados, que no tienen ni agua potable. Y la emergencia climática tendría una posibilidad.
3. Fuera de todas esas cuestiones positivas que devienen de ser vegano, está el hecho motriz, lo que te obliga a serlo, aunque todas esas cosas positivas nombradas (impacto positivo para relegar la hambruna en los países pobres a algo del pasado, salvación posible de la tierra en tanto al avance del desastre climático...), lo que hace que tomes partido y des un paso adelante, es sencillo:
"No está bien, lo sabes, no lo hagas". Frase emblemática expresada por la bióloga, activista animalista y ambientalista Rosa Más.
Sabes en tu fuero interno que comer animales no es bueno. Lo sabes. Sabes que si hubieras nacido miembro de otra especie te gustaría que te dejasen en paz, y no sufrir esclavitud. A ti te importa tu vida, a otros que tengan vida también les importa la suya. Lo sabes, es obvio, de mero sentido común. Comer animales es un acto egoísta, y, bien lo sabes, cruel. Sobre todo, es injusto.
En resumen, ¿por qué realizar un acto injusto pudiendo realizar otro que sea justo, pudiendo en el segundo caso obtener resultados (en plural) mejores?
No es tu elección, es tu obligación. Porque comiendo animales eres cómplice de todos los males de esta tierra, y de que degüellen cada día a millones de vidas que deseaban con toda su alma aspirar a la misma felicidad que aspiras tú, como poco querían, como tú quieres, vivir.
¿ES DIFÍCIL TORNARSE VEGANO?
Se cree que los veganos comemos verdura asada plana en bandejitas que te dejan con hambre. La cosa es diferente y muy sencilla. Comes lo mismo pero sin escoger productos que contengan animales ni derivados en el supermercado.
Sólo cambia lo que echas en el carro, qué contiene tu carro.
Esa es la diferencia entre ser vegano o no. Lo que cargues en el carro de la compra.
Frente a los males de la leche: hay leches de almendra, de arroz, etc.
Frente a las carnes: existe lo que se llama "carne vegetal", el setián, que se vende en cualquier lugar. Con el seitán, que es de color marrón, y con el tofu (que es otra carne vegetal), que es de color blanco y también se vende en cualquier lugar, puedes hacer hamburguesas, albóndigas, usarlo en guisos y queda exquisito. Etc.
Puedes comer los mismos platos. Olvídate de ese plato famélico que te ponen en cualquier bar -porque desconocen cuán amplia es la alimentación vegana- de verduritas asadas. Imagina unos macarrones con tomate, en lugar de atún o carne picada, setas y verduras, o seitán, o tofu, está "de vida" (cambio la expresión "de muerte"). Estupendo. Platos que son deliciosos, y os lo dice alguien que no es que sea chef, cocino y sé de cocina lo mismo que lo que cualquiera ha aprendido a lo largo de los años, lo justo.
Arroces, con toda la verdura que desees, con seitán y tofu, no te quiero ni contar lo buenos que salen. También existe la soja texturizada, que les da una textura y un sabor aumentativo a las verduras en el arroz que ves el cielo al comerlo.
Hay suplementos de vitamina b12 (la única por la que se puede tener carencia siendo vegano, pero que no suele producirse esa carencia porque tal vitamina se encuentra en distintos alimentos exentos de crueldad animal, como aguacates, plátanos, algas...). Tal suplemento te lo puede recetar el médico, si después de un análisis de sangre observa que la b12 está algo baja. El suplemento de b12 es vegetal, no proviene de sufrimiento animal. En mi caso, no me ha hecho falta tomar suplementos de b12, pero conozco casos en que, por alguna situación de salud en que ésta flaquea (como flaquearía si se comiera animales) hace falta tomar b12 durante un tiempo, o hierro, o lo que sea de vitaminas, insisto, como ocurre con la "dieta" de comer animales, que a veces los análisis arrojan déficits o lo contrario. Es el ejemplo de las grasas malas, que son frecuentes en el cuerpo y sangre de los que comen animales, ineluctablemente acaban desarrollando -y está relacionado- diabetes, problemas vasculares más o menos graves -casi siempre graves- y problemas con las grasas negativas, que son letales si aumentan en niveles en sangre, éste es uno de los principales problemas que llevan a la gente a la tumba en los países más consumidores de carne, los problemas coronarios y vasculares producidos por la grasa en sangre (cuestión que no aparece en poblaciones que no comen carne animal, mucho menos en los veganos).
Y en fin, ya basta. Ahora falta que sigas tú diciendo cosas. Espero me hayas leído y me mires no en este momento en que parezco alguien que encontró un valor superior, no es eso.
Quiero que me mires como el que fui cuando aún comía animales, y una revista, unos jóvenes que repartían octavillas cerca de un matadero, algunas cosas me hicieron despertar y rebelarme. Tomar pie en la justicia.
Yo no tendía derecho a seguir cometiendo tal acto horrible. Y dejé de hacerlo. Pero los gritos de hembras y machos (niños, niños por lo vulnerables e indefensos) siguen estallando en las paredes de millones de recintos en todo el mundo, resbalando en su propia sangre sin haber entendido para qué nacieron ni saber quiénes eran (eso, en sí mismo, es un delito sin confines).
¿Lo entiendes?
Por favor, siéntate un rato al sol, y al sol de tu corazón, y piénsalo.
Está en juego lo justo, está en juego nada menos que cambiar el mundo.
El veganismo, el cambio correcto en la visión del mundo, de todo lo vivo, representa la revolución más relevante e importante, decisiva, en toda la historia de la humanidad.