Mis reflexiones y preguntas a un partido que no estuvo en el debate

No entiendo ni creo que ningún director de campaña electoral entienda que la líder de CIBUR reaccionara con no querer saber nada del medio de comunicación que daba soporte al debate electoral del pasado día 4 en el Payá y rechazara la invitación de asistir perdiendo la oportunidad de defender allí su programa electoral y exponer sus puntos de vista.

Por hostil que fuere el medio, por malas que fueren las relaciones personales, en mi opinión, no hallo razones de peso para que un partido se niegue a participar en un debate. Menos, en tiempo de campaña electoral.

Ha sido su decisión. Ellos sabrán por qué lo hicieron y espero lo hayan decidido tras valorarlo a nivel interno.

Al negarse a asistir me han impedido poder formular a su líder las preguntas que había preparado tras leerme su programa electoral.

Dicho sea de paso: Felicito a Cibur porque es uno de los pocos partidos que han puesto en internet el programa electoral.

En ese programa, que considero extenso y repetitivo en algunos temas, me ha llamado la atención el que se hable de “convenios entre cooperativas”, algo que en mi opinión o es un error o les aleja de la realidad, porque en esta ciudad no hay ninguna cooperativa ya que la de la Caja Rural, la única registrada con tal nombre, podría denominarse mejor “Sociedad Anónima” puesto que está muy ocupada en vender gasolina, montar supermercados e instalaciones fotovoltaicas y muy poco en buscar alternativas para el campo. Su “cooperativismo” se limita a vender abonos y a agrupar a los agricultores, como intermediara, para vender la naranja a los comercios, una tarea, esta última, que es interesante sobre todo para los propios comerciantes.

Me han llamado también la atención, del programa de Cibur, sus propuestas de inversiones: Una nueva biblioteca, una nueva piscina y un parking en la avenida Mediterranea que me encantaría que se hiciera, pero creo que se anuncia sin saber que su coste resultaría inasumible por la dificultad de llevar a cabo un proyecto que puede sufrir filtraciones de agua del mar y porque las finanzas del Ayuntamiento no están para alegrías tras años de derroches e inversiones equivocadas. En cuanto a la iniciativa privada me resulta imposible pensar que alguna empresa esté interesada en meterse en inversiones de ese tipo, dado que, en este momento, no lo hace en otros aparcamientos que, en teoría, podrían ser más rentables. Sí me gusta que propongan incrementar la frecuencia de los buses.

En cuanto a la construcción de bibliotecas, siempre está bien, pero no lo considero prioritario porque la lectura está pasando de los libros en soporte papel a los “ebooks”.

En cuanto al Arenal, el programa habla de “hacer mucho y bien” y de que sea “beneficioso y rentable”. Palabras que creo entender esconden un deseo no expresado de privatización que de ningún modo comparto. Estoy seguro que todo el mundo intenta hacer “las cosas bien”, solo que “bien” para algunos es poner hormigón y para otros cuidar un espacio que es un lujo del que puede presumir una ciudad a la que le sobra costa para hacer actuaciones urbanísticas.

PD: Añado finalmente que, en mis conversaciones con un dirigente de una plataforma que se vende como despertadora, altruista y apolítica (pienso que siempre que uno dice ser “apolítico”, o es ignorante o miente o es muy conservador y amigo de que todo siga igual) y que me ofreció colocarme a mí como florero en la presentación, me decía que “Burriana está muerta” (algo en lo que coincido con él) y que -añadía- “por ejemplo, El Clot está hecho un desastre”. Pensé y le dije que “estando como está es un espacio incomparable para el esparcimiento y de lo poco que tenemos en Burriana para enorgullecernos”. Para mí “que esté bien el Clot” sería cuidarlo como espacio natural único al servicio de todos.

No creo que nadie haga propuestas con mala fe, pero hacer “las cosas bien” para algunos es ver hormigón y torres encima del mar. Otros vemos las cosas de manera muy distinta.