El trueque que se avecina

Este débil gobierno no sabe qué hacer (suplica que le ayuden y le apartan de las instituciones y hasta Gibraltar le planta cara) hace lo sencillo: recortar, recortar y recortar, aunque ellos lo llamen “necesarios ajustes estructurales” y sandeces por el estilo. Aunque la sandez más gorda sea proclamar a los cuatro vientos “que no hay alternativas”.

Como no saben, ni pueden, ni les dejan promover la actividad económica generadora de riqueza y creadora de puestos de trabajo. Como no saben, pueden ni quieren acabar con los capitales especulativos (que nada tienen que ver con los inversores) se ocupan de meter la tijera aquí y allá y de obligarnos a pagar más por todo con menos dinero, sin entender que, por el camino de ingresos cero, no podremos seguir pagando y ni siquiera nos quedaran monedas en los bolsillos para comprar pan con el que alimentarnos.

¿Verán el límite en el punto en el que estemos todos parados, no haya administración pública, ni hospitales, ni escuelas, ni nada de nada de nada que no sea privado?

Llegados a ese punto, seguro que tocaremos fondo y a partir de ahí se empezará a crecer. Llegados a ese punto España tendrá los problemas resueltos, pero ¿y los españoles? ¿no son los españoles España? ¿Quién se ha apropiado de ella haciendo exclusiones? Por el camino que nos llevan, los que no hayamos emigrado nos quedaremos tiesos, no sé si de pie o tumbados.

Vista la que se avecina, con un gobierno que nos vendió cambio, ilusión y que está hundido en la impotencia, la incapacidad y la improvisación, entre los españoles ya surgen iniciativas para poder sobrevivir sin dinero, y ello significa sin impuestos y sin IVA. Son emprendedores que ya se están organizando a través del trueque ancestral para intercambiar sus productos y servicios con los de otras personas.

Como es cuestión de ir preparando el terreno, yo por mi parte, aprovechando la amabilidad de Berta, me permito exponer en este blog mis necesidades: arroz, aceite, productos de dietética, trabajos de motocultor, fontanería, electricidad y un abogado que atienda las tonterías que van surgiendo en la vida y que no sabemos resolver hablando.

A cambio puedo ofrecer, entre otras cosas:

- Información de economía, bolsa e inversiones (de valor nulo pero interesante como entretenimiento y distracción.)
- Asesoramiento de administración y contabilidad.
- Trabajos de albañilería y pequeñas manualidades.
- Conocimientos de agricultura y ganadería ecológicas.
- Huevos y animales domésticos criados mediante alimentación natural y en régimen de libertad.
- Aguacates y otras frutas de temporada cultivados de manera natural.
- Practicas de yoga y taichí.

Observaran que no pido los servicios de un mecánico de automóvil. No lo necesito. Mi coche va a acabar su vida útil y va a ir al desguace, sin posibilidad de reposición. Solo precisaré a un mecánico de bicicletas, pero con él ya he pactado: Un pinchazo, una docena de huevos. Con el panadero que me suministra pan duro para alimentación animal, también he llegado al acuerdo de darle dos huevos por cada saco de pan.

Estoy a punto de cerrar pactos con un dentista, un oculista, un abogado y un médico. Ellos son mucho más exigentes, pero yo estoy dispuesto a suministrarles una cajita de aguacates cada semana, mermelada o batido de moras, un guiso de pato a la naranja o rica salsa de pesto casero.

Acabo rápido este escrito y voy a ponerme enseguida, otra vez, en negociaciones para ir cerrando pactos cuanto antes, ya que el tiempo apremia.

Añado que, en exquisiteces culinarias, soy un experto en allioli y mi mujer tiene amplios conocimientos de cocina nacional e internacional y también sobre dietas alimentarias, además de ser una grandísima experta en especias, conservas y plantas aromáticas.

Es cuestión de irse preparando para la que se avecina. Como dice La Caixa ¿Hablamos?